LA ESPAÑA QUE FAGOCITA EL PSOE EN EL
INTERÉS DE SÁNCHEZ
Ayer era el clero el que
corrompía, hoy son los políticos que se apodan ellos mismos “progresistas”
quienes se erigen en colocar y buscarle empleo, o enriquecer, a sus afines.
Ayer el godo se prosternaba ante
el clero, hoy lo haría ante un político, sólo a ellos el paisano hace
acatamiento y les teme, y si el político está descontento, tómese la justicia
por su mano, poniendo de parapeto a las fuerzas del orden, o la justicia a su
manera, empleando la acción directa: ya contra la sociedad española que no le
ha votado y, a no tardar, contra el mismo Rey y la Monarquía parlamentaria. ¡Al
tiempo, con Sánchez!
Cuando alguno de estos políticos progresistas se duele, deplorando la
desigual repartición, o el no ser ministro o simple delegado de gobierno, sus líderes les buscan empleo y regalías.
Francia tuvo su enemigo en
Alemania, los españoles, sin tomar plena conciencia, los tenemos entre los
nacionalistas vascos y catalanes, los mismos a los que se ha entregado Sánchez
y la escoria que le hace palmas en el Congreso de los Diputados.
Los socialistas no se percatan
que son los potentados y la casta política vasca y catalana quienes buscan la
separación, sembrada ya en las ikastolas y desde la guardería contra el sentimiento
común de ser español.
Los socialistas son ahora un
cuerpo inmune, con más predicamento e imperio que pudiera tener el médico, el
juez, el catedrático y el militar si los fundiesen en una misma pieza.
El mayor ladrón, dirá Quevedo, no
es el que hurta porque no tiene, sino el que teniendo mucho, aun quiere más,
este es el caso de los separatistas catalanes: Mas, Puyol, Puigdemont y la
ralea que les sigue o, en el caso vasco, todos la clase dirigente del PNV
El morbo separatista recupera su
candelero gracias a Sánchez, pues la codicia, repartir las mercedes entre los
ladrones del campanario, descuartizar la potencia pública, como Adif en las
cercanías o la Seguridad Social, permite a esa oligarquía gobernante el
despojo, que pagan los más humildes siempre, no el político, como bien sabemos
por las políticas iniciadas con Zapatero que hundió a la clase media española,
mientras él se atrincheraba con Maduro en las minas de oro de Venezuela y nos
vendía que estábamos en la Champions
League.
Nuestro destino como españoles,
con el asalto al poder de Sánchez y los separatistas, es bien negro, ambos se
erigen en nuestros amos y despojan a quienes no son amnistiados, de los escasos
recursos que teníamos y amplían la brecha social, estructural, financiera y
económica con los territorios vasco y catalán, en detrimento de las inversiones
que desde tiempo inmemorial llevan comprometidas y aplazadas en Andalucía, Extremadura,
Murcia, Castilla, La Mancha o Aragón.
Si la honestidad personal no
decide el triunfo de la noble causa de cuantos se manifiestan contra esta
deriva socialista, orquestada por los malandrines del PSOE, pastoreados por
Sánchez y su camarilla, Azaña nos manifestará, en su crítica a la visita a
Palacio de Unamuno, que “concitar las pasiones de la muchedumbre, azuzarla,
manejarla, puede ser obra digna, donde se sacie el prurito de creación y resida
un goce estético”, pero uno se pregunta de qué le sirve a la masa neutra, de que
nos sirve a quienes no tenemos carnet de partido político alguno y sólo la
libertad de pensamiento independiente, acaso el ánimo no debiera esforzarse a
la acción en el empeño de debelar la autocracia de Sánchez y sus corifeos, pues
todos los razonamientos están ya hechos, todos los discursos son inútiles, como
se ha demostrado. No fue así como procedió Largo Caballero en la revolución de
1934 y ahora nos encontramos ante un nuevo dictador, un psicópata que acepta se
impongan los corruptos, los demagogos, los etarras y los separatistas.
La sociedad española se ha divido
en dos, entre la nueva casta de políticos que quieren alcanzar el poder a toda
costa, para sus trapicheos: Tito Berni, ERES de Andalucía, Convergencia y Unió,
Waterloo, clase elitista en el PNV, enchufes del tipo la pareja de Hernando en
la Diputación de Almería, la esposa de Espadas en Sevilla, los amigos de
Sánchez en Correos y otras empresas estatales, Chaves, Griñán, las Cajas de Ahorros
hundidas, el casoplón de Iglesias, el enriquecimiento personal urbanístico de
algunos alcaldes de provincias y serranías, el eterno vivir de la profesión política,
frente al movimiento cívico que, en su mayoría no es capaz de llegar a fin de
mes, sobrecargados de impuestos, carestía de la vida, dificultad para encontrar
empleo y/o vivienda, intereses bancarios elevadísimos, cesta de la compra por
las nubes, arrinconados estos últimos pues nadie les escucha y solo existe un
problema, AMNISTIAR A LOS POLÍTICOS POR LOS MISMOS POLÍTICOS, por un gobierno
corrompido socialcomunista y separatista.
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