domingo, 1 de julio de 2018

GANÍMEDES EN EL PASEO DEL DARRO. GRANADA

GANÍMEDES EN EL PASEO DEL DAURO

Excelso príncipe de Troya
Amante de Zeus
Copero de los Dioses
Odiado por la bella Hera

Mi Rocco sigue lanzando sus ladridos al cielo
Sin que el águila,
Ni las plegarias de tu padre
Te lleven a su lado

Ya Afrodita quedó embelesada
Allá en el Olímpo
Como los pastores de Frigia y
Las constelaciones

Qué podía yo esperar,
Tu busto allí presente,
A orillas del Dauro
Con Comarex dando sombra

Ya Lorca, entre Víznar y Alfacar,
También quisiera raptarte,
Como el Arcangel San Gabriel,
¡Locos por ti!

Aún cuando sueñas,
Con aquel monte de tu juventud,
O con la pasión del Dios de dioses,
O con la ternura de las troyanas

Aún cuando tu mirada ha
Quedado petrificada
En sueños
Olas y un eterno arco iris

Granada también
Se enamora de ti
Aún en piedra,
Aún de mármol

Qué tesoro.
Cuantas historias
Tu cansado rostro
Y  tu inclinada cabeza
Nos evocan y cuentan

Tu hermano en el
Louvre de París,
Es pomposo
Y níveo

Tú eres entrañable,
Terrenal e iridiscente
Y en el punto de
Despertar
De un eterno sueño

No tiembles si Federico,
O el mismo arcángel
De San Nicolás
Serpentean las colinas
De Garnata

Ellos
Como yo,
Quisiéramos despertarte
Y correr entre  chumberas y azofaifos
Seguidos de faunos y vírgenes

O beber el agua
Bajo el molino de Ganivet
O alcanzar la llave
Que abre los secretos de la Alhambra

Muchos duendes
Creen haberte visto abandonar tu solio
Y tu sombra a los pies de la Vela,
O por Birranbla,

O simplemente asomándote
Entre las rejas del 12 de Niños Luchando
Para encadenar el alma de  sus moradores
Con Granada

Gracias, Hermoso Príncipe
Atravesaste el piélago de un mar nuestro
Para encontrar tu nuevo Cielo

Ese que desde la Fuente Agria,
Pasando por la del Avellano,
Desde las cumbres nevadas,
Lleva siempre en sordina
Canciones de amor

Mientras,
por San Justo y Pastor,
La catedral,
Los cuartos darán para que

Bajo el Arco Elvira,
Donde viven las manolas,
Aquellas que buscan un beso ardiente,
Las tres y las cuatro solas,

O aquellas otras  de San Matías
O la Manigua,
De las venéreas,
La Trotaconventos
El estudiante y el recluta,
El Don Juan,
El farolillo
O la rama en el dintel.

Ahora, en el Museo Arquelógico, dicen que eres una copia de un original helenístico.

Para nosotros tienes el mismo encanto que despertó en el Dios supremo del Olimpo y qué mejor que en esta tierra de poetas, nos poseas y te podamos contemplar, mientras las aguas vecinas del Dauro quisieran alcanzar tus labios.






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