lunes, 11 de septiembre de 2017

YO FUI MINISTRO DE NEGRIN, MARIANO ANSÓ

YO FUI MINISTRO DE NEGRÍN, DE MARIANO ANSÓ. EDITORIAL PLANETA 1976

Aún cuando procuro recoger el máximo de testimonios de los actores de aquel fatídico drama que fue nuestra Guerra Civil, leer este libro de quien fuera ministro de Negrín me atraía doblemente, sobre todo cuando en las memorias del secretario de Manuel Azaña, Santos Martínez Saura, no muestra ninguna simpatía por quien además había sido buen amigo del alcalaIno.

Inicia su actividad vital y política en su Pamplona natal, donde logra ser el primer alcalde republicano, miembro de la conjunción republicano-socialista, que se enfrenta a los “napartarras”, como el denomina a quienes quieren unirlos al país Vasco por medio del PNV y tienen escasa acogida, no así en el siglo XXI curiosamente, sustituirá a Aguirre en la cartera de Justicia con el Presidente de Gobierno Negrín, ya en los momentos en los que los rebeldes seguía el dominio imparable de toda la península, excepción hecha de la zona centro y Valencia.

De sus páginas, rápidamente se puede entresacar la enorme capacidad de diálogo y “buenismo” que diríamos hoy, con todos, así como su enorme amistado con Negrín, con quien mantendrá siempre una estrecha relación, la cual le permitirá ser otro interviniente o consejero cuando quien fuera Presidente y responsable del envío del oro a Rusia, entregara al régimen español toda la documentación sobre este asunto, de manera a que la URSS no sacara tajada en las nuevas relaciones con el Gobierno de Franco.
Aún sus errores, aún cuando con Azaña nunca llegaron a entenderse, él por querer seguir luchando en espera de que se declarara la Guerra Mundial y pudiera cooperar en la recuperación del ejército
 republicano, y Azaña, en su derrotismo desde el primer día de la rebelión, cuando constató que los rebeldes eran ayudados con hombres y el armamento más moderno de la Alemania nazi y la Italia de Mussolini.
Negrín, a pesar de toda su voracidad, de todo tipo, muestra su grandeza, su fraternidad y su españolidad cuando, a pesar de los desaires mutuos con Azaña, lo busca en su residencia del Eden en Pyla sur Mer, cerca de Arcachón, ofreciéndole una plaza para huir a Inglaterra, antes de que los nazis en su avance por Francia no lo encuentren y lo puedan entregar a los franquistas.

Azaña cuando le agradece su gesto y se niega a abandonar a su familia,  le dirá “ha hecho vd.ya con venir más que  muchos amigos”.

Este gesto no será el único de su gran humanidad, pues cuando el Plan Marshall, le escribirá al Gobierno de los EE.UU. para que España, la misma que gobierna Franco, reciba los mismos beneficios que recibirá Alemania y que le ayudarían en su desarrollo, lo que a aquella España las fuerzas democráticas negaron, mientras que quien fuera su presidente de Gobierno derrotado por esos rebeldes, para sus compatriotas españoles deseaba lo mejor, aunque fueran fascistas, sus vencedores, y muy lejos de su credo político.
Ansó será apresado por la Gestapo y los esbirros de Vichy, verá el modo inhumano con el que tratan a nuestros cvompatriotas en las playas de Argeles o Saint Cyr y logrará huir a Suiza, donde se encontrará con los exiliados nacionalistas catalanes, con quienes convivirá

Logrará que los franquistas le concedan  pasaporte español y volverá con frecuencia a su Patria
En el libro la atmósfera es la comprensión humana y la buena relación con todos, razón por la que, quizás,  Santos  Martínez Saura, no le guardará una gran simpatía en sus memoria.
Este cataclisma tan horrible, como fue el enfrentamiento entre españoles, frustró el legado de tantos hombres de elevada talla moral y que tuvieron que luchar para defender sus ideas y su aspiración de libertad y democracia, tal es el caso de Ansó.


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