BREVE CRONOLOGÍA DE LA VIDA DE FEDERICO GARCÍA LORCA,
EXTRAÍDO DE IAN GIBSON, FEDERICO GARCÍA LORCA. EDITORIAL CRÍTICA
Para
Emilio Valenzuela Rodríguez,
un
histórico futbolero apasionado por Lorca
Presentación
Quien posiblemente sea el más documentado biógrafo de
Federico García Lorca, que posiblemente ha hecho de su vida la perfecta
dedicación a la persona y el mito del poeta granadino, Ian Gibson, británico afincado
desde hace años en España, en 2011 sacaba de la imprenta esta copiosa obra
sobre, quizás, el personaje más grande que ha alumbrado Granada, también la
literatura hispana en época contemporánea, motivo por el que, tras releer una
vez más tan valioso y preciado libro, me tomo la libertad de resumir lo que ha
sido su lectura, donde además de repasar cronológicamente lo que fue la corta y
pronto cegada vida del insigne Federico, ponga un pero a mí también admirado
Ian Gibson, que, tanto en esta obra como en otras posteriores, acostumbra a
hacer bastante hincapié en que el poeta fuera homosexual, lo que ha desmentido
habitualmente su familia y amigos, o compañero de sus primeros días en Madrid,
Mora Guarnido, entre otros.
No voy a entrar en discusión con el biógrafo, sobre todo
cuando con tantos testimonios habla de la presencia afectuosa de Rafael
Rodríguez Rapún, o los encuentros que en Cadaqués tuvo con Salvador Dalí,
antes, ni de las declaraciones que, según Ian Gibson, le habría hecho también a
Cipriano de Rivas Cherif, el relevante “metteur en scéne” teatral de las obras
que representó Margarita Xirgu, como los devaneos que pudiera haber tenido en
su viaje por Cuba.
Todo son especulaciones, nada demostrado fehacientemente,
aunque la portentosa obra de Federico García Lorca, en su poesía y teatro, no
pueden estar empañados por una obsesión de su biógrafo de poner en relieve esta
faceta que supuestamente ocultaría el poeta y que, al parecer, le haría sufrir,
además de mostrar el rechazo a aquellos que en sus gestos mostraban
ostensiblemente su desviación sexual.
Por desgracia, su vida fue truncada ignominiosamente, entre
Víznar y Alfacar, y España, como el arte en general, perdieron a un autor que
podría haber prolongado sus éxitos y el descubrimiento de nuevos caminos en el
teatro, con ese amor a Granada y a su Fuente, que nunca se ha extinguido y que
resuma en cada línea de sus trabajos y por cada uno de sus poros
Tras los agradecimientos y el prólogo, Ian Gibson hace una
precisa introducción sobre la infancia veguera del poeta, empezando por la
geografía natal, su familia y las primeras inquietudes artísticas de Federico,
que nace en Fuente Vaqueros, un 5 de junio de 1898, aunque a él le gustará
decir siempre que fue en 1900, a pesar de que la partida de nacimiento que encontró su también
biógrafa y amiga francesa Marcelle Auclair, deja bien claro la fecha de su
llegada a este mundo, en el seno de una saga de agricultores bien acomodados,
de muchos primos, con un padre que se había vuelto a casar tras fallecer su
primera esposa y de hacerlo con una joven, hija única, maestra de escuela.
Almería
Recibe sus primeras enseñanzas en Fuente Vaqueros y también
en Almería, donde él y varios primos se trasladan ya que allí ha sido destinado
don Antonio Rodríguez Espinosa, que en 1903 había ganado por oposición, la plaza
de director de la Escuela Elemental de niños del Hospicio de Almería (En 1913
será trasladado a Madrid). Donde llegan desde el pueblo de Asquerosa (Hoy
Valderrubio), donde el padre y sus
hermanos han comprado una finca en la vega de Zujaira, dedicándose con gran
éxito al cultivo de la remolacha de azúcar.
No se sabe exactamente el tiempo que Federico pasó en
Almería, si uno o dos años, sí tenemos constancia que se presentó al examen de
ingreso al primer curso de bachillerato en el Instituto almeriense y que tuvo
lugar el 21 de septiembre de 1908, conservando en el Instituto Nicolás Salmerón
la prueba escrita, que consta de un dictado y una cuenta de dividir y su
comprobación. Aunque por una enfermedad repentina, su padre tuvo que ir a
recogerlo.
En aquel colegio llamado Jesús, sin nada que ver con los
jesuitas, y de corte bastante liberal, solían acudir los herederos de las
familias pudientes de Almería, puerto donde un barco semanal hacía el trayecto
hasta Londres o Liverpool, cargado de minerales y, a diario, cuando la uva
almeriense estaba en su apogeo, su transporte.
Que a tan temprana edad, el mar cercano y el secarral de
estas tierras pudiera despertar en él algo, nada sabemos, sí que a buen seguro,
con el paso de los años, seguiría
siempre las noticias de lo que allí ocurría, razón por la que la historia que
leyó en el ABC sobre el crimen del Cortijo de los Frailes, años más tarde y en
Madrid, le servirían a él para la creación de su gran obra teatral de Bodas de
sangre.
Cinco toronjas se
endulzan
en la cercana
cocina.
Las cinco llagas de
Cristo
Cortadas en Almería
Granada
Decididos a darles a sus hijos la mejor formación
académica posible, se trasladan a Granada en 1909, con domicilio en Acera del
Darro, 66 (hoy 46 y desaparecida), calle ésta con el curso del Dauro desde el
Puente de Castañeda hasta su encuentro con el río Genil, sin el embovedado que
hoy lo cubre y a pesar de que la escuela de los Escolapios estaba cercana y era
de renombre, a ellos no les interesó, en su decidida apuesta por una enseñanza
laica. En esta casa estarán alquilados hasta 1916. Era lo que entonces se
llamaba una casa sola, varias plantas, un patio y un jardín al fondo, con una
pequeña cuadra y el corral. Destacaba en ese patio una parra y un surtidor,
además de un espléndido magnolio. En la pared del fondo crecían los geranios y,
en los macizos, violetas azules y blancas y siemprevivas,
Casa ésta que en él y sus hermanos despertarán siempre
recuerdos entrañables y que además les mantendrán siempre en contacto con la
vega de donde ellos llegaron, por las criadas y el ir y venir del padre para
atender sus negocios agrícolas. Aquí también estaba la nodriza de Federico,
Dolores Cuesta, más conocida como la Colorina, originaria de Láchar, y a la que
el poeta le dedicará hermosas palabras de agradecimiento por lo mucho que le
había enseñado, a pesar de ser ella analfabeta.
Extendernos ahora sobre la Granada que descubrían los
García Lorca y que tan brillante y pormenorizadamente nos detalla Gibson, sería
en este siglo XXI un esfuerzo baldío, pues la Alhambra y sus edificios barrocos
se pasean por el orbe y su atracción es tal que ya es una ciudad temática, donde el turismo, ávido de conocer sus
monumentos e historia, en estos tiempos lo ha colonizado todo.
Granada, pues, que llevará presente en toda su obra
nuestro Federico García Lorca, como en el torrente sanguíneo, tiene para él:
Dos ríos, ochenta
campanarios, cuatro mil acequias, cincuenta fuentes, mil y un surtidores y cien
mil habitantes
No obstante, ya tiene bien aprendido quien fue Ángel Ganivet,
la Cofradía que fundara del Avellano y cuantos han cantado a Granada, desde los
cuentos de Washington Irving, Théophille Gautier, Chateaubriand, Glinka,
Santiago Rusiñol, Albéniz, David Roberts, Zorrilla, Richard Ford, y tantos y
tantos…
Bachillerato y la música
Como quiera que un primo de Vicenta Lorca, Joaquín Alemán
Barragán, dirigía en Granada un pequeño colegio particular, y que entonces el
sistema de bachillerato vigente en España hacía posible que los alumnos
pudieran prepararse para el Grado tanto en los Institutos Generales y Técnicos
como en colegios privados, el matrimonio eligió para la formación de sus hijos
el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, en la pequeña placeta de Castillejos,
a unos pasos de la catedral y de la calle San Jerónimo, además de simultanear
las clases del Instituto, entonces establecido en el edificio del Colegio de
San Bartolomé y Santiago, al lado de la Colegiata.
Mientras que su hermano Francisco, cuatro años menor,
mostraba mejores aptitudes para el estudio, Federico pasó esta etapa a trancas
y barrancas, aunque en su fuero interno ya fue acumulando nombres y situaciones
que utilizará más tarde en su obra literaria, también en su crítica a ese
período difícil de aprendizaje.
Quiero llorar
porque me da la gana,
como lloran los
niños del último banco,
porque yo no soy
un poeta, ni un hombre, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro
lado.
Sin embargo, la herencia musical que hervía en su sangre,
pronto brotó en él, desde el momento que sus padres, además de a Francisco y
Concha, los pusieran a estudiar piano, siendo su primer profesor el organista
de la catedral y del Casino, don Eduardo Orense, aunque quien de verdad ejerció
en este terreno una enorme influencia sobre Federico, sería el profesor Antonio
Segura Mesa, que también tuvo como alumnos a los famosos compositores Angel
Barrios y el maestro Paco Alonso, autor de de zarzuelas que aún hoy día siguen
en cartel. Ya a su tía Isabel García Rodríguez, don Antonio le diría que su
sobrino tocaba divinamente, a quien
también el futuro poeta honró en la dedicatoria que le dedicó en su primer
libro: Impresiones y paisajes, publicado en 1918 gracias al aporte económico
del padre y las enseñanzas del viaje que realizó por el norte de España con el
profesor don Martín Domínguez Berrueta.
El poeta en la Universidad de Granada
La familia García Lorca se había mudado a la Acera del
Casino, desde donde él contemplará la estatua de la heroína Mariana Pineda y
las cumbres nevadas de Sierra Nevada, además de seguir en el piano de su casa
su navegación musical, y pronto ser un contertulio asiduo del cercano café
Alameda, a espaldas del Castillo de Bibataubín, a unos pasos de la fuente de
las Batallas y del teatro Cervantes (hoy desaparecido).
El Rinconcillo, fue el nombre de ese modesto ateneo de
jóvenes, que entre 1915 y 1922, tuvo sus días más gloriosos, por el elenco de
los asistentes y porque por sus mesas y alrededor de un café, desfilará la
intelectualidad y creatividad en su visita a Granada.
En la Universidad de Granada que fundara Carlos V en
1526, en la Facultad de Filosofía y Letras,
y Derecho, se matriculará Federico, con dos profesores excepcionales en
ese momento, Martín Domínguez Berrueta,
catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes, y don Fernando de los
Ríos Urruti, titular de la cátedra de Derecho Político Español Comparado con el
Extranjero.
Era un empeño decidido de su padre que tuviera Federico
una carrera, aunque su verdadera vocación por entonces era la de ser pianista,
donde según los augurios de su profesor estaba destinado a tener un gran
porvenir.
Su carrera universitaria se hizo a base de trompicones y
con la ayuda de los mismos profesores, aunque ya en las excursiones que por
viaje de estudios realizó con el profesor Berrueta, tanto a Castilla, León y
Galicia, como un año después a Baeza, donde conocerá a Antonio Machado, se
despertará su verdadera e íntima vocación, la literaria, por lo que irá llenando
cuartillas y cuartillas donde empiece a expresar sus sentimientos y sus sueños
de aprendiz de las letras.
Antes de llegar a la casa de la Acera del Casino, desde
la Acera del Darro, en el verano de 1916, estuvieron provisionalmente en un
piso de la Gran Vía, número 34, hasta pasar definitivamente a la Acera del Casino
31, había sido vecino y admirador de la bella Amelia Agustina González Blanco,
la zapatera, por regentar una tienda de zapatos en Mesones, y fundar un partido
político llamado el Entero Humanista, cuyo lema era Paz y Alimentación, que se
presentó a concejal y que también sería fusilada, no lejos del poeta, en 1936.
El Rinconcillo.
Mención aparte merece, en el
fondo del café Alameda, hoy ocupado por el restaurante Txikito, tras un
escenario donde cada noche actuaban músicos en directo, las tres mesas y un
sofá donde solían sentarse los amigos de Federico y una pléyade de jóvenes, como
algún otro no tan joven caso de Francisco Soriano Lapresa o “transeúntes” como
Manuel de Falla, quienes allí se vieron e idearon revistas, viajes, poemas,
sátiras o críticas. Fue el lugar que por la noche servía de encuentro y
tertulia para un elenco de intelectuales, periodistas y artistas granadinos,
como gente de paso a quienes estos jóvenes les servirían de lazarillo en su
visita a los monumentos de Granada, como cuando Juan Ramón Jiménez vino con su
esposa, o Falla buscaba vivienda en la Alhambra para residir. También sirvieron
de guía a H.G. Wells, Rudyar Kipling, John B. Trend, Arturo Rubinstein y Wanda
Landowska. José Mora Guarnido, amigo de Federico y compañero de estudios, nos
hablará de ellos, entre los que destacaban Antonio Gallego Burín, más tarde
alcalde de Granada; José Navarro Pardo, especialista en árabe; Melchor
Fernández Almagro, que será de los primeros en marcharse y tener plaza de
Correos en Madrid; Miguel Pizarro Zambrano, fundador de la revista Granada y
profesor de español en Japón; José Fernández Montesinos; Manuel Angeles Ortíz,
pintor; Constantino Ruíz Carnero, homosexual y director del Defensor de
Granada, asesinado en 1936; Ismael González de la Serna, pintor; Juan Cristóbal
González Quesada, de Ohanes, escultor;
Hermenegildo Lanz, dibujante; Francisco García Lorca, hermano de Federico,
diplomático; Juan de Dios Egea, diplomático; Francisco Campos Aravaca,
diplomático; Ramón Pérez Roda, escritor, casado con Eugenia Gómez Contreras;
Fernando Vilchez, artista y propietario del carmen Alonso Cano en el Albayzín;
Fernando de los Ríos, catedrático y político socialista. De quienes pasaron con
brevedad por el local, podemos citar a Miguel Cerón Rubio, impulsor del
festival de Cante Jondo, Guillermo de Torre, Enrique Díez-Canedo, Ramón Gómez
de la Serna, Gustavo Bacarisas y Andrés Segovia, entre otros.
Desde este rincón de Granada,
nacerían homenajes a ilustres personajes que honraron la ciudad con su estancia
y sus escritos, caso de Théophile Gautier, que viviera en la calle Párraga, y Pedro Soto de Rojas, en el carmen de los
Mascarones en el Albaicín, a quienes los rinconcillistas dedicaron una bella placa de azulejo de
Fajalauza. También lanzaron la revista el gallo,
abierta y liberal, en 1928, como sátira de la vida de las élites económicas
y políticas del momento, replicando ellos mismos con otra revista, de tono conservador, el pavo y la introducción de un indiano retornado, de nombre
supuesto Capdepón, que cooperará en
ese juego lúdico y de sutil crítica, como de gracia larvada.
Años 1925 al 1929 en la
vida de Federico, su familia y el arte
en España.
Son los años de la exaltación
literaria de Federico García Lorca, como de la estancia del poeta en la
Residencia de Estudiantes de Madrid, donde llegó en la primavera del año 1919, también de sus primeros escarceos en el teatro
con su malograda y pateada obra del Maleficio de la mariposa en el teatro Eslava
de Madrid, animado por Gregorio Martínez Sierra y su esposa María de la O.
Lejárraga, quienes le conocieron en sus
primeros trabajos, estando de gira
teatral por Granada.
Federico García Rodríguez
compra en 1925 la Huerta de San Vicente, nombre que él le da en honor de su
esposa. Rodeada de dos hectáreas cultivadas, en medio de la vega de Granada y
con acceso a la ciudad por los Callejones y la placeta de Gracia, donde se irán
a vivir definitivamente, dejando la amplia casa de la Acera del Casino en 1926.
Ya el 17 de octubre de 1926,
en el Ateneo de Granada, Federico García Lorca da una conferencia sobre la obra
del poeta granadino Pedro Soto de Rojas: Paraíso
cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos o la estética del diminutivo. A renglón seguido, sus amigos y
Rinconcillistas colocarán un azulejo diseñado por Hermenegildo Lanz en la que
fuera casa de Soto de Rojas en el Albaicín, en la casa de los Mascarones.
En 1927, en la Gaceta
Literaria, todos los poetas de la Generación del 27 presentan sus trabajos, a
instancias de Guillermo de Torre y Ernesto Giménez Caballero, mientras el
Defensor de Granada se hace eco con un suplemento literario y la cabecera de la
revista El gallo, es dibujada por Salvador Dalí.
En el teatro Fontalba de la
Gran Vía de Madrid, a unos pasos del edificio de Telefónica, en presencia de
Cipriano de Rivas Cherif y “el imponente
señor Azaña”, entonces secretario del Ateneo, Lorca leerá su obra mariana Pineda,
que será estrenada por Margarita Xirgu en Barcelona, en el teatro Goya, la
noche de San Juan, 24 de junio de 1927: mientras que ese verano el poeta lo
pasaría invitado por Dalí en Cadaqués y sale publicado Canciones de Federico
por la editorial de Litoral en Málaga. También verá la luz esta obra en Madrid,
en el mismo teatro Fontalba, un 12 de octubre de 1927, que también le servirá
para conocer a Vicente Aleixandre
Aprovechando su estancia en la
Costa Brava, irá a Barcelona para exponer en la galería Dalmau del Paseo de
Gracia, 24 dibujos coloreados, mientras declara en el Ateneo, a unos catalanistas que le interrogan sobre
su procedencia que ¡Soy del reino de
Granada!
Participa en el Homenaje en Sevilla
a Góngora, con la participación de buen
número de los poetas de la generación del 27, invitados por el mecenas Ignacio
Sánchez Mejías, en diciembre de 1927.
Con la aparición en Granada de
la revista el gallo, en 1928, son sus
redactores Joaquín Amigo Aguado, Enrique Gómez Arboleya, Manuel López Banús,
Luis Jiménez Pérez, Antonio González Cobo, Francisco Cirre y su director
Francisco García Lorca, además del aliento de Federico.
En esa primera revista visitan
Guadix y titulan “Todos a una con el amor a Granada, pero con el pensamiento
puesto en Europa”, impresa por Paulino Ventura Traveset en la calle Mesones y
con anunciantes como el cine Regio, Gran Hotel París, Real Hotel Washington
Irving, Librería Enrique Prieto (Mesones, 65), José Mª Domínguez Nieto (Gran Vía
2) distribuidor de los coches Oakland, Cadillac, Chevrolet, Pontiac, GMC y La
Salle. El Signo, casa de ropas; Café Imperial (acera del casino 17), L’Abeille,
seguros y el Coliseo Olympia, majestuoso cine, también tristemente desaparecido
en la Gran Vía, a unos metros del edificio conocido como La perra gorda.
También aparece poco después
la revista el pavo, escrita y editada
por los mismos gallistas, con ánimo de confrontación, sátira y burla, en un
primer y único número, mientras que el
gallo solo aguantará dos meses.
Federico hace amistad con un
disipado y nada excelente alumno de San Fernando, Emilio Aladrén Perojo, además de viajar a
Zamora, invitado por la Real Coral, donde pronuncia una conferencia sobre Pedro
Soto de Rojas.
En julio de 2028 por fin sale
a la venta el Romancero gitano, que será todo un éxito y rápidamente se
imprimirán varias ediciones para atender la enorme demanda.
Estando en su habitación de la
Residencia de Estudiantes, en la colina de los Chopos, un 25 de julio de 1928,
con sorpresa y curiosidad, lee en el ABC la noticia del crimen de Almería, que
le servirá para cuatro años más tarde escribir Bodas de sangre.
Trabaja en la Oda del
Santísimo Sacramento, fuertemente influenciado su estética por las ideas de
Dalí, la relevancia del cubismo en pintura y de los superrealistas.
El año 1929, Dalí y Buñuel se
marchan a París, donde creen encontrar un mejor ambiente para sus dotes de
creación, razón de la película Un chien
andalou, que todo el mundo consideró una obra mordaz y crítica con el amigo
de la Residencia, Federico García Lorca, lo que negarán sus dos autores
españoles.
En la sala Rex de Madrid,
calle Mayor, 8, Federico intenta estrenar su obra de Perlimplín con Belisa en
su jardín, que será prohibida por la dictadura de Primo de Rivera.
Aun cuando todavía nadie ha
encontrado una explicación a la presencia de Federico en la procesión de la
cofradía de Santa María de la Alhambra, que por primera vez salió de su iglesia
en la Alhambra, vestido de penitente, descalzo y llevando una pesada cruz,
cierto es que cuando terminó el desfile y se despojó del atuendo procesional,
en una tarjeta, dejó escrito: Que Dios os
lo pague. Fue un 27 de marzo de 1929 y sería admitido como cofrade un 20 de
mayo de 1929.
Ya en el teatro Cervantes de
Granada (hoy demolido), en abril de 1929, Margarita Xirgu estrena en la ciudad
la obra de Mariana Pineda.
Animado por Fernando de los Ríos
y con ánimo de estudiar inglés, Federico se marcha a Nueva York, donde llega un
25 de junio de 1929, después de una travesía de seis días desde el puerto
inglés de Southampton. Se matricula en la Universidad de Columbia, donde es
profesor Federico de Onís, no aprenderá inglés, será testigo del crash de la
bolsa de Wall Street, el 24 de octubre de 1929, y llevará a cabo su obra
poética de Nueva York y su particular Oda al rey de Harlem, cuyo colectivo
negro lo acogerá con simpatía, como buen número de intelectuales, que además se
vieron encadenados a la magia expresiva del poeta y, él, por su parte, hará
declaraciones donde su humanidad y su lazo con Granada, tras captar la
ancestral marginación de los negros y los oprimidos, siempre conservará la gran
humanidad que atesora:
Yo creo que el ser de Granada me inclina a la comprensión simpática de
los perseguidos. Del gitano, del negro, del judío…, del morisco, que todos
llevamos dentro.
Y a la pregunta que le
hicieron por qué escribía, recordará León Felipe, diría que: Para que me quieran
Lleva a cabo sus poemas
neoyorkinos, que nos muestran su profunda crisis interior. Escribe un guión
para una película de cine mudo: Viaje a la luna y empieza a ver cine sonoro. Da
conferencias en el Instituto de las Españas. Se reencuentra con el guitarrista
Andrés Segovia, que tiene varios conciertos en Nueva York, al igual que la
Argentinita, a quien le acompaña el torero y amante Sánchez Mejías. Se entera
de la caída de Primo de Rivera, el 28 de enero de 1930
Viajó al lago Eden, invitado
por un amigo que había hecho en España y que vivía allí y con la familia
Herschel Brickell hizo una fraternal amistad, tanto es así que tras su muerte,
este crítico norteamericano escribirá:
España me ha dado muchas cosas por las cuales estaré eternamente
agradecido, pero ningún regalo tan valioso como la presencia de Federico en mi
casa numerosas veces durante el invierno de 1930 (sic). Era, creo, la
aproximación más cercana al genio puro con que yo he tropezado y su
conocimiento de cada aspecto del arte español era sencillamente increíble.
Antes de su marcha a Nueva
York, ya el 5 de mayo de 1929, en el Hotel Alhambra Palace, tuvo lugar un
banquete homenaje a Federico y Margarita Xirgu, al que asisten Manuel de Falla,
Fernando de los Ríos, Constantino Ruíz Carnero y el padre de Federico. Días más
tarde y en este mismo escenario, el día 18 de mayo de 1929, ofrecerá un recital
de su obra poética.
Invitado por la Institución
Hispano Cubana de Cultura, sale para Cuba desde Tampa y en el vapor norteamericano
Cuba, desembarca en La Habana, un 7 de marzo de 1930, y de una semana
inicialmente prevista de estancia, pasó más de tres meses, completamente
cautivado por sus gentes.
Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba
Pero el barco se aleja y comienza a llegar, palma y canela, los
perfumes con raíces, la América de Dios, la América española.
¿Pero qué es esto? ¿Otra vez España? ¿Otra vez la Andalucía mundial?
Es el amarillo de Cádiz con un grado más, al rosa de Sevilla, tirando a
carmín y el verde de Granada con una fosforescencia de pez.
La Habana surge entre cañaverales y ruido de maracas, cornetas chinas y
marimbas. Y en el puerto, ¿quién sale a recibirme? Sale la morena Trinidad de
mi niñez, aquella que se paseaba por el muelle de la Habana, por el muelle de
la Habana se paseaba una mañana. Y salen los negros con sus ritmos que yo
descubro típicamente del gran pueblo andaluz, negritos sin drama que ponen los
ojos en blanco y dicen: “Nosotros somos latinos…”
Cuba lo cautiva, lo abraza, se
apodera de sus sentidos conforme desembarca y entra en el hotel la Unión, situado
en la esquina de las calles de Cuba y de la Amargura, frente a la iglesia de
los Franciscanos, donde se hospedará, y dirá: La Habana es un Cádiz grande con mucha calor y gente que habla muy
alto.
Se encontrará Federico con dos
españoles afincados allí desde su viaje de novios, el matrimonio de Antonio
Quevedo y María Muñoz, que fundarán el Conservatorio de Música Bach, la revista
Musicalia y la Sociedad de Música Contemporánea, además de impulsar el
movimiento coral. Vivían en la calle Lealtad, foco cultural y lugar de
encuentro de españoles y cubanos, donde serían agasajados Juan Ramón Jiménez,
el mismo García Lorca, Fernando de los Ríos (1927), Regino Saínz de la Maza y
Adolfo Salazar (musicólogo).
Da cinco conferencias en el
Teatro Principal de la Comedia (hoy desaparecido).
El 9 de marzo: La mecánica de
la poesía
El 12 de marzo: paraíso
cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos.
El 16 de marzo: Canciones de
cuna españolas.
El 19 de marzo: La imagen
poética en don Luis de Góngora
El 6 de abril: la arquitectura
del cante jondo.
En carta a sus padres les
contará que visitó los pueblos de Sagua y Caibarrién, donde asiste a una cacería
de cocodrilos y es presentado a los socios del Instituto Hispano-Cubano.
Las damas del Liceum Club de
la Habana le ofrecen un té, mientras es huésped del poeta y diplomático Jose
María Chacón y Calvo, conde de Casa Bayona, oriundo de Santa María del Rosario.
Francisco Campos Aravaca,
contertulio del Rinconcillo y ahora cónsul de España en Cienfuegos, lleva a
García Lorca para dar dos conferencias, el día 7 de abril y 5 de junio,
hablando de la Imagen poética de don Luis de Góngora y la Mecánica de la poesía
nueva. Será nombrado “huésped de honor” de Cienfuegos.
Visita el Yacht Club de la
Habana, Playa Azul de Varadero, el valle de Yumuri, en Matanzas y el valle de
Viñales en Pinar del Río.
Se encuentra con el
compositor, pianista y director de orquesta, Sergio Prokofiev, que da dos
conciertos en medio de la incomprensión de los habaneros.
Federico hará amistad con
Lydia Cabrera, autoridad en el folklore afrocubano y presenciará una procesión
de “ñáñigos”, secta secreta en artes mágicas, también con el antropólogo
Fernando Ortíz (1881-1969), como de los mejores “soneros” (baile parecido a la
rumba, sensual y mezcla de elementos africanos y españoles). Tras cuyas
enseñanzas aprovechará para componer un famoso son que hoy día siguen llevando
en su repertorio los músicos cubanos, dedicado a Fernando Ortíz, que dice:
Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago
Cuando la palma quiere ser cigüeña.
Iré a Santiago
……
Durante su visita a Santiago,
se hospedará en el hotel Venus y a su llegada, en la estación del tren
Central-Habana-Santiago lo recibirá Max Henríquez Ureña, presidente de la
Institución Hispano-Cubana de Santiago.
Mantendrá con los Loynaz
(Flor, Enrique, Carlos Manuel y Dulce María), que vivían en el Vedado, calle
Calzada números 14 y 16, con salida por la calle de la Línea, amenas tertulias
y con Flor y Carlos Manuel visitarán tascas de la Habana vieja o pueblos como
Guanapa, Guanabacoa o Santa María del Rosario (Nuestra Señora de la Caridad del
Cobre, patrona de Cuba y a la que le hizo entrega Hemingway su insignia de
Premio Nobel).
Prueba las champolas de
Guanabana y lee poemas en la Universidad de la Habana, donde es testigo del
fugaz incendio de las Teresianas, calles Teniente Rey y Compostela, un 17 de
abril de 1930. También es asiduo del teatro Alhambra, sólo para hombres, y
crítico con la dictadura de Machado, por lo que no será bien visto por la
sociedad conservadora, que solían refugiarse en los casinos para ricos: La
Campana, Sans Souci, Montmartre.
Alguno de sus paseos por la
Habana, con Luis Cardoza Aragón, será para visitar un gran prostíbulo
guatemalteco y que le extirpen unos granos de la espalda en la Clínica
Americana.
En sus horas de trabajo,
escribirá El Público, un primer intento de llevar la homosexualidad al teatro,
según Ian Gibson y en el último día de su estancia en la Habana, 12 de junio de
1930, acabará la Oda a Walt Whitman, cuyos poemas le descubren una nueva
orientación a su propia obra poética.
Regreso de la Habana. España
año 1930.
De regreso de la Habana, toma
tierra en Cádiz, un 30 de junio.
En los jardines del Carmen de
los Mártires, sus amigos le ofrecen una merienda, el 14 de julio y se marchará
a San Sebastián y Gijón para dar sendas conferencias.
En la política nacional la
inestabilidad es cada día más incómoda, por lo que el 17 de agosto de ese año,
en San Sebastián, políticos republicanos, nacionalistas catalanes y
socialistas, acuerdan el modo de gobernar en el momento que caiga la Monarquía
de Alfonso XIII, que parece inminente y que con la sublevación en Jaca, el 12
de diciembre, liderada por los capitanes Fermín Galán y Angel García Hernández,
que serán fusilados, la Monarquía se tambalea. Esa reunión política de San
Sebastián, será conocida como el Pacto de San Sebastián
España, año 1931
En marzo de este año, el sello
discográfico La Voz de su Amo, lanza al mercado una serie de discos de
canciones populares antiguas, armonizadas e interpretadas al piano por García
Lorca y cantadas por la Argentinita, Encarnación López Júlvez. Los títulos son:
Las tres hojas, Romance pascual de los peregrinitos, Sevillanas del siglo
XVIII, Los cuatro muleros, Anda jaleo, Zorongo gitano, Romance de los mozos de
Monleón, nana de Sevilla, El café de Chinitas y la Cancion antigua de las
morillas.
En Madrid, calle Ayala, 60
(hoy número 32) Federico se reencuentra con Mathilde Pomés.
Las elecciones municipales, el
12 de abril de 1931, tienen lugar y resultan un plebiscito popular por el
cambio de Estado, dando la victoria en las grandes poblaciones a los
republicanos y, por tanto, obligando a marcharse a Alfonso XIII poco después.
La situación de España
socialmente era calamitosa, ya que de los 25 millones de habitantes el año
1931, un millón quinientos mil estaban sin escolarizar y el 32,4% de la
población era analfabeta. Buen número de conventos son incendiados. Una vez que
se forme el primer gobierno republicano, encabezado por Niceto Alcalá Zamora.
En el verano del 31, Federico
escribe Así que pasen cinco años, mientras
tiene a medias su obra Bodas de Sangre.
Ese otoño, en el Congreso de
los Diputados, el 8 de octubre de 1931, Fernando de los Ríos, Ministro de Justicia de la República y miembro
del PSOE, defiende la ley sobre la separación de la Iglesia y el Estado, con la
presencia como invitado en las tribunas de su amigo Federico.
Año 1932
En el Congreso de los
Diputados, con ánimo de impulsar la cultura y las misiones pedagógicas por toda
España, el año anterior se dio luz verde a la creación de la Barraca, o teatro
experimental impulsado los veranos por los estudiantes y a cuya cabeza estará
Federico García Lorca, cuya primera salida, les llevará hasta Soria, empezando por Burgo
de Osma.
Federico marcha a Galicia, da
conferencias y estrecha lazos con poetas gallegos, incorporando en ese idioma a
su repertorio muchas de esas canciones y baladas. De donde saldrá la
inspiración para sus seis poemas galegos.
Chove en Santiago
meu doce amor
camelia branca do ar
brila entebrecida o sol
Chove en Santiago
na noite oscura,
herbas de prata e sono
cobren a valeira lúa
……
Soma e cinza do teu mar
Santiago, lonxe do sol;
agoa de mañan anterga
trama no meu corazón
De nuevo el verano de vuelta a
su querida Huerta de San Vicente en Granada. En espacio de tres semanas,
termina de pulir su obra Bodas de Sangre.
Mientras tanto, el 21 de
agosto de ese año, la Barraca sale por segunda vez camino de Galicia, con
representaciones en La Coruña y Santiago de Compostela, en la misma plaza
Quintana y ante unos siete mil espectadores. Ya en el parador Gil Blas, recién
inaugurado, el poeta ofrece a los barracos
la lectura de Así que pasen cinco
años.
Con ocasión del IV centenario
de la Universidad de Granada, la Barraca presentará allí La vida es sueño de
Calderón, en el teatro Isabel la Católica y terminada la función, todos los
componentes suben al Sacromonte para participar en una zambra gitana. Fue un 7
de octubre de 1932.
Al día siguiente, tras visitar
la Alhambra, en la taberna del Polisario, calle Real de la Alhambra (Hoy baño
árabe), Angel Barrios y el Cuarteto Iberia les ofrecerán un concierto
entrañable.
Todavía en Granada y en el
patio del cuartel de Artillería de Santo Domingo, los barracos dan una función
popular, en cuyas primeras filas Federico sentará a su ama la Colorina, quien
disfrutará de los tres entremeses representados.
La siempre dura y exigente
prueba de espectadores y crítica de Madrid, la afrontarán positivamente los
días 25 y 26 de octubre.
García Lorca, además de la
dirección de la Barraca, donde ha sabido rodearse de un elenco de buenos
gestores como Eduardo Ugarte, sigue dando conferencias. Ahora vuelve a Galicia,
concretamente a Pontevedra y después se escapa a Barcelona, patrocinado por Cambó,
en el mismo hotel Ritz, presenta su obra de Poeta en Nueva York, con un éxito
clamoroso.
De regreso a Madrid, el 19 de
diciembre, dirige la Barraca en la Vida es sueño, en el mismo teatro Español y
con la presencia del Presidente de la República, don Niceto Alcalá Zamora, del
Presidente de Gobierno, don Manuel Azaña Díaz, el Presidente de las Cortes, don
Julián Besteiro, del Ministro de Instrucción Pública, don Fernando de los Ríos
y del de Agrícultura, don Marcelino Domingo, además de las altas esferas
políticas y diplomáticas del momento.
Año 1933
La Barraca y García Lorca
siguen sus expediciones y, a principios de este año, visitan Alicante, Elche y
Murcia, en el mismo teatro Romea,
mientras le será presentado Miguel Hernández en la casa del periodista Raimundo
de los Reyes, que corregía el primer libro de poemas del oriolano, Perito en luna.
Federico García Lorca estará
muy comprometido con la Barraca y el teatro universitario, a pesar de las
numerosas críticas que recibirá desde la oposición conservadora,
particularmente la CEDA y Falange, sobre todo desde el año 1932 a 1935. Montan
13 obras, más de cien representaciones en sesenta y cuatro pueblos y ciudades a
lo largo y ancho de España, incluso en el entonces Marruecos español, como fue
en Tetuán.
El 8 de marzo de 1933, en
Madrid, en el teatro Beatríz (desaparecido) actuarán delante de Jacinto
Benavente, los hermanos Alvarez Quintero, Eduardo Marquina, Miguel de Unamuno,
Fernando de los Ríos, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Pedro
Salinas, Manuel Altolaguirre y Carlos Morla Lynch, diplomático chileno. La
crema viviente de la generación del 98 y quienes darían carta de naturaleza a
la generación del 27, para presenciar el estreno de Bodas de sangre,
representada por la actriz Josefina Díaz Artigas. Los aplausos continuos fueron
la nota predominante en cada bajada de telón y la subida a escena de su autor,
junto a la fervorosa entrega del público, los moldes que el público asistente
rompió ese día.
Alma del pueblo primitivo. El alma misma del romancero gitano, que no
alude a los andaluces del este o del oeste, de la serranía o del litoral, sino
a los andaluces en su proyección histórica y psicológica más profunda. A los
que fueron y siguen siendo árabes, romanos, griegos, hijos de sabe Dios qué
mitos clásicos: el Sol y la Luna. Elogio de Melchor Fernández Almagro a la
obra Bodas de sangre.
El éxito de Bodas de sangre
permitirá a su autor la ansiada libertad económica, pues será representada
treinta y ocho veces en el teatro Beatríz, aunque se ha traslado junto a sus
padres a vivir a la calle Alcalá, número 102 (hoy 96), en el piso de la última
planta, de un bello edificio de reminiscencias mudéjares y como si fuera el
mascarón de proa de un barco mirando hacia Alcalá de Henares. Antes había
tenido el poeta un estudio en la cercana calle de Ayala, número 72.
En Buenos Aires, Lola
Membrives estrena Bodas de sangre.
En la Residencia de
Estudiantes, animado por la Argentinita y con Federico al piano, la charla del
poeta versará sobre Granada. La ciudad que hasta su último suspiro siempre
estará presente en su mente y en el torrente que corre por sus venas.
El ahora amigo íntimo de
Federico, Rafael Rodríguez Rapún, es elegido secretario para sustituir en la
Barraca a Pedro Miguel González Quijano.
Se estrena en Utiel
Fuenteovejuna.
Federico viene a Granada para
despedirse de sus padres y familiares, un 24 de septiembre, ya que se marcha a
Argentina. Ya ha terminado yerma y
pasará siete meses en tierras americanas.
Buenos Aires y Montevideo.
Desembarca en Buenos Aires con
aires de estrella, ya que el éxito del Romancero Gitano y sus obras de teatro
le han precedido hace tiempo, donde le espera, entre otros, el escritor y
empresario teatral Gregorio Martínez Sierra, también vecinos de Fuente Vaqueros
emigrados a Buenos Aires en 1922. El matrimonio formado por Francisco Coca y
María Montero. Había hecho antes escala en
Río de Janeiro, un 9 de octubre, y en Montevideo, el día 12, donde su
breve escala matinal sin embargo será seguida por cientos de fotógrafos y
periodistas, además del prestigioso
crítico Carlos Suero que le acompañará hasta Buenos Aires
¡Es de mi pueblo, es de mi pueblo, de la Fuente! Gritará en cuanto
vea a su paisano desde la cubierta del vapor Conte Grande.
Será hospedado en el hotel
Castelar, situado en la avenida de Mayo, casi en el cruce con la del 8 de
Junio, en pleno centro de la ciudad, en la séptima planta y habitación número
704.
Lorca se hallará en todas
partes donde sea requerido: con la prensa, en la radio, recitando, tocando el
piano, recibiendo continuos regalos y muestras de afecto, deambulando
perezosamente por Corrientes o Florida, tomando el café en cualquier terraza,
de tertulia, en banquetes, comiendo en restaurantes. Todo Buenos Aires quedará
rendido a sus pies.
El 20 de octubre, en Amigos
del arte expone Juego y teoría del duende. Estaba presente el embajador de
España, Alfonso Dánvila, con una sala abarrotada de público, impacientes por
oír a Federico.
En vísperas del reestreno de
Bodas de sangre, con el autor sobre el escenario y antes que se abra el telón,
dirá unas palabras de salutación a los porteños, en las que, como siempre,
estará presente el recuerdo de Granada: Para
agradecer vuestra cortesía, yo pongo mi voz pequeña como un junco del Genil al
lado de ese negro tronco de higuera que es la voz suya.
Bodas de sangre permanecerá
varios meses en cartel, otorgando a su autor unas ganancias extraordinarias y a
la actriz Lola Membrives, el fervoroso aplauso y reconocimiento del teatro
Avenida, “diez veces el teatro Español de Madrid”.
A la tarde siguiente de su
clamoroso triunfo e Bodas de sangre, en la Sociedad de Amigos del Arte, García
Lorca dará la conferencia “Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre”, más
tarde Poeta en Nueva York y finalmente, el 8 de noviembre, leerá “El canto
primitivo andaluz”. Y, por clamor popular, en el teatro Avenida, el 14 de
noviembre: Juego y teoría del duende.
Pocos meses antes de fallecer
en accidente de aviación, Gardel le será presentado en Buenos Aires.
Marchará a Rosario y en el
teatro Colón hablará del Juego y teoría del duende, siendo agasajado por la
colonia española y aprovechó para socorrer a un pariente de Valderrubio, venido
a menos, Máximo Delgado García.
Mientras tanto, en España
tienen lugar las elecciones generales que gana la Coalición de derechas, capitaneada
por Gil Robles y su partido de la CEDA. Entrabamos en el llamado Bienio negro.
A la centésima representación
de Bodas de Sangre en Buenos Aires, asiste el presidente de la República y a su
término, el poeta lee Romance de la luna,
luna; los dos romances de Antoñito el Camborio; La casada infiel; Baladilla de
los tres ríos. Pondrán punto final a la función con una fiesta en el
vestíbulo del teatro en honor del poeta y dramaturgo español.
Lola Membrives representará
también en Buenos Aires La zapatera
prodigiosa y Mariana Pineda, esta última con menor aprobación por parte de
los espectadores.
Se desplaza a Montevideo, el
30 de enero de 1934, donde se encontrará con el amigo y Rinconcillista Mora
Guarnido, ya residente allí, aunque se podrán ver muy poco, habida cuenta de
los numerosos compromisos que tenía García Lorca, el asedio al que era sometido
y las varias conferencias concertadas, muy bien pagadas, que tuvo que dar en la
capital de Uruguay.
De regreso a Buenos Aires, y
con el pasaje de vuelta a España en el bolsillo, se embarcará para regresar el
27 de marzo de 1934, no sin que antes la enorme concurrencia que va a
despedirle en el muelle, prorrumpa en un clamoroso ¡Viva España!
España, año 1934
Hace escala de nuevo en Río de
Janeiro y arriba a Barcelona un 11 de abril de 1934.
Por el arco de Elvira
quiero verte pasar,
para saber tu nombre
y ponerme a llorar
Se suceden en Madrid los
homenajes de bienvenida al amigo y al hombre de teatro por sus éxitos en
América y su retorno.
Sin embargo, no se duerme en
los laureles, estrena el Retablillo de don Cristóbal en el hotel Florida de
Madrid, calle Carmen. (Hoy El Corte Inglés).
Muere su gran amigo y
diletante Francisco Soriano Lapresa, que vivía en la calle Puentezuelas ,
coincidiendo con su vuelta habitual a Granada por la onomástica suya y de su
padre, el 18 de julio de 1934.
También será corneado, en el
coso taurino de Manzanares (Ciudad Real), por el toro de nombre Granadino, un 11
de agosto, el torero y su gran amigo
Ignacio Sánchez Mejías, a quien le ofrendará la más bella elegía en lengua
española que nunca antes se haya escrito, en un llanto que solo un príncipe
elegido por los dioses de las letras podía escribir.
A las cinco de la tarde
Eran las cinco en punto de la tarde
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
….
Los compromisos de la Barraca
por los pueblos de España siguen a buen ritmo y con Federico ahora al frente. A
Palencia se desplazará Unamuno para verlos actuar en la obra El burlador de
Sevilla, y conversar largamente con García Lorca.
Nuevamente en Granada, en el
Último Ventorrillo, el 27 de septiembre, sus amigos le rinden otra vez
homenaje. Están presentes su hermano Francisco, Antonio Gallego Burín, José
Segura, Luis Rosales, Francisco Vilchez, José Mª García Carrillo, Constantino Ruíz
Carnero, Manuel Fernández Montesinos (cuñado), Alfredo Rodríguez Orgaz
(arquitecto), Emilio García Gómez (arabista) y Nicolás García Gómez (escritor y
amigo de Angel Ganivet).
Tiene lugar en Asturias y
Cataluña la revolución de octubre, con sus principales focos en las cuencas
mineras de Asturias y en la ciudad de Barcelona, donde Companys, de Esquerra
Republicana, proclama la “República catalana dentro de la República Federal
Española”, en contra de la Constitución, a lo que pondrá fin el general Batet y
los secesionistas huyendo por las cloacas de la Generalidad. Azaña es detenido
en Barcelona, el 7 de octubre del 34, a pesar de todos su intentos para evitar
esta ruptura de la democracia, acusado injustamente de estar en complot con el
levantamiento y los insurgentes.
Mientras tanto, en la casa de
Neruda, en el barrio de Argüelles y en la llamada “Casa de las flores”,
Federico acabará de escribir su Llanto por la muerte de su amigo Ignacio
Sánchez Mejías, y lo lee en la casa de los Morla Lynch, un 4 de noviembre de 1934,
además de unos retazos de Yerma..
No obstante, ya trabajaba
sobre una nueva comedia: Doña Rosita la soltera o el Lenguaje de las flores,
también para que la Universidad de Granada publique su próxima obra poética,
Diván del Tamarit.
Un día antes del estreno de
Yerma, es puesto en libertad don Manuel Azaña, presentes en el ensayo general
el premio Nobel don Jacinto Benavente, don Ramón del Valle Inclán, Miguel de
Unamuno, la Argentinita y el bailarín Rafael Ortega.
El estreno de Yerma se hace en
El Español, a teatro lleno, el 29 de diciembre. En cada cuadro, su autor ha de
subir al proscenio y cuando al final bajan el telón, recibir una ovación
atronadora, él y Margarita Xirgu, también el escenógrafo Manuel Fontanals. En
Granada, el Defensor, el Noticiero Granadino, conservador, y el Ideal, afín a
la CEDA, se hacen eco del triunfo cosechado por el paisano.
En El Español volverán a
tributarle un caluroso homenaje y aplauso, que se hace delirante cuando aparece
en el palco del paraíso Manuel Azaña, absuelto el 28 de diciembre por el
Tribunal Supremo.
Como siempre, no se cansa en
declarar su pasión y amor por Granada, en una carta dirigida al amigo Melchor
Fernández Almagro, dirá:
Me gusta Granada con delirio, génesis de doña Rosita, pero para vivir
en otro plan, vivir en un Carmen, y lo demás es tontería, vivir cerca de lo que
uno ama y siente. Cal, mirto y surtidor.
Granada, calle Elvira
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra
las tres y las cuatro solas
De toda la obra lorquiana,
Doña Rosita es la que expresa con más delicados matices la íntima relación del
poeta con Granada.
España, año 1935
Pablo Neruda, el 15 de
septiembre, publica una bellísima Oda a Federico García Lorca.
Margarita Xirgu, invitada a
Granada por el Centro Artístico, representará El Alcalde Zalamea, durante las
fiestas del Corpus Christi de ese año, en el Palacio de Carlos Quinto, los días
28 y 29 de junio.
Margarita Xirgu, Cipriano de
Rivas Cherif y García Lorca, marcharán a Fuenteovejuna, donde la actriz subirá
a las tablas esta obra, con éxito de público y crónicas de la derecha nada
entusiastas.
De nuevo los tres amigos irán
a Barcelona, donde la Xirgu representará Yerma, de éxito público y una vez más
crítica furibunda de las derechas. Federico se reencuentra con Dalí, tras siete
años sin verse y ya el pintor viviendo con Gala.
Salta a la prensa el escándalo
del estraperlo, por parte del partido Radical y de su líder Alejandro Lerroux,
también se hacen eco de las multitudinarias manifestaciones por toda España
contra el Ducce italiano Mussolini por la invasión de la indefensa Abisinia.
Nuevamente en la Ciudad
Condal, Margarita Xirgu lleva al escenario Doña Rosita la soltera o El lenguaje
de las flores, siendo el director escenográfico el cuñado de Azaña, Rivas
Cherif.
España, año 1936. Se acerca
el fin.
En febrero tienen lugar
elecciones generales al Parlamento, donde se impondrá el Frente Popular
encabezado por Manuel Azaña, los republicanos y los socialistas, un 16 de
febrero de 1936, y Lorca es denunciado
por un Guardia Civil retirado, sin que prospere su denuncia, por el Romance de
la Guardia Civil española, mientras Margarita Xirgu se embarca para México,
donde tiene la promesa de Federico que pronto se reunirá allí con ella, tras
despedirla en el puerto de Bilbao y dar un recital en el famoso centro liberal
de El Sitio, recinto al que con frecuencia acudió Azaña para exponer su
programa y sus propósitos para la política de España.
Si me voy, te quiero más,
Si me quedo, igual te quiero
Tu corazón es mi casa
y mi corazón tu huerta.
Yo tengo cuatro palomas,
cuatro palomitas tengo.
Mi corazón es tu casa
¡y tu corazón mi huerto!
Margarita Xirgu hace una
primer parada en la Habana, donde representará La dama boba en versión de
García Lorca y luego estrenará Yerma en el Teatro Principal.
Se hacen frecuentes los
atentados en Madrid contra políticos de un signo y de otro, principalmente por
parte de los jóvenes falangistas, por lo que es detenido José Antonio primo de
Rivera y conducido a la cárcel de Alicante, donde terminará siendo fusilado.
Llegada de Margarita Xirgu a
México y en el Bellas Artes de la capital, representará Yerma, Doña Rosita la
soltera, La zapatera prodigiosa y Bodas de sangre.
Fuertes turbulencias en la
política de la República, es depuesto el Presidente, don Niceto Alcalá Zamora,
a quien reemplaza de inmediato Manuel Azaña, pero fracasa en su intento de que
el PSOE acepte el nombramiento de presidente de Gobierno para Indalecio Prieto.
Fracasará también con Diego Martínez Barrio, ya los militares alzados contra la
República, un 18 de julio, y terminará nombrando, fatídicamente, a su compañero
y amigo Santiago Casares Quiroga, in operante y enfermo. Es declarada una
huelga general en Madrid por la UGT y la CNT, mientras los rebeldes trasladan
las tropas de Marruecos hasta Sevilla, punto fuerte ya de la insurrección a
manos del siniestro y criminal Queipo de Llano.
Antes de estos aciagos
acontecimientos que llevarán a los españoles a una guerra civil y cuarenta años
de oscuridad democrática, en El Heraldo de Madrid, el 29 de mayo de 1936,
García Lorca cuenta al entrevistador sus proyectos teatrales, caso de Los
sueños de mi prima Aurelia y La casa de Bernarda Alba, que él nunca tendrá ya
ocasión de ver su estreno. También dejará para escribir en bronce o en mármol,
lo que sigue:
Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la
tranquilidad de la nada se les niega.
Mientras que en la última
entrevista hecha por el gran caricaturista español Bagaría, para el importante
diario El Sol, declara:
Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis
límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo
soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea
nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda
en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a
España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y
hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política.
A pesar de sus enormes dudas y
el clima bélico imperante ya en España, toma el tren desde Madrid para estar
con sus padres y su familia en Granada. Sus últimas horas por Madrid las pasará
junto al amigo y crítico literario Martínez Nadal, a quien le hará entrega del
manuscrito de su obra El público, antes de despedirse de su antiguo profesor
Rodríguez Espinosa, como también de su hermana Isabel y de su amiga, la hija de
Federico y futura esposa de su hermano Francisco, Laura de los Ríos, las dos en
la Residencia de señoritas de la calle Fortuny.
Sus padres habían salido de Madrid el 5 de julio.
El 13 de julio de 1936, es
asesinado José Calvo Sotelo, por las fuerzas del orden que salieron desde el cuartel
de Pontejos, anexo a Gobernación en la
Puerta del Sol. Lo que termina por inclinar a Francisco Franco para sumarse a
Sanjurjo y Mola, dispuestos a emprender este camino sin retorno.
Granada, año 1936, Federico
García Lorca en sus últimas horas
El 14 de julio, por su amigo
Constantino y el Defensor, es público que Federico regresó a Granada el 14 de
julio 1936, a la Huerta de San Vicente.
En Granada, desde Marzo de
1936 se han sucedido las manifestaciones y los conatos de incendio en los
locales de la CEDA, el diario Ideal (Acera de San Jerónimo), varios cafés de
burgueses, dos iglesias del Albaicín y en el mismo teatro Isabel la Católica,
mientras en la sombra, José Valdés Gúzman, “camisa vieja”, quien llevará una
feroz represión cuando se rebelen, lleva tiempo conspirando contra la
República.
El Gobernador civil solo lleva
un mes, por lo que no está bien informado sobre los movimientos de los
ciudadanos, ni de los partidos, mientras que el General Campins, es demasiado
confiado y recto como para dudar de sus oficiales y suboficiales, quienes
terminarán tomando el poder en Granada y haciéndolo prisionero, para terminar
siendo fusilado en Sevilla por orden de Queipo de Llano, a pesar de haber sido
compañero de promoción del mismo Francisco Franco.
El cuñado de Federico, esposo
de su hermana Concha, médico de profesión, Manuel Fernández Montesinos,, lleva
diez días como Alcalde de Granada. Será llevado a la cárcel de Granada, frente
al estadio Los Cármenes, y asesinado delante
las tapias del cementerio.
En el Carmen Alonso Cano, de
Fernando Vilchez, poco después de su llegada, García Lorca les ha leído a los
asistentes la Casa de Bernarda Alba.
El día 18 de julio, onomástica
de los Federico en la familia García Lorca, estalla la sublevación en Marruecos
del ejército, a la vez que en Sevilla, donde se establece una cabeza de puente
con la península por donde llegarán las fuerzas sublevadas de África y
Canarias.
La tensión contenida en los
centros políticos y obreros en Granada, sin saber qué decisión tomar frente a
la sutil amenaza militar y de Falange, el día 20 de agosto de 1936, termina
estallando por parte de las fuerzas que salen de Mondragones para plantar un
cañón frente al Ayuntamiento y declararse en rebeldía, mientras en el Albayzín,
se alzan barricadas que aguantarán de pie hasta el 23 del mismo mes.
Los aviones republicanos
lanzan bombas sobre Granada, que alcanzan el mismo Hotel Washington Irving y,
como en toda guerra, matan vidas inocentes.
La sublevación en Granada ha
tenido éxito y sus mentores se han apoderado de todos los resortes del gobierno
de la ciudad, mientras no cejan “los paseos”, las detenciones arbitrarias y el
miedo en general.
A la Huerta de San Vicente, el
7 de agosto, llega huyendo el arquitecto Alfredo Rodríguez, amigo de la familia
García Lorca, que logrará escapar campo a través.
Dos días más tarde, un
sargento retirado de la Guardia Civil, se persona en la Huerta en busca de los
hermanos Gabriel Perea Ruíz, casero de la finca, e inculpado supuestamente en
un asesinato en Asquerosa. Es acompañado por Enrique García Puertas, apodado el
Marranero, junto a dos terratenientes: Horacio y Miguel Roldán Quesada,
militantes de la CEDA.
Ante las amenazas proferidas
por quienes vinieron a la Huerta, como por el clima reinante en la ciudad, la
familia García Lorca y Federico acuerdan que se esconda en la casa de su amigo
y poeta, Luis Rosales. Familia de profundo sentimiento y militancia falangista,
excepción hecha del padre, propietario de un establecimiento de ropa en la
calle Arco de las Cucharas, la Esperanza (Hoy hotel y cafetería).
El 9 de agosto de 1936, el
chófer de la familia Lorca, Francisco Murillo Gámez, conduce a Federico desde
los Callejones de Gracia, en la vega, hasta la calle Angulo, número 1 (Hoy
hotel y restaurante), donde se encuentra la casa de la familia Rosales, no
lejos del Gobierno Civil, donde sienta su despiadado poder el Comandante
Valdés.
Miguel Rosales Vallecillos, el
padre de la saga de los Rosales, casado con Esperanza Camacho, tienen cinco
hijos varones. Gerardo (1915-1968), juez de profesión; José (1918-1978), más
conocido como Pepiniqui, falangista; Antonio (1908-1957), albino, falangista
fanático; Miguel (1904-1976). El mayor y José están casados y tienen piso
propio, aunque suelen asistir a las almuerzos de la familia. En esta casa de la
calle Angulo, también vive la tía Luisa Camacho, hermana de la señora Rosales,
además de la hija Esperanza y dos criados.
Día 15 de agosto de 1936,
nueva visita a la Huerta, al mando de Francisco Díaz Esteve, donde llegan a
desmantelar el piano y donde una de las hermanas de Federico confiesa dónde se
esconde su hermano, pues pretendían agredir al patriarca de la familia.
Día 16 de agosto de 1936.
Junto a 29 personas, el yerno de don Federico García Rodríguez, médico y
alcalde de Granada, es asesinado delante de las paredes del cementerio de
Granada, en la madrugada.
Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo,
a esperar que se caigan los ramos
a esperar que se quiebren ellos solos.
Detención de Federico en
casa de los Rosales
La tarde calurosa del 16 de
agosto, mientras la familia García Lorca se encuentra en el piso de la hija
Concha, en la calle San Antón, sabedores ya de la muerte del esposo y yerno, se
lleva a cabo la detención de Federico en casa de los Rosales, por orden del ex
diputado de la CEDA y postulante a entrar en Falange como el “obrero
amaestrado”, aunque despreciado por el mismo Jose Antonio Primo de Rivera, a
quien ha visitado en la cárcel en Madrid, el miserable Ramón Ruiz Alonso,
tipógrafo en el diario Ideal y natural de un pueblo de Salamanca.
Ruíz Alonso era amigo y
compadre de Horacio Roldán Quesada.
En el momento de apresar a
Federico, a Ruíz Alonso le acompañan Juan Luis Trescastro, conocido juerguista,
y Luis García Alix, secretario de Acción Popular en Granada.
El poeta en el Gobierno
Civil de Granada.
El Gobierno Civil se
encontraba en la calle Duquesa y en el mismo edificio que hoy ocupa la
Universidad de Granada en el lado del
Jardín Botánico.
Cuando llegan con el
prisionero, el comandante José Valdéz Guzmán, no está en su despacho, lo recibe
el teniente Coronel de la Guardia Civil retirado, Nicolás Velasco Simarro.
Miiguel Rosales, también presente, trata de tranquilizar al poeta. Una vez
cacheado, será encerrado en el primer piso del Gobierno Civil.
Al regreso del frente, los
hermanos Rosales, José y Luis, se dirigen apresuradamente al Gobierno Civil,
acompañados de algunos falangistas, entre ellos Cecilio Cirre y se enfrentan al
Coronel Velasco, además de discutir despiadadamente con Ruíz Alonso, todavía
presente en esas dependencias. Al regreso del comandante Valdés, se recrudecen
las discusiones y las amenazas con José Rosales. Todo ello en presencia también
de los hermanos Jiménez de Parga, José y Manuel, abogados, conocidos
derechistas y firmantes como secretarios de las innumerables muertes que se
sucedieron en Granada desde el 20 de agosto. También estaban esa noche allí
presentes el jefe de policía, Julio Romero Funes y el abogado falangistas José
Díaz Plá.
José Rosales, Pepiniqui, verá brevemente
en su celda a Federico y le prometerá que lo sacará al día siguiente. Nunca más
se volverán a ver.
Tras la salida de la casa
Rosales de Federico, con el “obrero
amaestrado”, Ruíz Alonso, la señora Rosales telefonea a la familia del poeta y
Miguel Rosales Vallecillos, junto al abogado de los García Lorca, Manuel Pérez
Serrabona, que será el albacea de ellos cuando se ausenten de España, irán a
verlos personalmente.
A la mañana siguiente, día 17
de agosto de 1936, José Rosales, Pepiniqui, se presenta en la Comandancia
Militar y consigue una orden de libertad para Federico. Cuando llega al
Gobierno Civil, Valdés le dirá que ya no está, que se lo han llevado esa misma
madrugada. Sin embargo, por el testimonio de Angelina Cordobilla González, la
criada de los Fernández Montesinos, ese día le llevó comida, ropa y tabaco.
Volvería al día siguiente, pero ya no estaba.
Salida de Federico del
Gobierno Civil.
Lorca abandona el Gobierno
Civil en compañía del maestro nacional del pueblo de Pulianas, Dióscoro Galindo
González (Originario de un pueblo de Valladolid y de profundas convicciones
republicanas), que había sido detenido en la madrugada del 18 de agosto, por un
grupo de falangistas y tras la denuncia hecha por el secretario del
Ayuntamiento del pueblo por “rojo”.
La salida de Federico y
Dióscoro Galindo, fue presenciada casualmente por un joven amigo de Lorca,
Ricardo Rodríguez Jiménez, que tenía la mano derecha atrofiada y a quien el
poeta le había regalado un violín pequeño, sería en torno a las 3 de la
madrugada. Iban custodiados por guardias y falangistas de la “Escuadra negra”
Muerte en Fuente Grande.
La expedición que subía desde
el Gobierno Civil, llegó al cuartel de Falange, que estaba al mando del capitán José Nestares, antiguo conspirador
contra la República, en Víznar, en las estancias del palacio del arzobispo
Moscoso.
Ininterrumpidamente, en
contacto con el Comandante Valdés, llegaban a Víznar coches cargados de
cautivos que luego serían asesinados en la cuneta de la carretera entre Víznar
y Alfacar.
Una vez autorizados desde el
puesto de Nestares, se llegaba a un amplio caserón, llamado Villa Concha, que
servía de alojamiento y que había sido utilizado por las colonias de los
chiquillos de Granada, donde corría el agua de una acequia, desde la fuente de
las Lágrimas o Aynadamar.
En la Colonia se encontraba un
grupo de masones granadinos y otros “indeseables”, como eran calificados todo
aquel que no fuera del agrado de los Rebeldes, que actuaban de enterradores,
tales como Antonio Mendoza Lafuente, Manuel Castilla Blanco. Si deseaban
confesarse los condenados a muerte, el párroco de Víznar oficiaba de confesor,
era José Crovetto Bustamante. Al amanecer, los asesinos, alumbrados por los
faros de los vehículos en los que habían subido a los presos, les daban el tiro
de gracia junto a la cuneta o los pozos, donde luego serían arrojados y
sepultados los cadáveres.
También fue testigo de la
llegada de Federico a la Colonia, el joven José Jover Tripaldi.
Esa luctuosa y amarga noche
para los granadinos de bien y el mundo de las letras, entre el 18 y 19 de
agosto de 1936, fueron conducidos fuera de la colonia en la misma compañía de
Federico García Lorca, los banderilleros granadinos Joaquín Arcollas Cabezas y
Francisco Galadí Melgar, ambos anarquistas y que pudieron haber acabado antes
con la vida de Valdés Gúzman. Siendo fusilados cerca del manantial de
Aynadamar.
A la vera del agua
sin que nadie la viera,
se murió mi esperanza
Ya de día, Juan Luis
Trescastro, el fanfarrón y asesino, compinche de Ruíz Alonso, por las tabernas
de Granada se jactaba de ser él quien le “metió dos tiros en el culo por
maricón” al poeta más grande que tuvo la fortuna de amar como nadie a Granada,
su Granada.
Manuel de Falla intentó
interceder por García Lorca, pero ya era tarde.
Cuando fue asesinado García
Lorca, entre Víznar y Alfacar, ya habían sido también asesinados otros muchos
inocentes delante de las tapias del cementerio de Granada, más de doscientas
personas, y durante los tres años de guerra, caerían allí más de 2.000 víctimas
inocentes de la barbarie.
Tres semanas después del
asesinato, la noticia de la muerte de García Lorca ocupaba los teletipos del
mundo entero.
Si muero,
Dejad el balcón abierto.
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo)
El segador ciega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento)
¡Si muero,
Dejad el balcón abierto!
Cayó el telón y en el
escenario, la muerte, esa dama de velos negros y ojos de fuego escarchados, no
quiso arroparlo con el luto eterno, pues delante de ella estaba él, el poeta
más grande, en la ciudad más desafortunada y hermosa, la de los diminutos gajos
de Granada que arrastraban las dulces aguas de la Fuente, en una plegaria
arcaica y siniestra, que desde ese día ya nunca más aliviará la sed de los
poetas y los luceros, pues se fue quien solo escribía para que lo quisieran,
una madrugá que ni los duendes quisiera ver amanecer.