lunes, 15 de agosto de 2016

CARTAS FINLANDESAS Y LOS HOMBRES DEL NORTE, DE ANGEL GANIVET

CARTAS FINLANDESAS Y HOMBRES DEL NORTE, DE ANGEL GANIVET

Ya ha llovido,  desde que mi compatriota  Angel Ganivet escribiera para el periódico El Defensor de Granada aquellas letras que mostraban el carácter y la geografía escandinava, especialmente la finlandesa, cuando aún esta tierra del Norte pertenecía a Rusia, tras su victoria sobre los suecos, y ostentaban una cierta autonomía. Allá por 1897.

En estas brillantes cartas, escritas por un gran intelectual, que en poco tiempo fue capaz de aprender in situ la lengua sueca, nos irá describiendo las casas, el frío paisaje como la psicología y la mentalidad norteña, que años después irá imperando, ¡quien lo diría!, también en España.

Muchas de sus reflexiones intentan manifestar una enseñanza para sus lectores granadinos, como también ser el espejo de su sentimiento meridional, como de su cultura hispana.

Pienso que aquellos lectores de finales del siglo XIX, como sus contertulios del Avellano, recibirían con regocijo y profunda consternación, al igual que sus hermanas en el desaparecido molino natal, no lejos del Realejo, las noticias que de tan lejano lugar les remitía, quien antes fuera vice-cónsul en Amberes y ahora en las riberas del mar Báltico, ya que su trabajo de cónsul en la Helsingfors, hoy Helsinki,  les resultarían un tanto folclóricas y sumamente sorprendentes, sobre todo en lo relativo a la emancipación de la mujer, como a la libertad en las relaciones entre hombre y mujer, todavía, sin embargo, muy atrasadas y profundamente religiosas en España, además de aferradas a la tradición.

Redescubrir nuevamente estas cartas del gran escritor finisecular Ganivet, nos pintará escenas de su vida cotidiana, del arte culinario finlandés, de cómo se comportan con los muertos y de cómo pasan su tiempo de ocio, en el que el alcohol y el trabajo tienen su prioridad. El uno para ayudarles los días festivos a expandirse socialmente y su laboriosidad como ejemplo de su mismo axioma de país: trabajo e innovación.

También nos deleitará con detalles sobre la política finlandesa y la española, con anécdotas sobre la enseñanza en España, o por medio de la guía de la ciudad, descubrir en los apellidos los orígenes o filiaciones de los mismos, si suecos, finlandeses o rusos

Como siempre lleva a Granada en su corazón, no puede por menos que hacer referencia al jamón de Trevélez, frente a la manteca finlandesa, publicitada en todos los diarios, como también la anécdota  de aquel muchacho de sus recordadas algarabías estudiantiles, encaramado  a una reja lanzando sonoras soflamas, a lo que un compatricio le diría –“ese muchacho llegará a ministro, me lo da el corazón -¿En qué lo fundas, le contesta su compadre, porque yo creo que lo que está diciendo es una sarta de disparates” –No importa, le replica de nuevo el anciano granadino, dice disparates, pero los dice bien, y además tiene una agilidad sorprendente para encaramarse a sitios altos, repito que ministro tenemos-.

De cuantas cosas tienen su reflejo en la sociedad española de entonces, algunas persisten aún hoy en el siglo XXI, en la sociedad granadina, mientras el exitoso periódico El Defensor, sigue desaparecido, llegan los nuevos botarates que se encaraman para vivir de la política o vender el patrimonio de la ciudad, como el antiguo alcalde y su concejala de urbanismo, amén de los chanchullos económicos que nunca conoceremos suficientemente o la siembra de “ladrillos, vidrio y hormigón” de la vega.

En Hombres del Norte, su gran cultura y su gran conocimiento literario, llevará a la palestra del libro a escritores que para nada eran conocidos en el firmamento de las letras europeas, pero a los que él hace un pormenorizado análisis y síntesis de su obra, caso de Jonas Lie, Bjornson, Ibsen, Garborg, Krag y Hamsun, junto con algún que otro que desfila entre líneas y la historia primigenia de la épica popular finlandesa, en la obra primitiva de Kalevala

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