LA HISTORIA DE LOS JUDÍOS, DE
PAUL JOHNSON
En sus más de novecientas
páginas, este libro del ilustrado Paul Johnson, nos informa de la historia de
los judíos, desde Abraham, hasta la más reciente del sionismo.
Es también la historia de la
humanidad, pues ellos con su creencia en un Dios sólo, en la llegada de un
Mesías, sin embargo, contribuyeron en la aparición del cristianismo, para
posteriormente también brotara n los seguidores del Corán.
Empieza por mostrarnos a los
israelitas, a los pueblos que iniciaron esta ingente obra, en la “que la Ley
someta a la montaña”, que dirá Moisés, luego vendrá el judaísmo, de una de las
tribus, cuando además hubo cuatro grandes períodos formadores en la historia
judía: el de Abraham, el de Moisés, el del Exilio y la primera parte del
postexilio, y el de después de la destrucción del Segundo Templo.
El Mesías o el rey ungido. La
palabra era originariamente hebrea, después fue aramea, y sencillamente se
transliteró al griego para convertirse en messias; pero la palabra griega que
significa el ungido, es “christos”, y es significativo que el título atribuido
a Jesús fuese el griego, y no el hebraíco.
Cuando Herodes el Grande, aliado
de los Romanos, supo que había nacido el Mesías o Cristo, reaccionó
violentamente, como una amenaza a su dinastía.
El padre de Jesús que era
carpintero, falleció antes de que éste se bautizara, en 28-29 d.C. En el Nuevo
Testamento griego José tiene un nombre hebreo, pero la madre de Jesús se
llamaba María, forma griega de Miriam. Dos de los hermanos de Jesús, Judas y
Simón, tenían nombres hebreos, pero otros dos, Santiago (en hebreo Jacob) y
Josés (en hebreo José) no los tenían, y Jesús era la forma griega de Josué. La
familia afirmaba descender de David.
La auténtica religión judía,
mucho antes de la construcción del Templo, era universalista y carecía de
localización.
Los judíos no podían aceptar la
divinidad de Jesús como hombre creado por Dios sin rechazar el postulado básico
de su creencia. Los cristianos no podían admitir que Jesús fuera algo menos que
Dios sin rechazar la esencia y el propósito de su movimiento. Si Cristo no era
Dios, el cristianismo no era nada. Si Cristo era Dios, el judaísmo era falso.
Habiendo perdido el reino de
Israel, los judíos convirtieron la Torá (todo el cuerpo de la Ley y el saber
judíos, o el Pentateuco) en una fortaleza de la mente y el espíritu, donde
podían morar seguros e insatisfechos.
La caída de Jerusalén tiene lugar
en 70 d. C.
Los judíos cuentan con la Ley
Oral, o Mishná, que significa repetición o estudio, pues inicialmente se la
memorizaba y recapitulaba, mientras que el Talmud, significa estudio o
aprendizaje. Un principio importante de esta Mishná era que cada hombre es un
símbolo de toda la humanidad, y quien destruye al hombre destruye en cierto sentido
el principio de la vida, del mismo modo que, si salva a un hombre, rescata a la
humanidad.
Según ellos todo provenía de Dios
y el hombre simplemente gozaba del uso temporal de estos dones.
En toda la gama de proceder
humano, la consigna judía era la continencia o la temperancia, no la
abstinencia.
Para ellos tres cosas sostienen
la existencia del mundo: la justicia, la verdad y la paz.
En este devenir, Roma y Bizancio,
en el siglo XI, rompían definitivamente, por las innumerables controversias y
la autoridad central de la Iglesia de Pedro.
Al igual que el cristianismo, el
islam fue originariamente un movimiento heterodoxo en el seno del judaísmo, que
se separó hasta el extremo de convertirse en una religión distinta y después
desarrolló rápidamente su propia dinámica y sus características.
Mahoma quiso destruir el
paganismo politeísta de la cultura de los oasis, ofreciendo a los árabes el
monoteísmo ético judío en un lenguaje que ellos pudieran entender y en términos
adaptados a sus costumbres. Aceptó el Dios judío y a sus profetas, la idea de
la ley fija reflejada en la escritura –el Corán como sustituto árabe de la
Biblia- y el agregado de una Ley Oral aplicada en los tribunales religiosos.
Mahoma empezó a desarrollar una
religión distinta cuando comprendió que los judíos de Medina no estaban
dispuestos a aceptar su arbitraria versión árabe del judaísmo.
En el Tercer capítulo, dedicado a
la catedrocracia, nos refiero como en 1168, un viajero judío llegado de España,
Benjamín de Tudela, probablemente un mercader de piedras preciosas, visitó la
capital bizantina de Constantinopla, y escribió un libro de viajes en el que
narra sus extensos recorridos por el Mediterráneo.
Entre los siglos VIII y XI, la
región donde más prosperaron los asentamientos judíos fue la península ibérica,
aunque con los reyes visigodos se aplicó una política teocrática de
antisemitismo sistemático. De modo que cuando los musulmanes invadieron la
península en 711, los judíos los ayudaron a dominarla, y a menudo formaron la
guarnición de las ciudades capturadas, mientras los ejércitos árabes
continuaban su avance. Así sucedió en Córdoba, Granada, Toledo y Sevilla. Y, en
efecto, más tarde, los geógrafos árabes aluden a Granada, así como a Lucena y
Tarragona, denominándolas “ciudades judías”. Córdoba se convirtió en la capital
de la dinastía Omeya, cuyos miembros se autodesignaron califas y trataron a los
judíos con gran favor y tolerancia. Allí, como en Bagdad y Kairuán, los judíos
no sólo eran artesanos y comerciantes, sino médicos.. Córdoba sería el
principal centro de la cultura judía en el mundo.. Había comunidades judías
importantes y acomodadas por lo menos en cuarenta y cuatro ciudades de la
España omeya, y muchas tenía su propia yeshivá (Academia rabínica). Fue pues un
modo de vida amable, fecundo y satisfactorio, que los judíos no volverían a
encontrar en ningún otro lugar hasta el siglo XIX.
Sin embargo, la llegada de los
Almohades, con su fanatismo, en el año 1146, ocasionó el cierre de las
sinagogas y las yeshivot. Fueron obligados a portar una túnica azul especial
con mangas absurdamente anchas, y en lugar de un turbante, un largo gorro azul
que tenía la forma de una barda de burro. A cuantos se les permitía prescindir
de este atuendo, sin embargo, tenían que llevar prendas amarillas.
Maimónides, o Moshé ben Maimón,
nacido en Córdoba el 30 de marzo de 1135, se vió forzado a emigrar, después de
haber errado por España, terminando por instalarse en Egipto, en Fustat, donde
adquirió reputación mundial como filósofo y médico, además de jefe de esa
comunidad judía.
También España contó con otro
gran comentarista de temas talmúdicos, como fuew Ramnan (1194-1270). En 1280,
lo sería de la cábala, Moshé ben Shem Tov de León, con su gran obra del Zóhar.
En Ruán, Francia, empezarían los
pogromos.
Ya en el siglo XIII, los
dominicos y los franciscanos se iban paulatinamente apoderando de la
universidad y de importantes obispados. Aún así en la Alta Edad Media, incluso
a principios del siglo XIV, la península ibérica era el territorio latino más
seguro para los judíos. Durante mucho tiempo fue un lugar donde los judíos y
los cristianos tenían más probabilidades de reunirse para debatir que de liarse
a golpes. Sin embargo, ya en el siglo XIV, los judíos estaban ya en una
permanente decadencia relativa, también en España.
Es el 31 de marzo de 1492 cuando
los RRCC firmaran el Edicto de Expulsión, promulgado un mes más tarde, que
expulsaba físicamente de España a todos los judíos que no aceptaran la
conversión inmediata. Entonces había unos doscientos mil judíos que vivían en
el reino.
Eran una cabeza de puente del
mundo latino en la cultura árabe, y viceversa, así como vehículos de la ciencia
y la filosofía clásicas. Los sefardíes (judíos españoles) fueron artesanos
brillantes en metales y piedras preciosas, matemáticos, fabricantes de
instrumentos de precisión, dibujantes de mapas exactos y creadores de tablas de
navegación.
Cristóbal Colón fue legalmente
genovés, aunque no escribía italiano y esposible que proviniese de una familia
española de origen judío. El apellido Colón era usual entre los judíos que
vivían en Italia.
Descendientes de esos emigrados
españoles fueron Montaigne, cuya madre Antoinette de Louppes (López) o el
filósofo holandés Spinoza, hijo de un refugiado sefardí que se convirtió en un
exitoso mercader holandés. Por oficio era un erudito y pulidor de lentes. Con
veinticuatro años fue expulsado de la casa de su padre y, poco después, también
de Amsterdam. Escribió una apología en castellano a favor de sus opiniones poco
después del herem (excomunión). Jamás en su vida se encolerizó, pese a las
muchas provocaciones. Dirá: “el odio se acrecienta al corresponderlo; en cambio
es posible destruirlo con el amor. El odio vencido completamente por el amor se
transforma en amor y por tanto, el amor es más grande si el odio no lo precede”
También escribiría en castellano el rabino sefardí en Londres, David Nieto
(1654-1728).
En el capítulo 4, el gueto,
sabemos que la diáspora sefardí que comenzó en 1492, seguiría la de Portugal,
en 1497, empezaba para ellos una vida errante y nuevas expulsiones de los
lugares a los que llegaban en masa de manera indigente.
Lutero los atacaría también en su
panfleto Von den Juden und ihren Lügen (Acerca de los judíos y sus mentiras),
publicado en Wittenberg, que puede ser considerado como la primera obra del
antisemitismo moderno y un paso gigantesco en el camino que condujo a Alemania
al holocausto judío. En primer lugar, señaló, habría que incendiar sus sinagogas,
y lo que reste debería ser enterrado en polvo, de modo que nadie pueda
reconocer una piedra o una pavesa. Ya
antes había conseguido que los judíos fuesen expulsados de Sajonia en
1537 y también de muchas otras ciudades, mientras Carlos V los tuvo de aliados
en las dietas de Augsburgo (1530), Speyer (1544) y Ratisbona (1546), lo que
impidó que fueran expulsados de esas ciudades.
No obstante, Guillermo de Orange,
más tarde Guillermo III de Inglaterra, fue financiado y aprovisionado por un
grupo de judíos sefardíes holandeses que operaban desde La Haya, llamados
Antonio Machado y Jacob Pereira. En 1688 la familia López Suasso adelantó a
Guillermo dos millones de florines para financiar su invasión de Inglaterra.
Cuando Guillermo aseguró su dominio en Inglaterra, muchos financieros judíos se
trasladaron a Londres, encabezados por Isaac, hijo de Pereira., convirtiéndose
todos ellos en un elemento fundacional del mercado financiero de la City.
También destacaron los Manasseh
López, los Gideon y los Salvador, evitando con su ayuda económica la
estabilidad de los mercados londinenses y el desastre financiero de la Compañía
de los Mares del Sur..
Además de crear las letras de
cambio, los judíos inventaron los títulos al portador, el otro modo impersonal
de desplazar el dinero.. Apoyaron enérgicamente la aparición de las
instituciones que promovían los valores papel: los bancos centrales,
encabezados por el banco de Inglaterra (1694), con su derecho legal a emitir
billetes y las bolsas de valores. También dominaban la bolsa de valores de
Amsterdam, además de retener grandes cantidades de acciones de las Compañías de
las Indias Occidentales y Orientales. Famoso fue Josef de la vega.
Impulsaron el crédito y la
popularización de los valores papel., concibiendo el mundo entero como un solo
mercado.
Tal fue su predominio que en el
siglo XVIII, los historiadores de la economía se han sentido tentados a
considerarlos la fuerza principal que creó el sistema capitalista., donde la
competencia era ilimitada y la única ley consistía en complacer al cliente.
Los judíos fueron los
prrecursores de la exhibición, la promoción y la publicidad. Apreciaron la
importancia de la economía de escala, en reducir los precios, a elaborar un
producto inferior y mas barato y venderlo en un mercado popular. Ase mercado se
dirigían porque era lo que podían pagar los pobres. Venían una diversidad de
productos para obtener una mayor rentabilidad y vendían a menudo los “saldos”,
aceptando que el consumidor era el árbitro, contrariamente a otros comerciantes.
El cliente siempre tiene razón. Hicieron un gran uso de la información
comercial.
Famosos fueron las familiasde los
López, los Mendes de Burdeos, los Cárceres de Hamburgo, los Sassoon de Bagdad,
los Pereira, los D’Acosta, los Conegliano y los Alhadib, quienes consideraban
que el valor varía en el espacio y el tiempo. Llevar las mercancías apropiadas
al lugar conveniente y en el momento oportuno, es la esencia del éxito
comercial. Siempre lo fue.
Aportaron en el siglo XVIII un
enérgico espíritu de racionalización, la creencia de que los modos vigentes de
hacer las cosas nunca eran bastante buenos, y que podían y debían hallarse
modos mejores, más fáciles, más baratos y más rápidos. No había nada misterioso
en el comercio judío, tampoco nada deshonesto, simplemente la razón.
La catedrocracia, es decir, una
sociedad gobernada por hombres cultos. Donde existen eruditos, estallan las
controversias y circulan las ideas .
El judío es el protestón por
excelencia, y, aunque sea de mala gana, la tradición judía asigna un lugar al
que protesta.
Y llega la emancipación judía,
cuando cuando un jovencito Benjamín Disraeli, ministro y político británico, es bautizado en la iglesia anglicana de Saint
Andrew, Holborn, hecho análogo que tiene lugar en la ciudad alemana de
Tréveris, conocido como Karl Heinrich Marx, siendo su abuelo rabino, pensador
judío y también antijudío, como también lo fueron muchos de los jerarcas
españoles de la Inquisición. La teoría del comunismo fue el producto final del
antisemistismo teórico de marx
Entran también en escena los
Rothschild, que se dan cuenta que no pueden imponer a sus hijos la titánica
lucha contra tantos enemigos de los judíos para poder prosperar, hasta alcanzar
la rama británica el ennoblecimiento por parte de la monarquía de las Islas.
Los Rothschild venderán bonos a
los Habsburgos, financian el primer ferrocarril austriaco, los primeros trenes
franceses, financian al nuevo rey de Bélgica, mientras en Fráncfort representan
a una docena de tronos alemanes. En Nápoles recaudan dinero para el gobierno
local, lo mismo que en Cerdeña, Sicilia y los Estados Pontificios.
También se lanzan en los negocios
telegráficos, como también a Paul Julius Reuter (1816-1899), originariamente
Israel Beer Josaphat.
También es judío el paradigma de
la cultura alemana, Heine, el último poeta del romanticismo. Nació en
Düsseldorf y enterrado en el cementerio de Montmartre, en 1941, por orden
personal de Hitler, se procedió a profanar su tumba.
El socialista alemán Ferdinand
Lassalle, que cambió su nombre que era Lasal, fundador del socialismo alemán
como movimiento de masas. Crearía más tarde la primera gran federación de
sindicatos alemanes y fundaría la social democracia alemana. Muchísimos judíos
jóvenes siguieron el mismo camino.idades, aunque nunca se aplicaron
rigurosamente.
Sin embargo, en el siglo XIX, se
acumularon una enorme masa de leyes que discriminaban a los judíos y regulaban
sus actividades.
Rusia fue el único país europeo
que en esta época tenía el antisemitismo como política oficial del gobierno.
Desde la organización de pogromos hasta la invención y publicación de los
Protocolos de los sabios de Sión. El propósito del gobierno era reducxir la
población judía del modo más rápido y expeditivo posible.. El primer pogromo se
produjo en Odesa. Instigado por los comerciantes griegos, en 1870.
Los nazis utilizaron exactamente
la misma técnica de legislación que incitaba la violencia. De ahí que los
treinta años que van de 1881 a 1911 fueran un largo calendario de actos
antijudíos, razón por la que a partir de 1881, esta presión cruel y cada vez
más sofocante ALENTÓ A LOS JUDÍOS, DOMINADOS POR EL PÁNICO, SALIERAN DE Rusia
en dirección a Occidente. De estos emigrantes, más de tres millones fueron a
estados Unidos, originando la creación de una gran comunidad judía urbana
norteamericana.
En la isla de Ward, donde eran
acogidos esos inmigrantes judíos en Nueva York, la poetisa Emma Lazarus
(1849-1887), proveniente de una antigua y adinerada familia sefardí, traductora
del gran poeta medieval Yehudá ha-Leví y del mismo Heine, esta española,
contribuyó en la bienvenida a este enorme flujo de desesperados.
Pronto esos judíos de vendedores
ambulantes a enormes y acaudalados empresarios, como los Sears, Roebuck, Julius
Rosenwald, Bloomingdale, originario de Baviera, los hermanos Altman, los
hermanos Straus, propietarios de Macy, Gimbles, Sterns. Hacia 1900, un millón
de personas de habla yiddish en Nueva York, con numerosos periódicos y después
propietarios también de periódicos de habla inglesa, el New York Times o el New
York Post. Formaban el 29% de los habitantes y el grupo étnico más numeroso.
En 1859 los judíos contemplaban
como Italia se convertía en estado, razón por la que ellos también empezaron a
soñar que Jerusalém era la Roma de los italianos. A Palestina ya iban llegando
periódicamente en reducido número, los judíos.
Lord Palmerston, secretario del
Foreign Office, había apoyado activamente un modesto proceso de reasentamiento
en palestina, mientras que su gran primer ministro, Benjamín Disraeli, había
contemplado posibilidades más amplias. En su novela Alroy, describe los
intentos de su héroe de devolver Jerusalén a los judíos, lo que repite en su
otra obra titulada Tancred.
En 1840 ya había en Tierra Santa
más de 10.000 judíos.
Con la derrota de Francia en 1870
y la pérdida de Alsacia y Lorena, brota poco después el caso Dreyfus, cuando
los judíos residentes en Francia no pasan de ochenta y seis mil, de una
población total de cuarenta millones de habitantes.
En Alemania sigue la presión
contra los judíos, entre otros el mismo compositor Wagner, a pesar de que
Giacomo Meyerbeer o Mendelssohn, llevaban en sus venas la sangre de los judíos.
En 1886 Alemania eligió su primer
diputado declarado antisemita; en 1890, había cuatro; en 1893, diciséis. En
1895, eran mayoría en la cámara baja y en Viena.
Herlz termina su libro, Der
Judenstaat (El Estado judío) y empieza su enorme tarea de que sean reconocidos
como un pueblo y que se les conceda la soberanía sobre una faja de tierra con
amplitud suficiente para acomodarlos.. No importaba donde, podía ser en
Argentina, donde el millonario barón Maurice de Hirsch había instalado a seis
mil en una serie de colonias agrícolas, o en Palestina, donde estos judíos
estaban financiados por los Rothschild.
Nathan Birnbaum , jefe de los
estudiantes judíos vieneses, acuña la palabra sionismo en 1893.
Palestina, entonces en manos de
los turcos, para no ser irritados, los judíos cambian el término de Judenstaat
por Heimstäte (Hogar), siendo Nordau quie traza gran parte del programa
práctico del sionismo temprano. En Colonia le sucederá en la jefatura de la
organización, Daniel Wolffsohn, también estaba ya Weizmann. Eligen los colores
azul y blanco para la bandera sionista, “el color de nuestros taleds” (chal de
oraciones)
Herzl se afirma en que Palestina
es el único país donde nuestro pueblo puede descansar y rechaza la propuesta de
Uganda.
Herlz, a su muerte, ya le había
dado un avance de veinte años sobre su equivalente nacionalista árabe, lo que
sería decisivo, como también el darse cuenta los judíos que Francia, tras el
caso Dreyfus tampoco era la prometida tierra de libertad, como los terribles
hechos de 1648 y 1881, por lo que una tierra les era necesaria.
En Alemania, los judíos alemanes
mostraban una laboriosidad fanática. Conquistaban los nuevos premios Nobel: dos
en fisiología y medicina, cuatro en química y otros dos en física, todos por
trabajos realizados antes de la primera Guerra Mundial. Los hombres cuyos
abuelos habían hablado yiddish, una lengua que carecía de términos referidos a
la guerra, participaron en el conflicto de 1914-1918 y atesoraron más de 31.500
Cruces de Hierro.
Entre estos destacados alemanes
judíos, están Freud, Zweig, Eistein, nacido en Ulm
Y llegamos al Holocausto, cuando
una nación que tenía al mayor número de intelectuales, de universidades de
tronío, la mayor pujanza industrial, el mayor respaldo a su cultura y la mayor
integración de esos mismos judíos en la cultura alemana, y se llega al mayor
genocidio humano nunca antes perpetrado.
El 9 de noviembre de 1914, en un
discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Londres, el primer ministro
británico HBerbert Asquith anunció con entonación grandilocuente: “El imperio
turco se ha suicidado”. Había seducido por la Alemania del kaíser, razón por la
que el reino Unido iba a fragmentarlo y dar carta de naturaleza al sionismo
“hallegado el momento”, dirá Jaim
Weizmann. Este hombre que con todas las adversidades impuestas por el creciente
antisemitismo alemán, logró llegar a la Politécnica de Berlín, uno de los tres
mejores centro de ciencias de Europa, pasar a Suiza y conseguir en Friburgo el
doctorado en química, allá por 1899. Sin embargo, en la Universidad de
Manchester enseñará bioquímica y descubrirá su vocación para promover el
nacimiento del hogar nacional judío, con la ayuda del Imperio británico y de su
clase gobernante.
Conoció al poderoso director del
Manchester Guardian, a miembros de Parlamento, como Balfour, Winston Churchill,
Lloyd George, todos ellor firmes partidarios del sionismo, también a Herbert
Samuel, parlamentario del partido liberal, hijo del fundador de la entidad
bancaria Samuel Montagu,
Cobró forma la idea de una
repartición entre ingleses y franceses, de modo que los británicos se
apoderasen de palestina, y los franceses de Siria y Líbano.
Balfour es nombrado secretario de
exteriores en el gabinete de Lloyd George, así Balfour se convertía en un
incondicional aliado sionista y desde el Foreign Office hacía un compromiso
británico definido y público en pro del nuevo Sión. En 1917 las tropas
británicas comenzaban la conquista de Palestina, donde ya vivían de ochenta a
cien mil judíos, de una población total de seiscientas mil almas, todo el resto
formado por árabes.
Se inició la colonización
sionista de palestina en granjas colectivas voluntarias, llamadas kibbutsim.
Acudía también Vladimir jabotinski, quien daría forma a la defensa de esta
nueva colonia, en una organización clandestina de autodefensa, que se
convertiría en el Hagganá, embrión de un ejército poderoso.
Sin embargo, desde el punto de
vista político, un estado judío en Palestina significaba un peligro permanente
para una paz duradera en oriente próximo, lo que afirmaban Allemby, el general
Bols, jefe del estado Mayor británico y el mismo gobernador de Jerusalén, Ronald
Storss.
En 1920 ya empezaron los ataques
más firmes de los árabes en los asentamientos judíos en Galilea, a pesar de que
la Declaración Balfour salvaguardaba explícitamente los derechos civiles y
religiosos de las comunidades no judías existentes.
Mientras los sionistas cuentan
con la ayuda financiera de los Rothschild y el respaldo político de Gran
Bretaña, los árabes cometen errores estratégicos y nombrar al gran muftí, Amín,
un asesino, que abrirá entre los dirigentes judíos y árabes, un abismo que sigue
hoy día en el siglo XXI
En 1920 en Israel surge la gran
fuerza política de David ben Gurión, mientras en 1936 vuelve a haber un
importante alzamiento árabe y los británicos se percatan que su mandato se
resquebraja.
En esos años destaca la
personalidad de Rosa Luxemburg (1871-1919), que se enfrenta a los mismos judíos
de los que desciende, en manifiestos de una izquierda revolucionaria. Surgen
también otros judíos y antijudíos, como bela Kun y Kurt Eisner (1867-1919) que
dirige el alzamiento revolucionario de Baviera en noviembre de 1918 y encabezó
la república hasta que fue asesinado, como también lo sería Rosa Luxemburg
pocas semanas antes que Eisner. Judío y antijudío fue Trotski, nacido con el
nombre de Liev Davídovich Bronstein. Trotski fue quien controló el ejército
rojo y aseguró la supervivencia física del nuevo régimen comunista durante la
guerra civil que estuvo a punto de destruirlo.
En el partido bolchevique los
judíos ocupaban del 15 al 20% de los delegados, aunque activamente hostiles a
los objetivos e intereses judíos.
Stalin era profundamente
antisemita, mientras el único gran escritor judío que produjo la revolución
rusa fue Isaak Bábel (1894-1940). Como Trotski un producto de Odesa, donde sus
padres tenían una tienda. Autor de Caballería roja (1920) donde describe con
detalles brillantes y aveces desalentadores, “la capacidad de matar a mis
semejantes”. Fue detenido y probablemente fuese fusilado en las checas o los
gulags de Stalin.
En la Francia vecina de la guerra
civil española, emergió como jefe de gobierno León Blum, socialista y escritor.
Ya en estados Unidos, tanto en la
costa oeste como en California, el cine y los estudios cinematográficos
llevaban el inconfundible sello de los judíos. La Universal, la
Twentieth-century Fox, la Paramount, la Warner Brothers, la Metro-Goldwyn-Mayer
y la Columbia, además de la United Artists y la RKO Radio Pictures.
Casi todos estos judíos de la
industria cinematográfica eran inmigrantes o descendientes inmediatos de
inmigrantes. Eran pobres, algunos hasta la desesperación. De familias de doce o
más hijos.
Aún cuando en estados Unidos se
inició un movimiento antisemita y racista, como el Ku Klux Klan, es sin embargo
en Alemania, la potencia europea más fuerte desde el punto de vista económico, militar
y cultural, que su ataque a los judíos de 1933 a 1945, será feroz y el
acontecimiento fundamental de la historia judía. Moderna. Alemania era con
mucho la nación mejor educada del mundo. Fue el primer país que alcanzó la
alfabetización universal. Entre 1870 y 1933 sus universidades fueron las
mejores del mundo en todas las disciplinas. ¿Por qué esta nación tan civilizada
se volvió contra los judíos en una exhibición de brutalidad colosal, organizada
y al mismo tiempo insensata? En el siglo XIX el destino de Alemania y los
judíos estuvo estrechamente entrelazado. Los dos pueblos se ayudaron el uno al otro. Las dos cosas que compartían
erra una consagración casi fanática al saber. Los judíos más capaces amaban a
Alemania porque era el mejor lugar del mundo para trabajar. . La cultura judía
moderna tenía un marco esencialmente germánico. Para Alemania, volverse contra
los judíos no era sólo practicar el asesinato en masa, era en un sentido real,
el parricidio en masa ¿Cómo sucedió?
Aún cuando el crimen más grande
de la historia de la humanidad siga siendo desconcertante, cabe buscar sus
raíces en la Primera Guerra Mundial. Después de terribles sacrificios y cuando
Alemania confiaba en su ascenso a la grandeza, era derrotada y perdía la
guerra. El pesar y la furia fueron impresionantes; y la necesidad de una
víctima propiciatoria pareció imperativa.
Además esa guerra tuvo el efecto
de transformar el modo en que esa sociedad desarrollaba sus actividades. La
Alemania de la preguerra era respetuosa de la ley, había antisemitismo por
doquier, pero la violencia física era inaudita, antialemana. La gguerra lo
cambió todo. Acostumbró a los hombres a la violencia general y la
desesperación. El Armisticio de 1918 no
trajo la paz a Europa central y oriental.
Tanto la izquierda como la
derecha recurrieron a la violencia. Lenin y Trotski establecieron la pauta con
su putsch en 1917. Los aliados e imitadores comunistas siguieron el ejemplo en
Alemania, entre 1918-1920. Los judíos representaron papeles destacados en todos
esos intentos de derrocar por la fuerza el orden vigente. El régimen comunista
de Baviera incluía no sólo a políticos judíos como Gustav Landauer, Ernst
Toller y Erich Mühsam. La derecha replicó usando ejércitos privados de
veteranos, los Freikorps. En Rusia el recurso a la violencia favoreció a la
izquierda, en Alemania, a la derecha. Los extremistas judíos como Rosa
Luxemburg y Eisner sencillamente fueron asesinados. Dejó de ser desusado que se
liquidase a los antagonistas judíos. Uno fue Walter Rathenau, secretario de
Asuntos exteriores. Los tribunalers trataban benignamente a los matones que
habían pertenecido al ejército.
Adolf Hitler ascendió sobre este
fondo creado por la violencia de los ex veteranos extremistas. Era austriaco y
había nacido en la frontera austro-bávara. Hijo de un funcionario de poca
categoría, vivió en Liz y luego en Viena. Tenía una distinguida hoja de
servicios en la guerra y fue gravemente afectado por los gases. En su obra Mein
Kampf (1924) declara que sólo en su juventud cobró conciencia del “problema
judío”, pero hay pruebas claras que su padre era un antisemita y que Hitler
sufrió la influencia de las ideas antisemitas a lo largo de su niñez y su
juventud.. Los judíos continuaron siendo durante el resto de su vida, su
obsesión.
Así unió un pequeño grupo
socialista, el Partido Obrero Alemán, con una brigada de matones que habían
servido en el ejército, le asignó una plataforma antisemita y lo convirtió en
un partido de masas, el Partido Obrero Nacional Socialista, con su ala militar
de tropas de asalto, las STurmabtei-lung o SA. Las SA protegían sus propias
asambleas y disolvían las de sus enemigos.
Alfred Rosenberg, alemán del
Báltico, se convirtió en el principal teórico de los nazis. La rusa Gertrude
von Seitlitz dio a Hitler los medios de adquirir en 1920 el Völkisher
Beobachter y convertirlo en un diario antisemita.
El aspecto médico-sexual del antisemitismo
de Hitler probablemente fue el más importante, sobre todo entre sus propios
partidarios. Convirtió a los que meramente tenían prejuicios en fanáticos,
capaces de desarrollar cualquier tipo de acción, por irracional y cruel que
fuese.
Hitler llegóa a considerar a los
judíos como bacilos o como un tipo particularmente peligroso de alimaña.
Un judío que ocupaba una cátedra,
que escribía un alemán impecable, que había servido durante la guerra y
recibido la Cruz de Hierro, era un contaminador racial tan peligroso como un
comisario judeobolchevique.
La misma esfera académica alemana
en su conjunto, lejos de ser un obstáculo opuesto al hitlerismo, colaboró en su
avance hacia el poder. Cooperando la generación de profesores que alcanzaron la
edad adulta en la última década del siglo XIX, contagiados con el antisemitismo
völkisch y eran profesores veteranos en la década de 1920. También
contribuyeron a ese ascenso de Hitler los académicos universitarios predicando
la salvación nacional mediante panaceas y “renacimientos espirituales”, siendo
en el ambiente de los estudiantes universitarios donde Hitler alcanzó mayor
éxito. Fueron su vanguardia. En cada etapa del crecimiento de los nazis, el
apoyo estudiantil precedió al apoyo electoral más general. Los nazis trabajaron
en primer lugar a través de las fraternidades estudiantiles, las cuales en 1919 excluyeron a los judíos por razones raciales tanto como religiosas.
El éxito de los nazis respondió a
a la disposición de un número suficiente de jóvenes fanáticos que se
consagraron totalmente al esfuerzo, al igualitarismo y al programa radical del
partido.
Los estudiantes estuvieron entre
los primeros que organizaban boicots y peticiones masivas para obligar a los
judíosa abandonar los cargos oficiales y las profesiones, y sobre todo la
enseñanza; y estas formas derivaron hacia la violencia real.
No era que los profesores fueran
pronazis, pero eran enemigos de Weimar y la democracia, y sobre todo se
mostraban cobardes frente a actos estudiantiles que ellos sabían eran
condenables. De este modo los nazis controlaron los claustros dos o tres años
antes de apoderarse del país.
La atmósfera de violencia real
que alimentó al nazismo estaba a su vez sostenida por la creciente violencia
verbal y gráfica de los medios de difusión.
Los judíos en la política de
Weimar tuvieron escasa representación excepto Rathenau y Rudolf Hilferding,
ministro de Finanzas en 1923 y 1928, a pesar de que los judíos representaron un
papel importante en la creación del partido Comunista Alemán.
Los judíos fueron ciertamente una
de las razones principales del enrome éxito del cine alemán durante la década
de 1920. Películas como el gabinete del Doctor caligari, con guión de Carl
Meyer; Metrópolis dirigida por Fritz Lang. Directores como Ernst LUbitsch,
Billy Wilder, Max Ophüls y Alexander Korda; actores como Peter Lorre, Elizabeth
Bergner, Pola Negri y Conrad Veidt, que iniciaron la diáspora hacia Hollywood,
Londres y parís, tras el ascenso de Hitler.
Pensadores como Benjamin o Claude
Lévi-Strauss y Noam Chomsky.
Benjamin demostró que una clase
gobernante manipulaba la historia con el propósito de perpetuar sus propias
necesidades, sus ilusiones y engaños.
De todos modos, los nazis jamás
habrían podido alcanzar el poder sin la Gran depresión, que afectóa a Alemania
más que a ningún otro país a excepción de Estados Unidos. Fue en el verano de
1932 cuando alcanzó su cenit
En el momento que Hitler, un 30
de enero de 1933, era nombrado como canciller, consolidó su dictadura personal
y de partido, empezando un ataque sistemático a los judíos. Sobre todo a los
artistas, escritores e intelectuales judíos.
Los judíos se convertirían en
“huéspedes” y los que habían entrado a partir de 1914, serían expulsados;
también serían confiscadas sus propiedades, mientras que en conversación
privada que tuvo con Josep Hell, hacia realidad su designio de aniquilar a los
judíos
Los judíos eran por convicción
personal y cálculo estratégico en sus propósitos, la elección que necesitaba
Hitler para tener el chivo expiatorio y concentrar los sentimientos de odio de
las grandes masas, hasta que desaparezca de cualquier ciudad alemana el último
judío.
Lo hizo por medio de la violencia
espontánea, emocional e incontrolada del pogromo y la fría, sistemática, legal
y reglmentada del estado, expresada por medio de la ley y el poder policial..
Las cisas pardas (SA) con más de medio millón de hombres en 1932 lo harían
apaleando en las calles o asesinando a los judíos, mientras en los campos de
concentración se empezaba el complicado sistema de la violencia oficial.
Cuando asumió el poder su
política antijudía tuvo que ser refrenada, ya que antes necesitaba reconstruir
rápidamente la economía alemana y precisaba tranquilizar la opinión
internacional, que sin embargo se fue acelerando con los Decretos de Nuremberg
el 15 de septiembre de 1935, buscando una “solución distinta y secular que
traspasara el problema al partido nacionalsocialista y que buscaría una
solución final”. Himmler había inaugurado su primer campo de concentración en dachau
sólo siete semanas después del ascenso de Hitler al poder, y esde ese momento
había asumido el control de un aparato policial represivo que no tenía igual
salvo en la Rusia de Stalin.
En 1938 el poder económico de los
judíos estaba destruido. La economía alemana era de nuevo fuerte. Alemania se
había rearmado. Más de dos cientos mil judíos habían huido del país, pero el
Anschluss (anexión de Austria) había agregado al total un número igual de
judíos austríacos.
Siguió la Kristallnacht, la noche
de los cristales rotos. Los miembros del partido destruyeron y saquearon las
tiendas judías. Se quemaron por parte de las SA todas las sinagogas.
Goebbels seguía desarrollando su
propaganda antisemita y con Himmler se empezó la escalada burocrática del
Holocausto.
Mientras los bancos e industrias
alemanas se beneficiaban de la extorsión del Estado y de la venta precipitada.
Beneficiarios fueron la IG Farben y el Deutscher bank, el mismo Dresdner Bank.
Todos los alemanes sin excepción
sabían lo que estaba pasando, la crueldad y la masacre que se llevaba a cabo
con sus vecinos, en sus ciudades, en las fábricas, las oficinas o en las aulas.
Desde septiembre de 1939 fueron
obligados a abandonar las calles a las ocho de la tarde. Los empresarios
alemanes, tan generosos y laboriosos ellos, aprovecharon la situación y
abolieron el pago de los días de descanso a los judíos. A principios de 1940
abolieron por ley todas ls concesiones a los judíos.
Desde septiembre de 1941 todos
los judíos a partir de la edad de seis años tuvieron que llevar una estrella de
David, negra sobre fondo amarillo, del tamaño de la palma de la mano, con la
palabra Jude en el centro.
La fecha decisiva de la “solución
final”, fue casi con seguridad el 1 de septiembre de 1939, el mismo día que
empezaron las hostilidades.
Hitler entendió que la guerra era
la autorización que le permitía el
genocidio y puso en marcha el proceso científico el mismo día que comenzó el
conflicto. El primer programa que previó el asesinato experimental fue ideado
en la cancillería de Hitler, autorizaba el sacrificio de los locos incurables.
El programa recibió la designación en código T-4, por la dirección de la
cancillería que era Tiergartenstrasse 4. Es significativo que el primer hombre
designado para encabezar el programa de eutanasia, el Obergruppenführer de las
SS doctor Leonard Contin, fuera depuesto cuando pidió órdenes escritas de
Hitler. Fue reemplazado por otro médico de las SS, Philip Boyhaler, que aceptó
las órdenes de palabra.
La primera cámata de gas fue
dispuesta en un centro de ejecución de Brandenburgo a finales de 1939, y Karl
Brandt, médico de Hitler, presenció una prueba que consistió en matar a cuatro
dementes. Después se procedió a equipar 5 centros más. Se denominó “sala de
duchas” a la cámara de gas.
El programa llevó a la matanza de
entre ochenta y cien mil personas, pero se interrumpió en agosto de 1941 a
causa de las protestas de las iglesias; fue la única ocasión que impidieron que
Hitler matase gente.. Pero a estas alturas, el sistema ya se usaba para matar
judíos de los campos de concentración que estaban demasiado enfermos para
trabajar. De modo que el programa de eutanasia se fundió en la solución final y
hubo continuidad en los métodos, el equipo y el personal experto.
Los Einzatsgruppen, los
batallones móviles de ejecución. Se los dirigía desde la Oficina Principal de
Seguridad del Reich, encabezada POR Reinhard heydrich, y la cadena de mandos
era Hitler-Himler-Heydrich.. Contaban con una elevada proporción de oficiales
de alto rango, reclutados en las SS, la Gestapo y la policía, y también con
muchos intelectuales y abogados. Otto Ohlendorf, que mandaba el grupo D, tenía
licenciaturas por tres universidades y un doctorado en jurisprudencia. Ernst
Biberstein, comandante del grupo C, era pastor protestante, teólogo y funcionario
eclesiástico.
Aún cuando las SS fueron ele
agente ejecutivo del Holocausto, el crimen total fue un esfuerzo nacional que
englobó a todos los estamentos del gobierno alemán, a sus fuerzas armadas, a su
industria y a su partido.
Había alrededor de 8.861.800
judíos en los países europeos que se encontraban directa o indirectamente bajo
el control nazi. Se calcula que de este total los nazis mataron a 5.933.900, es
decir el 67%. En Polonia, a más del 90%, también en Austria, Alemania y estados
bálticos. 70% en el protectorado de Bohemia, Eslovaquia, Grecia y los Países
Bajos. Más del 50% en Bielorrusia, Ucrania, Bélgica, Yugoslavia y Noruega.
En Auschwith se masacró a
2.000.000, en Maidanek a 1.380.000, Treblinca 800.000, Belzec 600.000, Chelmno
340.000 y en Sobibor 250.000.
La velocidad con que trabajaban
las cámaras de gas era sobrecogedora. Treblinka tenía diez, y en cada una
cabían simultáneamente 200 personas . Höss se vanagloriaba que cada una de las
cámaras de gas de Auschwitz podía admitir 2.000 personas. Utilizando cristales
de gas Zyklon-B, las 5 cámaras de gas e Auschwitz podían liquidar a 60.000
hombres, mujeres y niños en veinticuatro horas.
Durante muchos meses de 1942,
1943 y 1944, los nazis mataban semanalmente y a sangre fría a más de 100.000
personas principalmente judíos.
EL PUEBLO ALEMÁN ESTABA AL ATNTO
DEL GENOCIDIO Y LO ACEPTABA. Había 900.000 hombres en las SS y 1.200.000 en los
ferrocarriles. Los trenes eran un elemnto delator. La mayoría de los alemanes
sabían el significado de los trenes enormes y atestados que circulaban por la
noche, como lo sugiere una observación registrada: “Esos malditos judíos, ni
siquiera nos dejan dormir de noche”.
Los austriacos eran perores que
los alemanes. En el Holocausto, representaron un papel que de ningún modo
guardó proporción con su número. No sólo Hitler, sino Eichmann y Ernst
Kaltenbrunner, jefe de la Gestapo, eran austríacos, Arthur Seyss-Inquart y
Hanns Rauter, dirigieron la matanza de los judíos. Los austríacos era
antisemitas mucho más apasionados que los alemanes. Los rumanos no fueron
mejores que los austríacos, en ciertos aspectos, incluso peores. Mataron a
200.000 judíos en Besarabia.
También en Francia hubo un
importante sector de la opinión pública dispuesto a intervenir activamente en
la solución final de Hitler. Era la parte de la opinión pública que nunca había
perdonado la victoria dreyusard, y su odio a los judíos se intensificó a causa
del gobierno del Frente Popular de 1936, encabezado por Blum. Como en Alemania,
en Francia los antisemitas estaban liderados por intelectuales, sobre todo
escritores, famoso es un premio de la literatura francesa como Céline.
Había 10 organizaciones
antisemitas en Francia, algunas financiadas por el gobierno nazi, que
reclamaban el exterminio de los judíos. Su oportunidad llegó con el hobierno de
Vichy.
De este modo, Hitler logró matar
a 92.000 (26%) judíos franceses y de los 75.000 deportados de Francia con la
ayuda de las autoridades francesas, sólo sobrevivieron 2.500.
En Bélgica, a pesar de la resistencia
local, fueron asesinados 40.000 de un total de 65.000.
La red nazi llegó incluso hasta
el exterminio de las 4 hermanas de Freud: Adolfine, de 81 años; Paulina, de 80;
Marie, de 82 y Rose, de 84, en distintos campos de concentración., mientras los amigos de Freud, después del
Anschluss, anciano y canceroso, pagaron rescate a los nazis y lo llevaron a
Inglaterra .
De modo que murieron casi SEIS
MILLONES DE JUDÍOS, a manos de la inteligencia y la fuerza demoníaca de Hitler,
de sus esbirros y del silencio cómplice y cobarde de los alemanes.
Sión fue la puerta de la
esperanza y el sueño para la creación de un hogar de paz y libertad después del
sacrificio de seis millones de judíos.
Se inició tras el caso Dreyfus,
el impulso dado por Herzl, la opersión rusa en 1917, la Declaración de Balfour
y el mandato de la Sociedad de naciones con la creación de palestina, cuyo
colofón fue la persecución hitleriana.
Churchill también apoyó las
propuestas de Weizman para la creación de una fuerza de choque que los
defendiera en ese nuevo Estado.
Una vez que los británicos
renunciaron a su mandato en Palestina, Truman le dio el definitivo espaldarazo
para la creación de Israel. En mayo de 1947 las naciones Unidas abordaron el
problema de Palestina. La mayoría propuso un nuevo plan de partición: habría un
estado árabe y otro judío, más una zona internacional en Jerusalén. Gracias al
decidido apoyo de Truman, la Asamblea General aprobó la propuesta con 33 votos
a favor, 13 en contra y 10 abstenciones.
El 14 de mayo de 1948, declaraba
Israel su independencia, con el apoyo de Truman y días después de Stalin.
Ben Gurión leyó la Declaración de
Independencia en el Museo de Tel-Aviv, aunque se recrudecerían los pronlemas
árabes-israelíes. De este modo han estado en guerra hasta nuestros días.
Fijando como lengua de la nación el hebreo, que hasta finales del siglo XIX,
ningún judío lo hablaba como su lengua natal.
Maimónides había dictaminado que,
pese a la destrucción, el lugar del templo conservaba eternamente su santidad,
razón por lo que era el sancta sanctorum de los judíos.
Simon Wiesenthal, un judío checo
que había sobrevivido a los campos de exterminio de Buchenwald y Mauthausen,
fundó el Centro Judío de Documentación Histórica, con sede permanente en Viena,
centrando sus esfuerzos en la identificación de los criminales nazis y su
puesta en manos de la justicia. De este modo logró atrapar a 1.100 nazis,
principalmente Eichmann, detenido en Argentina en mayo de 1960.
En Francia, en el perído de
posguerra, empezó a tener un crecimiento, razón por la que dieron
notablesprimeros ministros de ascendencia judía, por ejemplo, René mayer y
Pierre Mendes-France en la Cuarta República, y Michel Debré y Laurent Fabius en
la Quinta, además del compositor Darius Milhaud, que en 1970 inauguraba la
sinagoga en Aix-en-Provence.
Creció su presencia en Gran
Bretaña, también en estados Unidos, donde en 1970 eran 5.780.960 judíos, un
2,7% de la población norteamericana.
Ningún pueblo ha demostrado más
fecundidad en la tarea de enriquecer la pobreza o humanizar la riqueza, o en
convertir la desgracia en un factor creador.
Los judíos dieron al mundo el
monoteísmo ético, que podría describirse como la aplicación de la razón a la
divinidad..
En todo caso, la historia judía
enseña que sí hay un propósito en la existencia humana, y que no nacemos sólo
para vivir y morir como bestias. “Sé fuerte y ten valor; no temas, ni te
desalientes; pues el Señor Tu Dios está contigo dondequiera que vayas”, del
libro de Josué.
En el epílogo de esta hermosa
obra del profesor Paul Johnson nos dirá que a los judíos les debemos la idea de
la igualdad ante la ley, tanto divina como humana; de la santidad de la vida y
la dignidad de la persona humana; de la conciencia individual y, por lo tanto,
de la redención personal; de la conciencia colectiva y, por lo tanto, de la
responsabilidad social; de la paz como ideal abstracto y del amor como
fundamento de la justicia..
Los judíos han creído que eran un pueblo especial, y
lo han creído con tanta unanimidad y tal pasión, y durante un período tan
prolongado, que han llegado a ser precisamente eso.
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