EL TIEMPO DE LOS REGALOS, DE
PATRICK LEIGH FERMOR
Patrick Leigh Fermor, británico,
de infancia y formación turbulenta, pero con el mismo resuello que acostumbran
muchos de sus conterráneos de las islas por abrirse a nuevos horizontes, que
también elegirán España para ello, a los dieciocho años decide partir en busca
de Istambul, viajando a lo largo del Rin y el Danubio.
Es el año 1933, cuando en
Alemania Hitler ha alcanzado el poder, a pesar del asombro y la penosa
situación económica y lo incierto del futuro, a través de los Polders y
el Zuidersee holandés inicia su marcha, con un pasaporte donde certifica que es
estudiante y con la firme voluntad de aprender y ser receptivo a todo lo que
irá descubriendo.
Lo primero que le atrae es el
modo afectuoso y sencillo que las gentes del camino le atienden, dándole cobijo
en cobertizos, como en residencias para estudiantes, cuando no en palacetes de
las diversas etnias que conforman el mosaico de la Europa central,
describiéndonos brillantemente los caracteres del idioma, la geografía y la arquitectura,
mostrándose como uno de los autores de viajes más brillantes por sus
descripciones y el relato que hace de las personas que encuentra como el paisaje.
Logrará, en esos casi dos meses y
medio de viaje, aprender el alemán y hacer amigos por donde pasa, a los que les
regalará algunos dibujos de los que, ya en Viena, y tras el encuentro en una
residencia para vagabundos de Konrad, logrará poder salir a flote con las
caricaturas que hace de puerta en puerta y a nueva amistad.
Para el incendio que desde la
Alemania nazi se va forjando y que culminará con una tragedia que supere la
guerra de los 30 años, a la que él hace a menudo mención y tiene presente, y de lugar al Holocausto judío, resulta ser un tiempo
para los regalos por la generosidad de holandeses, alemanes, bosnios, húngaros,
bohemios, austriacos, checos y judíos de Bratislava, pues irá describiendo la
belleza de los lugares, como el pasado histórico de los mismos, alcanzando su
libro una brillante descripción de viajes que, quien lo desee, hoy podría repetir
el trazado gracias a las cumplidas descripciones que Leigh Fermor hace en este
libro.
Después del enorme cataclismo que sacudió Europa en 1940, a Patrick Leigh Fermor le costaría trabajo entender cómo había podido pasar por esas fértiles tierras que bañan el Rin y el Danubio tamaña barbarie teutónica, por lo que tuvo la fortuna de recibir un gran regalo, contemplar la belleza de lugares que pronto serían pasto de las bombas, la destrucción y la ruina, lugares que él conoció pacíficos y fraternos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario