martes, 12 de marzo de 2024

FREDERICK FORSYTH, EL CUARTO PROTOCOLO, Y SU PROIMIDAD CON EL 11-M EN MADRID, A TENER EN CUENTA

 


FREDERICK FORSYTH, EL CUARTO PROTOCOLO Y SU POSIBLE RELACIÓN CON EL 11-M

El autor británico de novelas de espionaje y ficción, en esta novela que trata sobre el intento de hacer estallar una bomba nuclear en suelo inglés por parte de un ilegal ruso, es decir un espía enviado por el KGB ruso para desestabilizar la democracia británica, a unos días de las elecciones y ante la creciente ola popular de un desarme nuclear,  que el partido laborista patrocina, dentro del emocionante modo de adentrarnos en los círculos del espionaje y contraespionaje británico, alrededor del MI5 o MI6, como de las diferentes células que en el Reino Unido han hecho del espionaje un motivo de atracción para el poder soviético, también se interna en las distintas maneras que los soviéticos llevan a cabo el espionaje, la formación de sus espías y la captación de traidores a la causa de su nación, a veces empleando el subterfugio de un país tercero, en esta obra será Sudáfrica y un diplomático, Jean Marais, al igual que un alto funcionario en el Ministerio de Defensa británico, Berenson, casado con una aristócrata, que irá desvelando secretos armamentísticos de su nación como de las relaciones con la OTAN, y que por un casual robo en su apartamento en un elitista barrio de la City, pondrá en marcha la búsqueda del traidor, de los documentos transmitidos y del por qué de esa captación como agente al servicio de otro país.

Un antiguo comandante militar, que fue quemado en Irlanda del Norte, mientras se enfrentaba a los terroristas del IRA, Preston, ahora en el MI6 y en contacto directo con un alto director de los servicios de información británicos, Sir Nigel Irvine, será quien con su perseverancia desmantele el intento de un enorme atentado nuclear en Gran Bretaña.

Novela muy cinematográfica, como la mayoría de los libros escritos por este autor: Odessa, Chacal,  que además nos describe perfectamente armamento y medios empleados en esta esfera de la oscura y apresurada  defensa de su país.

Cómo son las intrigas en la Unión Soviética, la lucha por el poder, la senectud de sus dirigentes y en este caso del secretario general del partido comunista, los edificios, las dachas, el servicio y también las instalaciones británicas de espionaje, posiblemente muy bien documentado todo por que el mismo Frederick trabajó en el MI6, junto a la trama, hacen de este libro un ameno entretenimiento, pero también le hacen a uno reflexionar sobre el modo de proceder inherente al Poder ruso de ayer, como el de Putín hoy, capaz de intentar desestabilizar las democracias en Occidente, como así pasó en España un 11-M, tres días antes de las elecciones, con un brutal atentado en Madrid, que hizo posible que el PSOE con Rodríguez Zapatero a la cabeza, alcanzara el poder de manera inesperada, pues todos los vaticinios estaban con el PP., que aceptó esas elecciones cuando la opinión pública no podía llevar a cabo esa celebración por el golpe recibido y el miedo existente, pues la devastadora influencia del atentado y el empleo hecho por el mismo partido socialista de culpar a Aznar en la intervención española en Irak, terminaron volcando las votaciones sin fundamento en los días previos.

Señalado fue la Yihad, pero no se ha podido demostrar fehacientemente quién fue el director del programa de este atentado y, si uno lee este libro, se da cuenta que Rusia, antes como ahora, están siempre detrás de acontecimientos que no parecen tener una autoría concreta, pero que buscan quebrantar las democracias o agredir Estados vecinos que ya no quieren seguir bajo su yugo, como Ucrania.

En esta obra, Preston logró que Margaret Thacher pudiera derrotar a los laboristas, eliminando a los topos rusos en Gran Bretaña, como al espía dispuesto a causar una hecatombe, no así  en España, el 11-M de hace veinte años, todo el mundo pensó que sería ETA, pues sobraban los antecedentes y los intentos en la estación de Zaragoza como en trenes, mientras unos simples y vulgares muslimes, ayudados por drogadictos españoles, atentaron en Madrid de la manera más cruel y vil que se recuerde tras la masacre de las Torres Gemelas de Nueva York, sin que la Justicia haya sido capaz de saber quién fue la inteligencia de la muerte de tantos inocentes, los mismos que en el Cuarto Protocolo, de no haber tenido éxito la perseverancia de John Preston, habrían abierto las puertas a la victoria laborista y la toma de poder del comunismo y, por ende de los Rusos.

Es una ficción que, si la extrapolamos a ese 11-M en España, y a las pruebas, el juicio, como la toma del poder por parte del PSOE, nos indican que Putin podía estar detrás, como también está demostrado que está vinculado al separatismo catalán y al fugado Puigdemont en Waterloo.

Novela para pasar una grata tarde, como para reflexionar de la barbarie y las conexiones que Rusia sigue teniendo en su afán de desestabilizar el mundo y, sobre todo, de tener países y gobernantes satélites de su gobernanza.

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