LA EDUCACION SENTIMENTAL, DE
GUSTAVE FLAUBERT
Este autor francés, del siglo
XIX, que admiraron numerosos otros escritores que le siguieron, entre ellos
Vargas Llosa, por el realismo de sus composiciones, como también algunos rasgos
de romanticismo, famoso por su libro Madame Bovary, es posiblemente, junto a
Emile Zola, quien mejor ha sabido describirnos la sociedad burguesa y
aristocrática parisina, como también relatarnos cuanto sucedía en esa época,
que, en este libro de la Educación sentimental, además nos lleva de la mano por
las calles de París en efervescencia política, pues sitúa a sus actores en los
años cercanos al fin de la monarquía de Luis Felipe y la Revolución de 1848,
siendo Frédéric su principal intérprete, quien desde su pueblo natal se
desplazará a la capital de Francia para estudiar, aunque su tiempo estará
dedicado a cortejar bellas mujeres, en su mayoría cortesanas, excepción hecha
de la esposa del “densenfrenado” Monsieur
Arnoux, siempre fiel a su emprendedor marido, que sin embargo mantiene como
amante a la hermosa Rosanette, que terminará siendo también compartida por
otros amigos y Frédéric, a quien termina dándole un hijo, inesperado, que fallecerá a poco de nacer.
Bellas y literarias descripciones
de personajes, atuendos y la geografía de París, a la vez que sus contornos,
mientras no deja de ser pobre atención al populacho
capaz de levantar barricadas, con la Marsellesa siempre como himno de conjura y
lucha, a la vez que, por parte de Lamartine en el balcón del ayuntamiento
parisino, la defensa de la tricolor, frente al rojo de los libertarios, como
bandera de Francia y de las libertades, que. Desgraciadamente, en España, los
republicanos despreciaron la enseña que introdujera Carlos III, quer sin
embargo, los franceses, con Monarquía y República, también cuando llegaron a
plegarse a Hitler, siempre conservaron, con el único cambio del escudo.
La novela nos irá mostrando la
varia evolución sentimental por la que atraviesa Frédéric, también sus amigos,
que cuando al final de sus días, su siempre amada Arnoux se presente a él y quiera
entonces caer en sus brazos, el pelo ya
blanco, solo conseguirá el rechazo de Frédéric, quien siempre la tuvo en
su pensamiento, a pesar de los diversos amores y desengaños que tuvo a lo largo
de su acomodada vida, pues entre herencias varias, pudo vivir de las rentas, no
ya por el deterioro natural de ambos, con el paso del tiempo, sino porque
rompía el ensueño que le causó como sus ahogados sentimientos de poseerla y
amarla.
De este modo, tras el deambular
de Frédéric en busca del amor, con la siempre presencia en su mente de la mujer
de Arnoux, nuestro protagonista principal prefiere seguir solo y guardar el
recuerdo de aquel amor platónico que siempre persiguió y nunca pudo alcanzar.

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