sábado, 19 de julio de 2025

 


                                 HUERTA DE SAN VICENTE

Atrás quedó la Virgen del Carmen,

atrás el santo de Federico.

Hoy 20 de julio

Sólo el miedo y el terror.

 

Por Granada, mi Granada

su Granada,

cabalgan sobre sus negros corceles

los cuatro jinetes del Apocalipsis.

 

Los candados de la caja

de Pandora

por los aires han saltado

y ya ni esperanza queda.

 

Se abrió el baúl de los truenos,

surcaron el aire

los Siete pecados capitales,

ahora son sudario y el tónico

que Granada ingiere.

 

En la Huerta de San Vicente

los duendes han quedado mudos,

sobre los marmolillos,

mientras el poeta, de madrugada

tiembla y sueña.

 

Al alba,

el balcón sigue abierto,

ladran los perros de la vega

y los mastines desgarran una gacela,

que irá dejando surcos de sangre

                                       en barbecho.

 

Fui a verte.

Oír tu risa,

tus poemas, tus canciones, tu obra,

Tu memoria.

 

Sólo gritos de desesperación,

llantos y deprecaciones,

deprecaciones y llantos,

en un mar de lágrimas y sollozos

                                            sin fin.

 

En un piélago de lágrimas, abrazadas

las mujeres: Concha, Vicenta, Angelina Cordobilla.

El viejo chaladí, cabeza gacha,

llora en un murmullo junto al quebrado piano.

 

En el desván de la Huerta,

los ojos angustiados de tres churumbeles,

todavía hoy presentes,

me miran sin desmayo.

 

No hay consuelo para Concha, ni para su madre.

Han apresado al esposo, al yerno, al cuñado.

Federico llora

sobre el hombro del viejo hacendado, que brama

                                                             por dentro.

 

El balcón sigue abierto

-       ¡Acaso no lo oyes!

-       ¡Acaso no lo sientes!

Solo gritos y llantos, hoy también

por los callejones de Gracia,

en la Huerta de San Vicente.

 

 

 

Granada, 20 de julio de 2025.

F.O.S.T

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