sábado, 21 de octubre de 2023

ISRAEL SIEMPRE HA QUERIDO LA PAZ.

 


ISRAEL, EL PUEBLO QUE SIEMPRE QUISO LA PAZ

En la guerra se siguen ventilando las mismas cuestiones que en la paz, nos habría dicho Manuel Azaña. La política de guerra no tiene más objeto que resolver por las armas los conflictos que por torpeza, mala voluntad o imposibilidad de otro género no se han resuelto por la política de paz y mientras Israel, por fin pudo abrirse a cerrar acuerdos y heridas con los países árabes y musulmanes, que hasta ahora la habían agredido y trabajado continuamente para su desaparición, Irán y sus filiales terroristas, ese país de clérigos y de la teocracia, como de lapidar a la mujer, y a no dudar la larga sombra de Putín, han impulsado y animado a Hamás, si no le facilitaron las armas, la estrategia y la tecnología para acometer un cruel golpe terrorista contra civiles y en territorio hebreo, iniciando así esta guerra.

Habrá todavía quienes se siga manifestando en pro de Palestina, quien ciertamente es objeto de esa tenaza entre musulmanes e israelitas, ¿pero acaso no viven ellos de la solidaridad y la ayuda humanitaria y económica desinteresada de todo el planeta?¿acaso han hecho ellos algo más por evitar que los terroristas de Hamás y otras facciones de Irán o Siria, o del oscuro mundo musulmán, no se infiltren?

En España mismo, Palestina sigue contando con un enorme respaldo social, particularmente del comunismo, que muestra su peor faz en discursos como el que recientemente hiciera la representante de Sumar, la galaica Yolanda Díaz, o las barbaridades dichas con odio, por las representantes del extremista partido en casi desaparición y excrecencia, Podemos, las señoras Montero y Belarra, de pésima ejecutoria personal y ministerial en ambos casos. Por suerte, también las gentes de Israel, en la masa neutra, en la gente laboriosa y callada, cuentan con el respeto y la comprensión por la defensa que hacen de su territorio como de su historia, amén de estar muy vinculados a los españoles por su conexión de sefarditas, de la que en millones de españoles también anidan gotas de sangre.

Que Israel es la víctima, que ha sido agredida, nadie lo duda, o pocos somos quienes lo dudamos, excepción hecha de ese miserable contingente de comunistas, etarras y separatistas que también para España buscan lo peor. Por todo ello, Israel, hoy más que nunca, tiene el derecho a defenderse y repeler la agresión sufrida, a pesar de que siempre trabajó por la paz, mientras que quedan en el mundo oligarquías, autocracias y teocracias musulmanas que quieran un nuevo holocausto para hacer desaparecer a los judíos, después de cuanto han sufrido desde antes de la entrega de las tablas a Moisés.

¿Y qué le queda por hacer a Occidente, a las democracias de la vieja Europa, a los países libres de América? Construir puentes para una ayuda humanitaria a la población civil y seguir trabajando para que, como en los acuerdos firmados en Madrid con Arafat, se selle la paz y ambos estados, Israel y Palestina, puedan vivir en paz y armonía. Ojalá pronto todos lo veamos, mientras los terroristas liberan a los rehenes y purgan su condena ante la justicia.

¡Shalom, hermanos de Sefarad e Israel!

¡Salam, Palestina!

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