Carta a mi tío Manolo
Querido tío,
Siento no haber podido estar contigo y tu querida esposa,
Paqui, para compartir con vosotros vuestras bodas de oro como matrimonio,
cuando un hecho así es cada día más difícil de hallar, sobre todo para quien,
en esa mole enorme de humanidad que viera la luz en la entrañable Acera de Canasteros,
en aquella terraza que yo niño creía tocar el cielo azul o las serpentinas de
vapor que una locomotora lanzaba al aire, la vida no le ha deparado un camino sin
espinas, todo lo contrario, algunas, además, que alcanzan al alma y que uno
tiene que arropar, como tú siempre hiciste, con una sonrisa, un chascarrillo o
de la manera más desenfada. ¡La procesión iba por dentro!
Desearte que alcancéis las bodas más longevas, huelga, pues
cualquiera que os conozca sabe que la Virgen de las Angustias os lleva siempre
bajo su manto y lo superaréis, como habéis hecho siempre con los innumerables
avatares que la vida puso siempre en vuestro camino.
Quiere esto decir que aunque no haya estado presente en
vuestra merecida celebración, siempre os llevaré en el corazón, más que en la
misma sangre que corre por nuestras venas y en el apellido de nuestros
antepasados que
quisiera honrar.
quisiera honrar.
Muchas felicidades y larga vida a los esposos. ¡Vivan los novios!
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