CUANDO PASES POR GRANADA, NO DEJES DE VISITAR TAMBIÉN ESTOS
OTROS LUGARES
“Granada tiene dos ríos, ochenta campanarios, cuatro mil
acequias, cincuenta fuentes, mil y un surtidores y cien mil habitantes” De la
obra de Lorca “Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre”.
Aún cuando ya Granada cuente con más de esos cien mil
habitantes, sea difícil encontrar esas acequias y cierto que por innumerables
callejuelas el viajero inopidamente se tropiece con un surtidor, amén de los
ochenta campanarios y nuestros dos famosos ríos, el Dauro y el Genil, yo le
sugeriría que no dejara de visitar los establecimientos que a continuación le
detallo, a saber:
CAFÉ FÚTBOL, en plaza Mariana Pineda, hospitalario y antiguo
café, donde es tradicional tomar los churros con chocolate en domingo.
Antiguamente la propietaria, en una esquina, era la encargada de cobrar la
consumisión.
BAR ALIATAR, cerca de Reyes Católicos, y a pocos pasos de
Birrambla. Cuenta con unos bocadillos de mahonesa y un quinto de cerveza , que no debe perderse
uno si el bolsillo es escaso o si quiere disfrutar estas delicatessen locales
con un buen pan con el que confeccionan estos sabrosos bocatas que cuando quien
esto escribe venía de ver jugar al Granada, en aquel vetusto y magnífico Los
Cármenes de Mondragones, siempre era un regalo acabar el domingo aquí con el
bullicio acostumbrado y los amigos, con las limitaciones de tan pequeño local,
apuntando el importe de la consumisión con tiza en la barra y la simpatía de un
camarero rubio de amplio bigote. Hoy ha cambiado algo, pero sigue contando con
la herencia de una carta de bocadillos insuperables.
LOS ITALIANOS. Heladería en Gran Vía, donde se sigue
haciendo cola para degustar sus helados, con esos tutti-fruti o tantos sabores
deliciosos que también sugestionaron a la misma esposa de Obama.
RUTA DEL VELETA. Prestigioso restaurante, en la antigua
carretera de la Sierra. Amplia carta y necesidad también de contar con una
tarjeta black o de un bolsillo bastante desahogado
.
ARTESANIAS MEDINA. Plaza Birrambla. Lo fundó Milesio o “mano
hueca”, amigo de la infancia de mi padre, que se ha extendido en numerosos
lugares de la ciudad para vender al turista cuantas curiosidades y recuerdos
quiera uno llevarse de Granada
LOPEZ MEZQUITA. En Reyes Católicos, frente a la antigua sede
de Correos de mi infancia, para degustar un buen café, un bilbaíno o un
milhoja, entre los muchos dulces que elaboran. Resiste, supongo que por amor
propio, a las tentaciones y las ofertas que tendrá su propiedad para vender el
local y que venga cualquier multinacional para poner sus colecciones de ropa a
la moda de París o Milán.
EL REQUETÉ. A espaldas del Ayuntamiento, donde sus tapas
siempre fueron una delicia
.
EL CHIKITO. Restaurante del malogrado Oruezabal que además
de una carta muy apropiada, tiene la suerte de estar ubicado en el mismo sitio
donde Lorca tuvo su tertulia.
RESTAURANTE SEVILLA. En el Zacatín, guarda el recuerdo de
aquel propietario que sabía recitar una de las obras de Góngora, para regocijo
de Federico García Lorca ante Dámaso
Alonso
PARADOR SAN FRANCISCO. Al menos una vez en la vida debe uno
hospedarse donde lo hicieron personajes históricos que pasaron por la ciudad,
además de ser la primer morada que eligieron los reyes católicos para su
descanso eterno. Su entorno es único e incomparable. Su comedor y su terraza
miran al Generalife y cuenta con un pequeño jardín botánico.
HOTEL ALHAMBRA PALACE. Pocas palabras se pueden decir de la
obra que impulsó el Duque de San Pedro de Galatino, de los pocos mecenas
granadinos en la patria del chavico. Cuenta con un pequeño teatro donde
Federico presentó algunas de sus obras y se puede disfrutar desde su terraza
los atardeceres más espectaculares que la naturaleza pueda regalarnos.
HOTELES DAURO. Fundados por un emprendedor nato, se
encuentran enclavados en lugares céntricos, tales como la concurrida calle
Navas o frente a la Iglesia de las Angustias o en la misma Gran Vía, con un
servicio muy profesional, un precio equilibrado y una acogida entrañable. Hoy
los regentan con mano maestra, la segunda generación de aquel querido impulsor.
HOTEL MELIA. En calle Ganivet. Es un clásico, con
habitaciones que merecerían una cierta renovación. Sin embargo, una de ellas tiene
una privilegiada vista sobre las torres de la Alhambra
A esta lista me hubiera gustado añadir alguna librería, pero
cada día van desapareciendo, una que estaba
en Gran Vía, hace unos días vi que había cerrado. Si ya fue triste la
desaparición de aquella de Mesones de mi infancia, con el olor a lápices y
libros de sus elevados anaqueles y su dependiente forofo del Estrella de Granada, a pesar de su impedimento
físico y donde Federico imprimió a costa de su padre Impresiones y paisajes, su
primer libro, confío que junto a la Puerta de Elvira el librero que queda será
capaz de resistir, por lo menos para quienes seguimos amando los libros, o la
más reciente librería Picasso, de emprendedores almerienses.
Qué decir de la desaparición de los cines: Olimpia, Aliatar,
Goya o del mítico Suizo o la librería en calle Cárcel baja de mi añorado amigo
Antonio Prieto, para sus íntimos Pepelíos. ¡Una vergüenza para Granada!
Me dejo innumerables otros establecimientos: los Manueles,
Mirador de Morayma, Asador de Víznar, las Tinajas, Hotel Los Patos, como
magníficas otras heladerías, bares de tapas y tantos otros empresarios que a diario
se afanan por satisfacer al consumidor local como al forastero. Los que he
destacado, aún cuando no cuenten con una estrella Michelín o aparezcan en
pomposas guías, para un nativo de Niños Luchando, siguen conservando el
recuerdo de hermosos momentos pasados con amigos y con la alegría de vivir que
siempre uno encuentra en esta incomparable ciudad
CUÁNDO SE DARÁN CUENTA LOS POLÍTICOS QUE LAS LIBRERÍAS Y EL CINE HAY QUE PROTEGERLOS, SI LO HACEN TAMBIÉN CON LOS MODESTOS AUTÓNOMOS Y LA PEQUEÑA PYME, SEGURO QUE FAVORECEN LA IMAGEN DE LA CIUDAD Y CONTRIBUYEN EN LA DESAPARICIÓN DEL PARO. ¿SE ENTERARÁN ALGÚN DÍA?
El Mirlo Blanco
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