sábado, 29 de noviembre de 2014

CALLE MAYOR, DE SINCLAIR LEWIS. PREMIO NOBEL AÑO 1930

CALLE MAYOR, DE SINCLAIR LEWIS. PREMIO NOBEL AÑO 1930

Carol y Kennicott, son los principales personajes sobre los que gira este libro que se pasea por las costumbres de una sociedad puritana en la pradera central de los Estados Unidos, en la región de Minesota, siendo su calle principal elegida para descubrirnos los diferentes caracteres de aquellos seres humanos, con sus rutinas, sus envidias y, en algunos casos, los anhelos socialistas de un sueco o las aspiraciones juveniles de transformación que anidan en el alma de Carol, en contraste con la disciplina, la quietud de su esposo, el médico rural Kennicott.

Las primeras páginas nos describen a Carol, huérfana , en la ciudad de St. Paul y de cómo se convierte en una bibliotecaria, cuyo apego a los libros siempre la seguirá, cualquiera que sean sus tribulaciones vitales.
Se educa en un colegio contrario a las nuevas corrientes, anticuado y arcaico. Ya casada su hermana con un óptico de su misma ciudad, aparece quien será luego su marido, cuatro años mayor que ella, Will Kennicott, originario de un pueblo pequeño, en el medio Oeste, Gopher Praire.
Gopher Priarie cuenta con una estación de tren, su famosa calle Mayor, donde se encuentran todos los negocios y empresas del villorrio, mientras que en los alrededores arboledas y dos lagos, que les permiten el disfrute en verano, la pesca o la caza de ánades.

Cuando Carrie llega por primera vez, después de su matrimonio y de una corta luna de miel, a Gopher Prairie, al hogar de Kennicott, se propone en su ser más íntimo transformarlo, a sus gentes y a la arquitectura campesina del lugar, dominada por casas de madera y techos de hojalata, alguna que otra vivienda hecha de ladrillo refractario, todas de planta baja y un piso, con el clásico porche para ver pasar el día sentados en una mecedora.

Le llega una asistenta, de origen sueco, Bea, ya que toda esta América profunda está marcada por la ingente emigración de daneses, finlandeses, suecos y alemanes , que fueron colonizando las inmensas praderas que sirven para la explotación de cereales, por lo que es el granero de la nación, razón de tantos inmigrantes.
Las mujeres entonces estaban sujetas a pedirle al marido el dinero conforme fueran sus necesidades, a lo que Carrie se enfrenta y comienza su labor sorda para que su esposo no obre del mismo modo que sus convecinos.

Decora la casa y organiza una fiesta donde intenta animar la sociedad pudiente de este pueblo, con juegos y actividades que les hagan salir del sopor en el que viven a diario. Convencida de haber logrado cambiar la mentalidad de sus vecinos, descubre que nada de ello le ha servido, pues, a sus espaldas, es motivo de crítica.

Su marido con su enorme dedicación hacia sus vecinos, como a los granjeros de los alrededores, por su profesión, que le mantiene muchas veces lejos del hogar, con veranos en los que el polvo,  los mosquitos y las moscas se adueñan de las calles, mientras que el crudo invierno, la nieve y el frío los mantiene a todos encerrados y con pocas ganas de asomar la nariz al exterior.

Por sus lecturas, y aún que acuda a las dos asociaciones existentes en Gopher Prarie, donde las mujeres se esparcen en sus críticas y en los usos y costumbres dominantes por la Iglesia protestante o anapbatista, sigue con sus ensoñaciones, motivo por el que ilusiona por un joven abogado Guy Pallock, también interesado por la poesía. Con él y con algunas de sus convecinas más animosas, lleva a cabo una obra teatral, cuya puesta en escena y su primer y única representación, le sirve para desistir en sus esfuerzos teatrales ulteriores.

Minneapolis, la ciudad más cercana, le sirve, cuando alguna que otra vez, acude de compras, a convencerse que debe marcharse de Gopher Prairie, que debe intentar llevar a cabo sus sueños de reforma, sus aspiraciones literarias y de buen gusto., frente a los patanes y la hediondez cultural de su pueblo.

Kennicott  aspira a reunir un buen caudal económico para poder tener una vejez serena. Es el polo opuesto a Carrie. Metódico, sereno, aunque sin percatarse que su mujer se va alejando de él.
Se queda embarazada de Hugh y se acentúan ahora las fricciones con su marido, tanto es así que decide dormir en una habitación aparte, todo lo que es motivo de extrañeza entre los vecinos que se enteran del hecho, mientras que su esposo termina por aceptarlo, dado el amor que siente por ella, aún cuando se siente frustrado por el desapego de ella, a pesar de que siempre fue fría y nada apasionada.

Aún cuando Will fuera tentado por algunas mujeres de brazos fuertes, tez clara y busto generoso: suecas, danesas o alemanas, sólo Maud, la esposa de Dyer, en estos momentos de zozobra matrimonial, le harán tener con quien compartir una cerveza y su desolación conyugal.

El sueco rojo, Olaf, vecino y de ideas escandalosas por su modernidad y la defensa del obrero, se casa con Bea, y poco a poco, comienza a prosperar, aunque unas fiebres tifoideas acabarán matando a su esposa y a su recién nacido, aún cuando nunca fueron aceptados por sus vecinos, habida cuenta las manifestaciones que el “sueco rojo” siempre hizo contra los banqueros y el poder.

La entrada de los Estados Unidos en la primera guerra mundial, aún cuando la actividad en la retaguardia toda ella está orientada a trabajos de apoyo a esa causa, con la Cruz Roja o empréstitos que compran los ciudadanos para ayudar la causa de la nación, nada hacen cambiar los sentimientos expansivos de Carol.

De nuevo incidentes, una vez con Cyril, un joven vecino e hijo de una viuda metementó que intenta abusar de su profesora, y es expulsada del pueblo sin verdaderas razones, nos siguen mostrando una mentalidad torva, de la que quisiera zafarse Carol.

En esto conoce a un joven sastre de origen sueco, de buena presencia y también interesado por la lectura, a quienes sus vecinos consideran afeminado por su gusto contrario a la fortaleza del hombre, propio de esa sociedad machista, motivo por el que él le declara su amor y reafirma en ella su intención de salir de esa asfixiante atmósfera.

Descubiertos en sus paseos por kennicott, le expondrá a su esposa el porvenir que le espera con ese sastre, quien al día siguiente de su último paseo, le entregará una carta en la que le dice que abandona el pueblo. la aparición del padre de este antiguo granjero sueco y sus expresiones groseras, las emplea el autor para confirmar el aserto del esposo.

Carrie también decide marcharse, esta vez sola, a Washington, de manera a conocer otro ambiente, buscar nuevos horizontes, nuevas amistades.
Kennicott, a su pesar accede, y durante dos años, Carol, tras el fin de la Gran Guerra, vivirá sus sueños en Washington, aunque para ella siempre guardará el mismo amor.

De regreso a Gopher Prairie, nuevamente embarazada, en las últimas páginas del libro, entre las costumbres rutinarias de su esposo, se convence ella de que no ha sido derrotada, que con sus dos hijos, ahora dormidos, tiene por delante la tarea de cambiarles su mentalidad y de imbuir en ellos su espíritu de lucha y de cambio.


Calle Mayor es, pues, un alegato contra la monotonía de las viejas ideas, de las viejas costumbres, del pasado religioso y la apertura a las nuevas corrientes humanas. Para ello, su autor, retrata brillantemente a la sociedad de aquel pueblo, en contraste con las siempre juveniles aspiraciones de Carol. Kennicott, su esposo, será el ancla paciente, que por el amor, logra mantener en puerto a la gaviota plateada de su esposa que sueña con conocer nuevos mundos y alcanzar sus sueños de transformación y belleza, sin contar con el lastre de una sociedad adormecida.

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