sábado, 1 de noviembre de 2025

LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, DE GUSTAVE FLAUBERT

 


LA EDUCACION SENTIMENTAL, DE GUSTAVE FLAUBERT

Este autor francés, del siglo XIX, que admiraron numerosos otros escritores que le siguieron, entre ellos Vargas Llosa, por el realismo de sus composiciones, como también algunos rasgos de romanticismo, famoso por su libro Madame Bovary, es posiblemente, junto a Emile Zola, quien mejor ha sabido describirnos la sociedad burguesa y aristocrática parisina, como también relatarnos cuanto sucedía en esa época, que, en este libro de la Educación sentimental, además nos lleva de la mano por las calles de París en efervescencia política, pues sitúa a sus actores en los años cercanos al fin de la monarquía de Luis Felipe y la Revolución de 1848, siendo Frédéric su principal intérprete, quien desde su pueblo natal se desplazará a la capital de Francia para estudiar, aunque su tiempo estará dedicado a cortejar bellas mujeres, en su mayoría cortesanas, excepción hecha de la esposa del “densenfrenado” Monsieur Arnoux, siempre fiel a su emprendedor marido, que sin embargo mantiene como amante a la hermosa Rosanette, que terminará siendo también compartida por otros amigos y Frédéric, a quien termina dándole un hijo, inesperado, que  fallecerá a poco de nacer.

Bellas y literarias descripciones de personajes, atuendos y la geografía de París, a la vez que sus contornos, mientras no deja de ser pobre atención al populacho capaz de levantar barricadas, con la Marsellesa siempre como himno de conjura y lucha, a la vez que, por parte de Lamartine en el balcón del ayuntamiento parisino, la defensa de la tricolor, frente al rojo de los libertarios, como bandera de Francia y de las libertades, que. Desgraciadamente, en España, los republicanos despreciaron la enseña que introdujera Carlos III, quer sin embargo, los franceses, con Monarquía y República, también cuando llegaron a plegarse a Hitler, siempre conservaron, con el único cambio del escudo.

La novela nos irá mostrando la varia evolución sentimental por la que atraviesa Frédéric, también sus amigos, que cuando al final de sus días, su siempre amada Arnoux se presente a él y quiera entonces caer en sus brazos, el pelo ya  blanco, solo conseguirá el rechazo de Frédéric, quien siempre la tuvo en su pensamiento, a pesar de los diversos amores y desengaños que tuvo a lo largo de su acomodada vida, pues entre herencias varias, pudo vivir de las rentas, no ya por el deterioro natural de ambos, con el paso del tiempo, sino porque rompía el ensueño que le causó como sus ahogados sentimientos de poseerla y amarla.

De este modo, tras el deambular de Frédéric en busca del amor, con la siempre presencia en su mente de la mujer de Arnoux, nuestro protagonista principal prefiere seguir solo y guardar el recuerdo de aquel amor platónico que siempre persiguió y nunca pudo alcanzar.

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