LOS PERROS DUROS NO BAILAN, DE
ARTURO PÉREZ REVERTE. EDITORIAL ALFAGUARA
Siempre que el polemista escritor
y académico cartagenero, don Arturo Pérez Reverte, publica algo, es siempre
merecedor de la máxima atención, sobre todo a cuantos le admiramos, por sus
libros, sus artículos o sus diatribas en los medios.
En este librito, cuyo gran
protagonista es un mastín español cruzado con un fila brasileño, llamado Negro,
Pérez Reverte pretende, con su mordaz lenguaje, el de un puñado de sus novelas
anteriores, poner como intervinientes a toda una serie de perros, cuyas razas,
pedigree y desenvoltura harán las delicias de los amantes del mejor amigo del
hombre, del que también toman sus correrías y tienen que soportar el trato,
nada bueno, que éstos le darán.
Al ver la portada de esta nueva obra, me acordé
de mi ilustre paisano, ya fallecido, don Francisco Ayala, otro gran entusiasta
de los canes, que le dedicó un bonito libro, desde su exilio de Buenos Aires, a
uno de aquellos animales que compartieron su infancia en Granada.
Y cómo no, a Miguel de Cervantes,
en su obra teatral el coloquio de los perros, que tuve la fortuna de conocer gracias al talento del actor Sacristán, a su paso por el escenario del teatro de Roquetas de Mar, hace ya unos años.
Quisiera creer que Pérez Reverte
no descansará hasta dar con ese Quijote que le lleve a los altares de nuestra literatura,
pues a él, al menos, la fortuna económica y el reconocimiento sí le ha legado
en vida, no así al famoso Manco de Lepanto, razón por la que nos seguirá
entreteniendo mientras tanto con obras ligeras como ésta, donde es bien cierto
que, salvo expresiones rutinarias y frecuentes en otras de sus obras, ésta
muestra su rápido manejo de las letras, las oportunidades y la buena acogida
que siempre tienen sus libros, aunque éste sea como un entremés, quizás en
reconocimiento también a los cánidos que probablemente llenaron sus recuerdos y
su compañía.
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