LAS BUENAS INTENCIONES, DE MAX AUB, DE ALIANZA EDITORIAL
Leer a Max Aub es reencontrarse con la dignidad del ser
humano, aunque habitualmente sea en la persona de un perdedor, en este caso
Agustín Alfaro y su eterno sueño y amor, Remedios.
Hermosa novela, en la que en el mismo hogar de un Madrid
previo a la guerra civil, el padre es el clásico truhán familiar que, gracias a
su profesión de agente comercial, frecuentes son los amoríos, en uno de los
cuales deja embarazada a una humilde jovencita, Remedios, que se atreve a
acudir a la casa del amante para denunciar este hecho y la manutención de quien
va creciendo en su vientre. Su hijo, Agustín, dispuesto a evitar la ruptura
matrimonial y el desengaño de su madre en la persona del marido que tanto
alaba, José María, hallará la solución de componer un matrimonio con la amante
de su padre y próxima a dar a luz.
Sin proponérselo y sin tener relación sexual el nuevo matrimonio,
llevada a cabo la boda para evitar un escándalo y atender al nuevo nieto, más
bien hermanastro de Agustín, remedios acabará enamorándose de éste y él de
ella, sin que ninguno de los dos encuentren la ocasión oportuna para declararse
ese amor.
Mientras la madre de Agustín se hace cargo del vástago, como
abuela, su hijo y Remedios, vivirán las distintas vicisitudes de una dictadura
de Primo de Rivera y de la sociedad del momento que se acerca a una república.
En esta obra, el trasfondo es el brillante manejo del
castellano, por alguien cuya lengua vernácula fue el francés y el alemán, por
razón de su padre y madre, como el haber nacido en París, así como su enorme
sensibilidad para captar las distintas emociones de cuantos personajes aparecen
en su obra, por lo general la clase trabajadora.
Pero en el fondo del texto, late su recuerdo de España, sus
gentes, sus costumbres y sus desasosiegos humanos. Sus pulsaciones son las de
un exiliado a quien Méjico acoge para escribir su obra, pero que sigue unido
profundamente con la suerte de los españoles que los hace suyos.
Calle Valverde, otra gran obra, ésta más radicada en el laberinto
del Madrid de los Austrias, de las calles Mayor, Alcalá, Gran Vía o Puerta del
Sol, es igualmente de una gran carga humana, por lo que en el fondo, su autor,
Max Aub, lleva a cuestas ese gran recuerdo de una España que siempre amó y que
logra mostrar popularmente en estas dos obras: las buenas intenciones y calle
de Valverde.
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