domingo, 3 de diciembre de 2023

 


PAUL COLIN, UN BELGA Y EUROPEISTA POCO CONOCIDO

Cuando la Europa Estado Supremo sigue deambulando con los avatares de algunos de sus representantes nacionales, como el socialista Sánchez en España, rompiendo consensos, escupiendo en la cara de los israelitas sus pretendidas soflamas pacifistas, mientras toma partido por los terroristas de Hamás, como en el Congreso de los Diputados, carrera de San Jerónimo, lo hace por los filoetarras vascos ahora en Bildu, o en Bruselas y Alemania, la misma Francia, soportan en su suelo a un golpista catalán como Puigdemont y sus secuaces residentes en Waterloo, buscado por la Justicia española  por sedición y malversación, condena de 9 a 14 años a sus comparsas; echamos en falta a muchos de aquellos intelectuales, como el caso de este belga, Paul Colin, que en la revista Europe, que se editaba en París y se vendía cada ejemplar por 4 euros, en el año 1923, denunciaban los nacionalismos, los mismos que ahora Sánchez y su camarilla quieren despertar y enfrentar, que como ayer, están respaldados por poderes opresores capitalistas catalanes, que junto a las fuerzas ocultas de Putin, pretenden distraer a Europa de su principal fin, la unidad, igualdad y prosperidad de sus habitantes, sin distinción de campanario.

Porque es un hecho evidente que la idea nacionalista ha dado de sí cuanto llevaba dentro, nos diría Azaña también en ese período entre guerras, demostrando que tenía escasas dotes de clarividencia, pues pronto conoceríamos el asalto al poder del partido nacional socialista alemán, liderado por Hitler, con las funestas y horripilantes consecuencias para la humanidad que todos conocemos y qué decir con el holocausto judío.



Sin embargo, este mismo Paul Colin, como René Arcos Leví, director de la revista Europe, y con sangre sefardita, colaborarían con la revista España y darían muestras de su voluntad de una Europa unida y de expulsar a los especuladores, industriales rapaces, políticos corruptos, recordemos a Jordi Puyol, Mas, la élite de Podemos o el mismo Rodríguez  Zapatero sostenido por Venezuela y los socialistas de los ERES de Andalucía,  Convergencia y Unió, que están detrás del movimiento de Junts y de esa burguesía catalana, caso de Roures, cuya patria es la pela, que saben que si dividen vencerán y podrán ser los nuevos caciques de su región, manejando directamente las cuerdas de hombres de la mediocridad de Turull, Forcadell y el resto de la escoria golpista catalana, apoyados por un socialismo español decadente.

Que el olvido de la persona de Paul Colin en Bruselas es bien patente, sirve de muestra que un golpista como Puigdemont se pueda pasear por sus calles, aunque habrá quien diga por qué Sánchez no cumple su palabra de traerlo a España y ponerlo delante de los Jueces, la respuesta sería fácil, en España el socialismo, el populismo y un 6% de separatistas y etarras, han atado la voluntad, las manos y la historia del PSOE, que se ha entregado en la persona de Sánchez y la camarilla que le rodea, a torcer la ley para sostenerse en un poder que sólo le han otorgado, sin que  en las elecciones el pueblo conociera su voluntad de amnistiar a unos golpistas, a este desalmado político del PSOE, menos de la mitad de los españoles.

Quien como Paul Colin aborreció los nacionalismos y quiso poner su grano de arena valiente, creativo y nuevo en una Europa que acababa de conocer la guerra de 1914-1918, junto con esa España intelectual de nuevo cuño y de la desolación de la pérdida de nuestras posesiones en 1898, en este siglo XXI, se vería sorprendido hoy de que en  esa misma Bruselas, en esa nueva unión Europea, hay quienes siguen protegiendo a golpistas en contra de una mayoría, y lo que es más grave, a espaldas del Congreso de Diputados y con reuniones secretas en la ciudad bancaria de Ginebra, en Suiza.

 

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