GANÍMEDES EN EL PASEO DEL DAURO
Excelso príncipe de Troya
Amante de Zeus
Copero de los Dioses
Odiado por la bella Hera
Mi Rocco sigue lanzando sus ladridos al cielo
Sin que el águila,
Ni las plegarias de tu padre
Te lleven a su lado
Ya Afrodita quedó embelesada
Allá en el Olímpo
Como los pastores de Frigia y
Las constelaciones
Qué podía yo esperar,
Tu busto allí presente,
A orillas del Dauro
Con Comarex dando sombra
Ya Lorca, entre Víznar y Alfacar,
También quisiera raptarte,
Como el Arcangel San Gabriel,
¡Locos por ti!
Aún cuando sueñas,
Con aquel monte de tu juventud,
O con la pasión del Dios de dioses,
O con la ternura de las troyanas
Aún cuando tu mirada ha
Quedado petrificada
En sueños
Olas y un eterno arco iris
Granada también
Se enamora de ti
Aún en piedra,
Aún de mármol
Qué tesoro.
Cuantas historias
Tu cansado rostro
Y tu inclinada
cabeza
Nos evocan y cuentan
Tu hermano en el
Louvre de París,
Es pomposo
Y níveo
Tú eres entrañable,
Terrenal e iridiscente
Y en el punto de
Despertar
De un eterno sueño
No tiembles si Federico,
O el mismo arcángel
De San Nicolás
Serpentean las colinas
De Garnata
Ellos
Como yo,
Quisiéramos despertarte
Y correr entre chumberas y azofaifos
Seguidos de faunos y vírgenes
O beber el agua
Bajo el molino de Ganivet
O alcanzar la llave
Que abre los secretos de la Alhambra
Muchos duendes
Creen haberte visto abandonar tu solio
Y tu sombra a los pies de la Vela,
O por Birranbla,
O simplemente asomándote
Entre las rejas del 12 de Niños Luchando
Para encadenar el alma de sus moradores
Con Granada
Gracias, Hermoso Príncipe
Atravesaste el piélago de un mar nuestro
Para encontrar tu nuevo Cielo
Ese que desde la Fuente Agria,
Pasando por la del Avellano,
Desde las cumbres nevadas,
Lleva siempre en sordina
Canciones de amor
Mientras,
por San Justo y Pastor,
La catedral,
Los cuartos darán para que
Bajo el Arco Elvira,
Donde viven las manolas,
Aquellas que buscan un beso ardiente,
Las tres y las cuatro solas,
O aquellas otras de San Matías
O la Manigua,
De las venéreas,
La Trotaconventos
El estudiante y el recluta,
El Don Juan,
El farolillo
O la rama en el dintel.
Ahora, en el Museo Arquelógico, dicen que eres una copia
de un original helenístico.
Para nosotros tienes el mismo encanto que despertó en el
Dios supremo del Olimpo y qué mejor que en esta tierra de poetas, nos poseas y te podamos contemplar, mientras las aguas vecinas del Dauro quisieran alcanzar tus labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario