LOS REYES DE LA ALHAMBRA, DE
FRANCISCO BUENO. EDICIONES MIGUEL SANCHEZ
Probablemente este libro no
pasará a la historia de los anales literarios, ni documentales sobre los reyes
que habitaron la Alhambra, pues su autor, un antiguo bancario y antes alumno aventajado
para el sacerdocio, no tiene a su favor las musas, sin embargo dispone del
tiempo y, es de suponer la bolsa necesaria, para sumergirse en su nueva
vocación, me supongo después de abandonar los libros de cuentas y de contemplar
la desazón de quienes no podían redimir los créditos que su banco había
concedido a distintos menestrales, labriegos y obreros, mientras políticos,
sindicalistas y nuevos arribistas obtenían todas las ventajas que a otros les
negaban. Pero estos son ya otros López.
Y nada de ello tiene que ver con
el loable esfuerzo de su autor para desvelarnos la historia de los 24 reyes que
ocuparon los palacios de la Alhambra, recogida de una bibliografía que resume en las páginas postreras, después de haber hecho el repaso de cada uno de ellos y sus actuaciones más relevantes, al igual que un mapa de lo que debió ser aquella
ciudad musulmana, entre la historia y la leyenda.
En este libro nos encontramos con
las innumerables intrigas que fueron socavando la magnificencia del reino
Nazarí, de los feudos que sirvieron para capitalizar las banderías, caso de
Málaga, Guadix o Almería, como de la decadencia que se hizo más notoria desde
la derrota que sufrieron a manos de Juan II, en la batalla de la Higueruela.
También conoceremos a los
principales actores de las grandes obras arquitectónicas de la función palatina,
como fueron Yusuf II y Muhamad V, quien construyó el Palacio de los Leones, y tuviera
como secretario , después su enemigo, al poeta y polifacético Ibn al-Jatib,
autor de uno de los libros de poesía más bellos que pueda uno encontrar, caso
del Collar de la paloma.
Nos hablará del traslado desde
Elvira a la proximidad de la ciudad judía, conocida como la Garnata al-Yahud, cercana a la puerta de los Alfareros, en los aledaños hoy del campo del Príncipe, que precedió a los musulmanes, quienes, al igual que los cristianos sufrieron
también por defender sus creencias, como allá por 1492, les ocurriría a los
últimos pobladores de religión musulmana, muchos de los cuales se convirtieron,
cambiaron su nombre y se entroncaron con la nobleza y las élites de entonces.
Conoceremos los pagos que tenían
que hacer a los reyes castellanos para conservar el poder, llamados “parias”,
las talas, las luchas, las rivalidades, los descuartizamientos, las guerras de
fronteras, como también la amistad entre castellanos y musulmanes. Las justas, los combates, incluso la acogida que le brindaban a los opositores de los monarcas de entonces, por un bando y por otro.
En los grandes momentos y en las
grandes batallas, los castellanos se unirán a aragoneses, valencianos,
catalanes, vizcaínos , ingleses, alemanes, italianos mientras en el bando de
los granadinos, lo harían con benimerines, meriníes o las propias tribus
locales de gomerez, abencerrajes y habitantes de las Alpujarras, entonces bien
pobladas.
En 1228 Muhammad Ibn Al-Ahmar, de
la familia Banu Nasr, sultán de Arjona, será el primero de la estirpe de los
nazaríes quien gobernará en la Alhambra.
Su sucesor, Muhammad I, pagará
tributo a Fernando III, el Santo, y le ayudará a ocupar Sevilla, frente a sus
propios hermanos de credo. Muchos murcianos emigrarán a Granada. Aquí nacían
las rivalidades entre sevillanos y granadinos que se sucederán a lo largo de
los siglos.
Con Muhammad II, recibiremos la
emigración de valencianos, la alianza con Benimerines y la ayuda de Castilla
para que Granada hiciera frente a Aragón que intentaba invadirla.. Granada
ocupará, por poco tiempo, Ceuta.
Muhammad V, será rey en dos
ocasiones, por tomas de poder de familiares, lo que sucederá en posteriores
reinados. Uno de los que más embelleció la Alhambra. La nobleza le obligó al
exilio. Auge de la medicina. Construcción de un hospital para la Medina
.
Jusuf II, recibe la emigración,
por el avance cristiano, de los huidos de Antequera y enfrentamientos civiles
con Abencerrajes, Alamires y Venegas
Muhammad IX, el Zurdo. Los
mercaderes genoveses tienen gran implantación. Batalla de la Higueruela, se
pierde Velez Blanco y Velez Rubio, de un reino que tuvo su frontera en Algeciras, sus dominios desde Vera, Lorca, Murcia, pasando por Jaén y los importantes enclaves de Málaga, Almería, Guadix, Baza, Baeza, Ubeda, Marbella, Ronda, Antquera, Velez e innumerables pueblos, además de la montañosa Alpujarra.
Muhammad X, célebre por la
matanza de los caides Abencerrajes, en una de las salas del Patio de los Leones.
Con Muley Hacen, quien tiene uno
de los panteones más gloriosos a los que puede aspirar el ser humano para su
descanso eterno, como es en la cima de Sierra Nevada, atalayando siempre su
Granada, su hermano el Zagal, con el rey chico o el Zogoibi, mejor conocido
como Boabdil, con la corte de Aixa, o
Fátima la Horra, que fuera esposa de Muhammad VIII, el chico, y también de
Muley Hacen y madre de Boabdil, junto a Zorayda, que recuperaría su nombre
natal de Isabel de Solís, y Morayma,
esposa de Boabdil, termina la tragedia del reino de Granada, cuya reconquista
fue el objetivo de la cristiandad, desde que se perdiera con la ayuda del rey
godo Don Rodrigo, dejándonos páginas épicas, tristes, también, el nombre de
quienes tanto embellecieron su amada tierra o llevaron la música del agua por
sus atarjeas, acequias, fuentes y escaleras, para tener que que marcharse o abandonar sus creencias religiosas y costumbres ancestrales,, dejando sin
embargo el legado de su gran cultura, su pasión por el agua, la poesía y su
gran amor por Granada.
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