lunes, 16 de junio de 2025

IAN GIBSON, FEDERICO GARCÍA LORCA Y UN EXTRACTO DE ESTA GRAN OBRA.

 


BREVE CRONOLOGÍA DE LA VIDA DE FEDERICO GARCÍA LORCA, EXTRAÍDO DE IAN GIBSON, FEDERICO GARCÍA LORCA. EDITORIAL CRÍTICA

                                                                       Para Emilio Valenzuela Rodríguez,

                                                                       un histórico futbolero apasionado por Lorca

                                  

Presentación

Quien posiblemente sea el más documentado biógrafo de Federico García Lorca, que posiblemente ha hecho de su vida la perfecta dedicación a la persona y el mito del poeta granadino, Ian Gibson, británico afincado desde hace años en España, en 2011 sacaba de la imprenta esta copiosa obra sobre, quizás, el personaje más grande que ha alumbrado Granada, también la literatura hispana en época contemporánea, motivo por el que, tras releer una vez más tan valioso y preciado libro, me tomo la libertad de resumir lo que ha sido su lectura, donde además de repasar cronológicamente lo que fue la corta y pronto cegada vida del insigne Federico, ponga un pero a mí también admirado Ian Gibson, que, tanto en esta obra como en otras posteriores, acostumbra a hacer bastante hincapié en que el poeta fuera homosexual, lo que ha desmentido habitualmente su familia y amigos, o compañero de sus primeros días en Madrid, Mora Guarnido, entre otros.

No voy a entrar en discusión con el biógrafo, sobre todo cuando con tantos testimonios habla de la presencia afectuosa de Rafael Rodríguez Rapún, o los encuentros que en Cadaqués tuvo con Salvador Dalí, antes, ni de las declaraciones que, según Ian Gibson, le habría hecho también a Cipriano de Rivas Cherif, el relevante “metteur en scéne” teatral de las obras que representó Margarita Xirgu, como los devaneos que pudiera haber tenido en su viaje por Cuba.

Todo son especulaciones, nada demostrado fehacientemente, aunque la portentosa obra de Federico García Lorca, en su poesía y teatro, no pueden estar empañados por una obsesión de su biógrafo de poner en relieve esta faceta que supuestamente ocultaría el poeta y que, al parecer, le haría sufrir, además de mostrar el rechazo a aquellos que en sus gestos mostraban ostensiblemente su desviación sexual.

Por desgracia, su vida fue truncada ignominiosamente, entre Víznar y Alfacar, y España, como el arte en general, perdieron a un autor que podría haber prolongado sus éxitos y el descubrimiento de nuevos caminos en el teatro, con ese amor a Granada y a su Fuente, que nunca se ha extinguido y que resuma en cada línea de sus trabajos y por cada uno de sus poros

Tras los agradecimientos y el prólogo, Ian Gibson hace una precisa introducción sobre la infancia veguera del poeta, empezando por la geografía natal, su familia y las primeras inquietudes artísticas de Federico, que nace en Fuente Vaqueros, un 5 de junio de 1898, aunque a él le gustará decir siempre que fue en 1900, a pesar de que la partida  de nacimiento que encontró su también biógrafa y amiga francesa Marcelle Auclair, deja bien claro la fecha de su llegada a este mundo, en el seno de una saga de agricultores bien acomodados, de muchos primos, con un padre que se había vuelto a casar tras fallecer su primera esposa y de hacerlo con una joven, hija única, maestra de escuela.

Almería

Recibe sus primeras enseñanzas en Fuente Vaqueros y también en Almería, donde él y varios primos se trasladan ya que allí ha sido destinado don Antonio Rodríguez Espinosa, que en 1903 había ganado por oposición, la plaza de director de la Escuela Elemental de niños del Hospicio de Almería (En 1913 será trasladado a Madrid). Donde llegan desde el pueblo de Asquerosa (Hoy Valderrubio), donde  el padre y sus hermanos han comprado una finca en la vega de Zujaira, dedicándose con gran éxito al cultivo de la remolacha de azúcar.

No se sabe exactamente el tiempo que Federico pasó en Almería, si uno o dos años, sí tenemos constancia que se presentó al examen de ingreso al primer curso de bachillerato en el Instituto almeriense y que tuvo lugar el 21 de septiembre de 1908, conservando en el Instituto Nicolás Salmerón la prueba escrita, que consta de un dictado y una cuenta de dividir y su comprobación. Aunque por una enfermedad repentina, su padre tuvo que ir a recogerlo.

En aquel colegio llamado Jesús, sin nada que ver con los jesuitas, y de corte bastante liberal, solían acudir los herederos de las familias pudientes de Almería, puerto donde un barco semanal hacía el trayecto hasta Londres o Liverpool, cargado de minerales y, a diario, cuando la uva almeriense estaba en su apogeo, su transporte.

Que a tan temprana edad, el mar cercano y el secarral de estas tierras pudiera despertar en él algo, nada sabemos, sí que a buen seguro, con el paso de los años,  seguiría siempre las noticias de lo que allí ocurría, razón por la que la historia que leyó en el ABC sobre el crimen del Cortijo de los Frailes, años más tarde y en Madrid, le servirían a él para la creación de su gran obra teatral de Bodas de sangre.

Cinco toronjas se endulzan

en la cercana cocina.

Las cinco llagas de Cristo

Cortadas en Almería

 

Granada

 

Decididos a darles a sus hijos la mejor formación académica posible, se trasladan a Granada en 1909, con domicilio en Acera del Darro, 66 (hoy 46 y desaparecida), calle ésta con el curso del Dauro desde el Puente de Castañeda hasta su encuentro con el río Genil, sin el embovedado que hoy lo cubre y a pesar de que la escuela de los Escolapios estaba cercana y era de renombre, a ellos no les interesó, en su decidida apuesta por una enseñanza laica. En esta casa estarán alquilados hasta 1916. Era lo que entonces se llamaba una casa sola, varias plantas, un patio y un jardín al fondo, con una pequeña cuadra y el corral. Destacaba en ese patio una parra y un surtidor, además de un espléndido magnolio. En la pared del fondo crecían los geranios y, en los macizos, violetas azules y blancas y siemprevivas,

Casa ésta que en él y sus hermanos despertarán siempre recuerdos entrañables y que además les mantendrán siempre en contacto con la vega de donde ellos llegaron, por las criadas y el ir y venir del padre para atender sus negocios agrícolas. Aquí también estaba la nodriza de Federico, Dolores Cuesta, más conocida como la Colorina, originaria de Láchar, y a la que el poeta le dedicará hermosas palabras de agradecimiento por lo mucho que le había enseñado, a pesar de ser ella analfabeta.

 

Extendernos ahora sobre la Granada que descubrían los García Lorca y que tan brillante y pormenorizadamente nos detalla Gibson, sería en este siglo XXI un esfuerzo baldío, pues la Alhambra y sus edificios barrocos se pasean por el orbe y su atracción es tal que ya es una ciudad temática,  donde el turismo, ávido de conocer sus monumentos e historia, en estos tiempos lo ha colonizado todo.

 

Granada, pues, que llevará presente en toda su obra nuestro Federico García Lorca, como en el torrente sanguíneo, tiene para él:

 

Dos ríos, ochenta campanarios, cuatro mil acequias, cincuenta fuentes, mil y un surtidores y cien mil habitantes

 

No obstante, ya tiene bien aprendido quien fue Ángel Ganivet, la Cofradía que fundara del Avellano y cuantos han cantado a Granada, desde los cuentos de Washington Irving, Théophille Gautier, Chateaubriand, Glinka, Santiago Rusiñol, Albéniz, David Roberts, Zorrilla, Richard Ford, y tantos y tantos…

 

Bachillerato y la música

 

Como quiera que un primo de Vicenta Lorca, Joaquín Alemán Barragán, dirigía en Granada un pequeño colegio particular, y que entonces el sistema de bachillerato vigente en España hacía posible que los alumnos pudieran prepararse para el Grado tanto en los Institutos Generales y Técnicos como en colegios privados, el matrimonio eligió para la formación de sus hijos el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, en la pequeña placeta de Castillejos, a unos pasos de la catedral y de la calle San Jerónimo, además de simultanear las clases del Instituto, entonces establecido en el edificio del Colegio de San Bartolomé y Santiago, al lado de la Colegiata.

 

Mientras que su hermano Francisco, cuatro años menor, mostraba mejores aptitudes para el estudio, Federico pasó esta etapa a trancas y barrancas, aunque en su fuero interno ya fue acumulando nombres y situaciones que utilizará más tarde en su obra literaria, también en su crítica a ese período difícil de aprendizaje.

 

Quiero llorar porque me da la gana,

como lloran los niños del último banco,

 porque yo no soy un poeta, ni un hombre, ni una hoja,

pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.

 

Sin embargo, la herencia musical que hervía en su sangre, pronto brotó en él, desde el momento que sus padres, además de a Francisco y Concha, los pusieran a estudiar piano, siendo su primer profesor el organista de la catedral y del Casino, don Eduardo Orense, aunque quien de verdad ejerció en este terreno una enorme influencia sobre Federico, sería el profesor Antonio Segura Mesa, que también tuvo como alumnos a los famosos compositores Angel Barrios y el maestro Paco Alonso, autor de de zarzuelas que aún hoy día siguen en cartel. Ya a su tía Isabel García Rodríguez, don Antonio le diría que su sobrino tocaba divinamente, a quien también el futuro poeta honró en la dedicatoria que le dedicó en su primer libro: Impresiones y paisajes, publicado en 1918 gracias al aporte económico del padre y las enseñanzas del viaje que realizó por el norte de España con el profesor don Martín Domínguez Berrueta.

 

El poeta en la Universidad de Granada

 

La familia García Lorca se había mudado a la Acera del Casino, desde donde él contemplará la estatua de la heroína Mariana Pineda y las cumbres nevadas de Sierra Nevada, además de seguir en el piano de su casa su navegación musical, y pronto ser un contertulio asiduo del cercano café Alameda, a espaldas del Castillo de Bibataubín, a unos pasos de la fuente de las Batallas y del teatro Cervantes (hoy desaparecido).

El Rinconcillo, fue el nombre de ese modesto ateneo de jóvenes, que entre 1915 y 1922, tuvo sus días más gloriosos, por el elenco de los asistentes y porque por sus mesas y alrededor de un café, desfilará la intelectualidad y creatividad en su visita a Granada.

 

En la Universidad de Granada que fundara Carlos V en 1526, en la Facultad de Filosofía y Letras,  y Derecho, se matriculará Federico, con dos profesores excepcionales en ese momento,  Martín Domínguez Berrueta, catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes, y don Fernando de los Ríos Urruti, titular de la cátedra de Derecho Político Español Comparado con el Extranjero.

 

Era un empeño decidido de su padre que tuviera Federico una carrera, aunque su verdadera vocación por entonces era la de ser pianista, donde según los augurios de su profesor estaba destinado a tener un gran porvenir.

 

Su carrera universitaria se hizo a base de trompicones y con la ayuda de los mismos profesores, aunque ya en las excursiones que por viaje de estudios realizó con el profesor Berrueta, tanto a Castilla, León y Galicia, como un año después a Baeza, donde conocerá a Antonio Machado, se despertará su verdadera e íntima vocación, la literaria, por lo que irá llenando cuartillas y cuartillas donde empiece a expresar sus sentimientos y sus sueños de aprendiz de las letras.

 

Antes de llegar a la casa de la Acera del Casino, desde la Acera del Darro, en el verano de 1916, estuvieron provisionalmente en un piso de la Gran Vía, número 34, hasta pasar definitivamente a la Acera del Casino 31, había sido vecino y admirador de la bella Amelia Agustina González Blanco, la zapatera, por regentar una tienda de zapatos en Mesones, y fundar un partido político llamado el Entero Humanista, cuyo lema era Paz y Alimentación, que se presentó a concejal y que también sería fusilada, no lejos del poeta, en 1936.

 

El Rinconcillo.

 

Mención aparte merece, en el fondo del café Alameda, hoy ocupado por el restaurante Txikito, tras un escenario donde cada noche actuaban músicos en directo, las tres mesas y un sofá donde solían sentarse los amigos de Federico y una pléyade de jóvenes, como algún otro no tan joven caso de Francisco Soriano Lapresa o “transeúntes” como Manuel de Falla, quienes allí se vieron e idearon revistas, viajes, poemas, sátiras o críticas. Fue el lugar que por la noche servía de encuentro y tertulia para un elenco de intelectuales, periodistas y artistas granadinos, como gente de paso a quienes estos jóvenes les servirían de lazarillo en su visita a los monumentos de Granada, como cuando Juan Ramón Jiménez vino con su esposa, o Falla buscaba vivienda en la Alhambra para residir. También sirvieron de guía a H.G. Wells, Rudyar Kipling, John B. Trend, Arturo Rubinstein y Wanda Landowska. José Mora Guarnido, amigo de Federico y compañero de estudios, nos hablará de ellos, entre los que destacaban Antonio Gallego Burín, más tarde alcalde de Granada; José Navarro Pardo, especialista en árabe; Melchor Fernández Almagro, que será de los primeros en marcharse y tener plaza de Correos en Madrid; Miguel Pizarro Zambrano, fundador de la revista Granada y profesor de español en Japón; José Fernández Montesinos; Manuel Angeles Ortíz, pintor; Constantino Ruíz Carnero, homosexual y director del Defensor de Granada, asesinado en 1936; Ismael González de la Serna, pintor; Juan Cristóbal González Quesada, de Ohanes,  escultor; Hermenegildo Lanz, dibujante; Francisco García Lorca, hermano de Federico, diplomático; Juan de Dios Egea, diplomático; Francisco Campos Aravaca, diplomático; Ramón Pérez Roda, escritor, casado con Eugenia Gómez Contreras; Fernando Vilchez, artista y propietario del carmen Alonso Cano en el Albayzín; Fernando de los Ríos, catedrático y político socialista. De quienes pasaron con brevedad por el local, podemos citar a Miguel Cerón Rubio, impulsor del festival de Cante Jondo, Guillermo de Torre, Enrique Díez-Canedo, Ramón Gómez de la Serna, Gustavo Bacarisas y Andrés Segovia, entre otros.

 

Desde este rincón de Granada, nacerían homenajes a ilustres personajes que honraron la ciudad con su estancia y sus escritos, caso de Théophile Gautier, que viviera en la calle Párraga,  y Pedro Soto de Rojas, en el carmen de los Mascarones en el Albaicín, a quienes los rinconcillistas  dedicaron una bella placa de azulejo de Fajalauza. También lanzaron la revista el gallo, abierta y liberal, en 1928, como sátira de la vida de las élites económicas y políticas del momento, replicando ellos mismos con otra revista, de tono  conservador, el pavo y la introducción de un indiano retornado, de nombre supuesto Capdepón, que cooperará en ese juego lúdico y de sutil crítica, como de gracia larvada.

 

Años 1925 al 1929 en la vida de Federico,  su familia y el arte en España.

 

Son los años de la exaltación literaria de Federico García Lorca, como de la estancia del poeta en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde llegó en la primavera del año 1919,  también de sus primeros escarceos en el teatro con su malograda y pateada obra del Maleficio de la mariposa en el teatro Eslava de Madrid, animado por Gregorio Martínez Sierra y su esposa María de la O. Lejárraga, quienes le  conocieron en sus primeros trabajos,  estando de gira teatral por Granada.

 

Federico García Rodríguez compra en 1925 la Huerta de San Vicente, nombre que él le da en honor de su esposa. Rodeada de dos hectáreas cultivadas, en medio de la vega de Granada y con acceso a la ciudad por los Callejones y la placeta de Gracia, donde se irán a vivir definitivamente, dejando la amplia casa de la Acera del Casino en 1926.

 

Ya el 17 de octubre de 1926, en el Ateneo de Granada, Federico García Lorca da una conferencia sobre la obra del poeta granadino Pedro Soto de Rojas: Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos o la estética del diminutivo. A renglón seguido, sus amigos y Rinconcillistas colocarán un azulejo diseñado por Hermenegildo Lanz en la que fuera casa de Soto de Rojas en el Albaicín, en la casa de los Mascarones.

 

En 1927, en la Gaceta Literaria, todos los poetas de la Generación del 27 presentan sus trabajos, a instancias de Guillermo de Torre y Ernesto Giménez Caballero, mientras el Defensor de Granada se hace eco con un suplemento literario y la cabecera de la revista El gallo, es dibujada por Salvador Dalí.

 

En el teatro Fontalba de la Gran Vía de Madrid, a unos pasos del edificio de Telefónica, en presencia de Cipriano de Rivas Cherif  y “el imponente señor Azaña”, entonces secretario del Ateneo, Lorca leerá su obra mariana Pineda, que será estrenada por Margarita Xirgu en Barcelona, en el teatro Goya, la noche de San Juan, 24 de junio de 1927: mientras que ese verano el poeta lo pasaría invitado por Dalí en Cadaqués y sale publicado Canciones de Federico por la editorial de Litoral en Málaga. También verá la luz esta obra en Madrid, en el mismo teatro Fontalba, un 12 de octubre de 1927, que también le servirá para conocer a Vicente Aleixandre

 

Aprovechando su estancia en la Costa Brava, irá a Barcelona para exponer en la galería Dalmau del Paseo de Gracia, 24 dibujos coloreados, mientras declara en el Ateneo,  a unos catalanistas que le interrogan sobre su procedencia que ¡Soy del reino de Granada!

 

Participa en el Homenaje en Sevilla a Góngora, con la participación  de buen número de los poetas de la generación del 27, invitados por el mecenas Ignacio Sánchez Mejías, en diciembre de 1927.

 

Con la aparición en Granada de la revista el gallo, en 1928, son sus redactores Joaquín Amigo Aguado, Enrique Gómez Arboleya, Manuel López Banús, Luis Jiménez Pérez, Antonio González Cobo, Francisco Cirre y su director Francisco García Lorca, además del aliento de Federico.

 

En esa primera revista visitan Guadix y titulan “Todos a una con el amor a Granada, pero con el pensamiento puesto en Europa”, impresa por Paulino Ventura Traveset en la calle Mesones y con anunciantes como el cine Regio, Gran Hotel París, Real Hotel Washington Irving, Librería Enrique Prieto (Mesones, 65), José Mª Domínguez Nieto (Gran Vía 2) distribuidor de los coches Oakland, Cadillac, Chevrolet, Pontiac, GMC y La Salle. El Signo, casa de ropas; Café Imperial (acera del casino 17), L’Abeille, seguros y el Coliseo Olympia, majestuoso cine, también tristemente desaparecido en la Gran Vía, a unos metros del edificio conocido como La perra gorda.

 

También aparece poco después la revista el pavo, escrita y editada por los mismos gallistas, con ánimo de confrontación, sátira y burla, en un primer y único número, mientras que el gallo solo aguantará dos meses.

 

Federico hace amistad con un disipado y nada excelente alumno de San Fernando,  Emilio Aladrén Perojo, además de viajar a Zamora, invitado por la Real Coral, donde pronuncia una conferencia sobre Pedro Soto de Rojas.

 

En julio de 2028 por fin sale a la venta el Romancero gitano, que será todo un éxito y rápidamente se imprimirán varias ediciones para atender la enorme demanda.

 

Estando en su habitación de la Residencia de Estudiantes, en la colina de los Chopos, un 25 de julio de 1928, con sorpresa y curiosidad, lee en el ABC la noticia del crimen de Almería, que le servirá para cuatro años más tarde escribir Bodas de sangre.

 

Trabaja en la Oda del Santísimo Sacramento, fuertemente influenciado su estética por las ideas de Dalí, la relevancia del cubismo en pintura y de los superrealistas.

 

El año 1929, Dalí y Buñuel se marchan a París, donde creen encontrar un mejor ambiente para sus dotes de creación, razón de la película Un chien andalou, que todo el mundo consideró una obra mordaz y crítica con el amigo de la Residencia, Federico García Lorca, lo que negarán sus dos autores españoles.

 

En la sala Rex de Madrid, calle Mayor, 8, Federico intenta estrenar su obra de Perlimplín con Belisa en su jardín, que será prohibida por la dictadura de Primo de Rivera.

 

Aun cuando todavía nadie ha encontrado una explicación a la presencia de Federico en la procesión de la cofradía de Santa María de la Alhambra, que por primera vez salió de su iglesia en la Alhambra, vestido de penitente, descalzo y llevando una pesada cruz, cierto es que cuando terminó el desfile y se despojó del atuendo procesional, en una tarjeta, dejó escrito: Que Dios os lo pague. Fue un 27 de marzo de 1929 y sería admitido como cofrade un 20 de mayo de 1929.

 

Ya en el teatro Cervantes de Granada (hoy demolido), en abril de 1929, Margarita Xirgu estrena en la ciudad la obra de Mariana Pineda.

 

Animado por Fernando de los Ríos y con ánimo de estudiar inglés, Federico se marcha a Nueva York, donde llega un 25 de junio de 1929, después de una travesía de seis días desde el puerto inglés de Southampton. Se matricula en la Universidad de Columbia, donde es profesor Federico de Onís, no aprenderá inglés, será testigo del crash de la bolsa de Wall Street, el 24 de octubre de 1929, y llevará a cabo su obra poética de Nueva York y su particular Oda al rey de Harlem, cuyo colectivo negro lo acogerá con simpatía, como buen número de intelectuales, que además se vieron encadenados a la magia expresiva del poeta y, él, por su parte, hará declaraciones donde su humanidad y su lazo con Granada, tras captar la ancestral marginación de los negros y los oprimidos, siempre conservará la gran humanidad que atesora:

 

Yo creo que el ser de Granada me inclina a la comprensión simpática de los perseguidos. Del gitano, del negro, del judío…, del morisco, que todos llevamos dentro.

 

Y a la pregunta que le hicieron por qué escribía, recordará León Felipe, diría que: Para que me quieran

 

Lleva a cabo sus poemas neoyorkinos, que nos muestran su profunda crisis interior. Escribe un guión para una película de cine mudo: Viaje a la luna y empieza a ver cine sonoro. Da conferencias en el Instituto de las Españas. Se reencuentra con el guitarrista Andrés Segovia, que tiene varios conciertos en Nueva York, al igual que la Argentinita, a quien le acompaña el torero y amante Sánchez Mejías. Se entera de la caída de Primo de Rivera, el 28 de enero de 1930

 

Viajó al lago Eden, invitado por un amigo que había hecho en España y que vivía allí y con la familia Herschel Brickell hizo una fraternal amistad, tanto es así que tras su muerte, este crítico norteamericano escribirá:

 

España me ha dado muchas cosas por las cuales estaré eternamente agradecido, pero ningún regalo tan valioso como la presencia de Federico en mi casa numerosas veces durante el invierno de 1930 (sic). Era, creo, la aproximación más cercana al genio puro con que yo he tropezado y su conocimiento de cada aspecto del arte español era sencillamente increíble.

 

Antes de su marcha a Nueva York, ya el 5 de mayo de 1929, en el Hotel Alhambra Palace, tuvo lugar un banquete homenaje a Federico y Margarita Xirgu, al que asisten Manuel de Falla, Fernando de los Ríos, Constantino Ruíz Carnero y el padre de Federico. Días más tarde y en este mismo escenario, el día 18 de mayo de 1929, ofrecerá un recital de su obra poética.

 

Invitado por la Institución Hispano Cubana de Cultura, sale para Cuba desde Tampa y en el vapor norteamericano Cuba, desembarca en La Habana, un 7 de marzo de 1930, y de una semana inicialmente prevista de estancia, pasó más de tres meses, completamente cautivado por sus gentes.

 

Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba

 

Pero el barco se aleja y comienza a llegar, palma y canela, los perfumes con raíces, la América de Dios, la América española.

¿Pero qué es esto? ¿Otra vez España? ¿Otra vez la Andalucía mundial?

Es el amarillo de Cádiz con un grado más, al rosa de Sevilla, tirando a carmín y el verde de Granada con una fosforescencia de pez.

La Habana surge entre cañaverales y ruido de maracas, cornetas chinas y marimbas. Y en el puerto, ¿quién sale a recibirme? Sale la morena Trinidad de mi niñez, aquella que se paseaba por el muelle de la Habana, por el muelle de la Habana se paseaba una mañana. Y salen los negros con sus ritmos que yo descubro típicamente del gran pueblo andaluz, negritos sin drama que ponen los ojos en blanco y dicen: “Nosotros somos latinos…”

 

Cuba lo cautiva, lo abraza, se apodera de sus sentidos conforme desembarca y entra en el hotel la Unión, situado en la esquina de las calles de Cuba y de la Amargura, frente a la iglesia de los Franciscanos, donde se hospedará, y dirá: La Habana es un Cádiz grande con mucha calor y gente que habla muy alto.

 

Se encontrará Federico con dos españoles afincados allí desde su viaje de novios, el matrimonio de Antonio Quevedo y María Muñoz, que fundarán el Conservatorio de Música Bach, la revista Musicalia y la Sociedad de Música Contemporánea, además de impulsar el movimiento coral. Vivían en la calle Lealtad, foco cultural y lugar de encuentro de españoles y cubanos, donde serían agasajados Juan Ramón Jiménez, el mismo García Lorca, Fernando de los Ríos (1927), Regino Saínz de la Maza y Adolfo Salazar (musicólogo).

 

Da cinco conferencias en el Teatro Principal de la Comedia (hoy desaparecido).

 

El 9 de marzo: La mecánica de la poesía

El 12 de marzo: paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos.

El 16 de marzo: Canciones de cuna españolas.

El 19 de marzo: La imagen poética en don Luis de Góngora

El 6 de abril: la arquitectura del cante jondo.

 

En carta a sus padres les contará que visitó los pueblos de Sagua y Caibarrién, donde asiste a una cacería de cocodrilos y es presentado a los socios del Instituto Hispano-Cubano.

 

Las damas del Liceum Club de la Habana le ofrecen un té, mientras es huésped del poeta y diplomático Jose María Chacón y Calvo, conde de Casa Bayona, oriundo de Santa María del Rosario.

 

Francisco Campos Aravaca, contertulio del Rinconcillo y ahora cónsul de España en Cienfuegos, lleva a García Lorca para dar dos conferencias, el día 7 de abril y 5 de junio, hablando de la Imagen poética de don Luis de Góngora y la Mecánica de la poesía nueva. Será nombrado “huésped de honor” de Cienfuegos.

 

Visita el Yacht Club de la Habana, Playa Azul de Varadero, el valle de Yumuri, en Matanzas y el valle de Viñales en Pinar del Río.

 

Se encuentra con el compositor, pianista y director de orquesta, Sergio Prokofiev, que da dos conciertos en medio de la incomprensión de los habaneros.

 

Federico hará amistad con Lydia Cabrera, autoridad en el folklore afrocubano y presenciará una procesión de “ñáñigos”, secta secreta en artes mágicas, también con el antropólogo Fernando Ortíz (1881-1969), como de los mejores “soneros” (baile parecido a la rumba, sensual y mezcla de elementos africanos y españoles). Tras cuyas enseñanzas aprovechará para componer un famoso son que hoy día siguen llevando en su repertorio los músicos cubanos, dedicado a Fernando Ortíz, que dice:

 

Cuando llegue la luna llena

iré a Santiago de Cuba,

iré a Santiago,

en un coche de agua negra

Iré a Santiago.

Cantarán los techos de palmera.

Iré a Santiago

Cuando la palma quiere ser cigüeña.

Iré a Santiago

……

 

Durante su visita a Santiago, se hospedará en el hotel Venus y a su llegada, en la estación del tren Central-Habana-Santiago lo recibirá Max Henríquez Ureña, presidente de la Institución Hispano-Cubana de Santiago.

 

Mantendrá con los Loynaz (Flor, Enrique, Carlos Manuel y Dulce María), que vivían en el Vedado, calle Calzada números 14 y 16, con salida por la calle de la Línea, amenas tertulias y con Flor y Carlos Manuel visitarán tascas de la Habana vieja o pueblos como Guanapa, Guanabacoa o Santa María del Rosario (Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba y a la que le hizo entrega Hemingway su insignia de Premio Nobel).

 

Prueba las champolas de Guanabana y lee poemas en la Universidad de la Habana, donde es testigo del fugaz incendio de las Teresianas, calles Teniente Rey y Compostela, un 17 de abril de 1930. También es asiduo del teatro Alhambra, sólo para hombres, y crítico con la dictadura de Machado, por lo que no será bien visto por la sociedad conservadora, que solían refugiarse en los casinos para ricos: La Campana, Sans Souci, Montmartre.

 

Alguno de sus paseos por la Habana, con Luis Cardoza Aragón, será para visitar un gran prostíbulo guatemalteco y que le extirpen unos granos de la espalda en la Clínica Americana.

 

En sus horas de trabajo, escribirá El Público, un primer intento de llevar la homosexualidad al teatro, según Ian Gibson y en el último día de su estancia en la Habana, 12 de junio de 1930, acabará la Oda a Walt Whitman, cuyos poemas le descubren una nueva orientación a su propia obra poética.

 

Regreso de la Habana. España año 1930.

 

De regreso de la Habana, toma tierra en Cádiz, un 30 de junio.

 

En los jardines del Carmen de los Mártires, sus amigos le ofrecen una merienda, el 14 de julio y se marchará a San Sebastián y Gijón para dar sendas conferencias.

 

En la política nacional la inestabilidad es cada día más incómoda, por lo que el 17 de agosto de ese año, en San Sebastián, políticos republicanos, nacionalistas catalanes y socialistas, acuerdan el modo de gobernar en el momento que caiga la Monarquía de Alfonso XIII, que parece inminente y que con la sublevación en Jaca, el 12 de diciembre, liderada por los capitanes Fermín Galán y Angel García Hernández, que serán fusilados, la Monarquía se tambalea. Esa reunión política de San Sebastián, será conocida como el Pacto de San Sebastián

 

España, año 1931

 

En marzo de este año, el sello discográfico La Voz de su Amo, lanza al mercado una serie de discos de canciones populares antiguas, armonizadas e interpretadas al piano por García Lorca y cantadas por la Argentinita, Encarnación López Júlvez. Los títulos son: Las tres hojas, Romance pascual de los peregrinitos, Sevillanas del siglo XVIII, Los cuatro muleros, Anda jaleo, Zorongo gitano, Romance de los mozos de Monleón, nana de Sevilla, El café de Chinitas y la Cancion antigua de las morillas.

 

En Madrid, calle Ayala, 60 (hoy número 32) Federico se reencuentra con Mathilde Pomés.

 

Las elecciones municipales, el 12 de abril de 1931, tienen lugar y resultan un plebiscito popular por el cambio de Estado, dando la victoria en las grandes poblaciones a los republicanos y, por tanto, obligando a marcharse a Alfonso XIII poco después.

 

La situación de España socialmente era calamitosa, ya que de los 25 millones de habitantes el año 1931, un millón quinientos mil estaban sin escolarizar y el 32,4% de la población era analfabeta. Buen número de conventos son incendiados. Una vez que se forme el primer gobierno republicano, encabezado por Niceto Alcalá Zamora.

 

En el verano del 31, Federico escribe Así que pasen cinco años, mientras tiene a medias su obra Bodas de Sangre.

 

Ese otoño, en el Congreso de los Diputados, el 8 de octubre de 1931, Fernando de los Ríos,  Ministro de Justicia de la República y miembro del PSOE, defiende la ley sobre la separación de la Iglesia y el Estado, con la presencia como invitado en las tribunas de su amigo Federico.

 

Año 1932

 

En el Congreso de los Diputados, con ánimo de impulsar la cultura y las misiones pedagógicas por toda España, el año anterior se dio luz verde a la creación de la Barraca, o teatro experimental impulsado los veranos por los estudiantes y a cuya cabeza estará Federico García Lorca, cuya primera salida,  les llevará hasta Soria, empezando por Burgo de Osma.

 

Federico marcha a Galicia, da conferencias y estrecha lazos con poetas gallegos, incorporando en ese idioma a su repertorio muchas de esas canciones y baladas. De donde saldrá la inspiración para sus seis poemas galegos.

 

Chove en Santiago

meu doce amor

camelia branca do ar

brila entebrecida o sol

 

Chove en Santiago

na noite oscura,

herbas de prata e sono

cobren a valeira lúa

 

……

 

Soma e cinza do teu mar

Santiago, lonxe do sol;

agoa de mañan anterga

trama no meu corazón

 

De nuevo el verano de vuelta a su querida Huerta de San Vicente en Granada. En espacio de tres semanas, termina de pulir su obra Bodas de Sangre.

 

Mientras tanto, el 21 de agosto de ese año, la Barraca sale por segunda vez camino de Galicia, con representaciones en La Coruña y Santiago de Compostela, en la misma plaza Quintana y ante unos siete mil espectadores. Ya en el parador Gil Blas, recién inaugurado, el poeta ofrece a los barracos la lectura de Así que pasen cinco años.

Con ocasión del IV centenario de la Universidad de Granada, la Barraca presentará allí La vida es sueño de Calderón, en el teatro Isabel la Católica y terminada la función, todos los componentes suben al Sacromonte para participar en una zambra gitana. Fue un 7 de octubre de 1932.

 

Al día siguiente, tras visitar la Alhambra, en la taberna del Polisario, calle Real de la Alhambra (Hoy baño árabe), Angel Barrios y el Cuarteto Iberia les ofrecerán un concierto entrañable.

 

Todavía en Granada y en el patio del cuartel de Artillería de Santo Domingo, los barracos dan una función popular, en cuyas primeras filas Federico sentará a su ama la Colorina, quien disfrutará de los tres entremeses representados.

 

La siempre dura y exigente prueba de espectadores y crítica de Madrid, la afrontarán positivamente los días 25 y 26 de octubre.

 

García Lorca, además de la dirección de la Barraca, donde ha sabido rodearse de un elenco de buenos gestores como Eduardo Ugarte, sigue dando conferencias. Ahora vuelve a Galicia, concretamente a Pontevedra y después se escapa a Barcelona, patrocinado por Cambó, en el mismo hotel Ritz, presenta su obra de Poeta en Nueva York, con un éxito clamoroso.

 

De regreso a Madrid, el 19 de diciembre, dirige la Barraca en la Vida es sueño, en el mismo teatro Español y con la presencia del Presidente de la República, don Niceto Alcalá Zamora, del Presidente de Gobierno, don Manuel Azaña Díaz, el Presidente de las Cortes, don Julián Besteiro, del Ministro de Instrucción Pública, don Fernando de los Ríos y del de Agrícultura, don Marcelino Domingo, además de las altas esferas políticas y diplomáticas del momento.

 

Año 1933

 

La Barraca y García Lorca siguen sus expediciones y, a principios de este año, visitan Alicante, Elche y Murcia,  en el mismo teatro Romea, mientras le será presentado Miguel Hernández en la casa del periodista Raimundo de los Reyes, que corregía el primer libro de poemas del oriolano, Perito en luna.

 

Federico García Lorca estará muy comprometido con la Barraca y el teatro universitario, a pesar de las numerosas críticas que recibirá desde la oposición conservadora, particularmente la CEDA y Falange, sobre todo desde el año 1932 a 1935. Montan 13 obras, más de cien representaciones en sesenta y cuatro pueblos y ciudades a lo largo y ancho de España, incluso en el entonces Marruecos español, como fue en Tetuán.

 

El 8 de marzo de 1933, en Madrid, en el teatro Beatríz (desaparecido) actuarán delante de Jacinto Benavente, los hermanos Alvarez Quintero, Eduardo Marquina, Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Manuel Altolaguirre y Carlos Morla Lynch, diplomático chileno. La crema viviente de la generación del 98 y quienes darían carta de naturaleza a la generación del 27, para presenciar el estreno de Bodas de sangre, representada por la actriz Josefina Díaz Artigas. Los aplausos continuos fueron la nota predominante en cada bajada de telón y la subida a escena de su autor, junto a la fervorosa entrega del público, los moldes que el público asistente rompió ese día.

 

Alma del pueblo primitivo. El alma misma del romancero gitano, que no alude a los andaluces del este o del oeste, de la serranía o del litoral, sino a los andaluces en su proyección histórica y psicológica más profunda. A los que fueron y siguen siendo árabes, romanos, griegos, hijos de sabe Dios qué mitos clásicos: el Sol y la Luna. Elogio de Melchor Fernández Almagro a la obra Bodas de sangre.

 

El éxito de Bodas de sangre permitirá a su autor la ansiada libertad económica, pues será representada treinta y ocho veces en el teatro Beatríz, aunque se ha traslado junto a sus padres a vivir a la calle Alcalá, número 102 (hoy 96), en el piso de la última planta, de un bello edificio de reminiscencias mudéjares y como si fuera el mascarón de proa de un barco mirando hacia Alcalá de Henares. Antes había tenido el poeta un estudio en la cercana calle de Ayala, número 72.

 

En Buenos Aires, Lola Membrives estrena Bodas de sangre.

 

En la Residencia de Estudiantes, animado por la Argentinita y con Federico al piano, la charla del poeta versará sobre Granada. La ciudad que hasta su último suspiro siempre estará presente en su mente y en el torrente que corre por sus venas.

 

El ahora amigo íntimo de Federico, Rafael Rodríguez Rapún, es elegido secretario para sustituir en la Barraca a Pedro Miguel González Quijano.

 

Se estrena en Utiel Fuenteovejuna.

 

Federico viene a Granada para despedirse de sus padres y familiares, un 24 de septiembre, ya que se marcha a Argentina. Ya ha terminado yerma y pasará siete meses en tierras americanas.

 

Buenos Aires y Montevideo.

 

Desembarca en Buenos Aires con aires de estrella, ya que el éxito del Romancero Gitano y sus obras de teatro le han precedido hace tiempo, donde le espera, entre otros, el escritor y empresario teatral Gregorio Martínez Sierra, también vecinos de Fuente Vaqueros emigrados a Buenos Aires en 1922. El matrimonio formado por Francisco Coca y María Montero. Había hecho antes escala en  Río de Janeiro, un 9 de octubre, y en Montevideo, el día 12, donde su breve escala matinal sin embargo será seguida por cientos de fotógrafos y periodistas, además del  prestigioso crítico Carlos Suero que le acompañará hasta Buenos Aires

 

¡Es de mi pueblo, es de mi pueblo, de la Fuente! Gritará en cuanto vea a su paisano desde la cubierta del vapor Conte Grande.

 

Será hospedado en el hotel Castelar, situado en la avenida de Mayo, casi en el cruce con la del 8 de Junio, en pleno centro de la ciudad, en la séptima planta y habitación número 704.

 

Lorca se hallará en todas partes donde sea requerido: con la prensa, en la radio, recitando, tocando el piano, recibiendo continuos regalos y muestras de afecto, deambulando perezosamente por Corrientes o Florida, tomando el café en cualquier terraza, de tertulia, en banquetes, comiendo en restaurantes. Todo Buenos Aires quedará rendido a sus pies.

 

El 20 de octubre, en Amigos del arte expone Juego y teoría del duende. Estaba presente el embajador de España, Alfonso Dánvila, con una sala abarrotada de público, impacientes por oír a Federico.

 

En vísperas del reestreno de Bodas de sangre, con el autor sobre el escenario y antes que se abra el telón, dirá unas palabras de salutación a los porteños, en las que, como siempre, estará presente el recuerdo de Granada: Para agradecer vuestra cortesía, yo pongo mi voz pequeña como un junco del Genil al lado de ese negro tronco de higuera que es la voz suya.

 

Bodas de sangre permanecerá varios meses en cartel, otorgando a su autor unas ganancias extraordinarias y a la actriz Lola Membrives, el fervoroso aplauso y reconocimiento del teatro Avenida, “diez veces el teatro Español de Madrid”.

 

A la tarde siguiente de su clamoroso triunfo e Bodas de sangre, en la Sociedad de Amigos del Arte, García Lorca dará la conferencia “Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre”, más tarde Poeta en Nueva York y finalmente, el 8 de noviembre, leerá “El canto primitivo andaluz”. Y, por clamor popular, en el teatro Avenida, el 14 de noviembre: Juego y teoría del duende.

 

Pocos meses antes de fallecer en accidente de aviación, Gardel le será presentado en Buenos Aires.

 

Marchará a Rosario y en el teatro Colón hablará del Juego y teoría del duende, siendo agasajado por la colonia española y aprovechó para socorrer a un pariente de Valderrubio, venido a menos, Máximo Delgado García.

 

Mientras tanto, en España tienen lugar las elecciones generales que gana la Coalición de derechas, capitaneada por Gil Robles y su partido de la CEDA. Entrabamos en el llamado Bienio negro.

 

A la centésima representación de Bodas de Sangre en Buenos Aires, asiste el presidente de la República y a su término, el poeta lee Romance de la luna, luna; los dos romances de Antoñito el Camborio; La casada infiel; Baladilla de los tres ríos. Pondrán punto final a la función con una fiesta en el vestíbulo del teatro en honor del poeta y dramaturgo español.

 

Lola Membrives representará también en Buenos Aires La zapatera prodigiosa y Mariana Pineda, esta última con menor aprobación por parte de los espectadores.

 

Se desplaza a Montevideo, el 30 de enero de 1934, donde se encontrará con el amigo y Rinconcillista Mora Guarnido, ya residente allí, aunque se podrán ver muy poco, habida cuenta de los numerosos compromisos que tenía García Lorca, el asedio al que era sometido y las varias conferencias concertadas, muy bien pagadas, que tuvo que dar en la capital de Uruguay.

 

De regreso a Buenos Aires, y con el pasaje de vuelta a España en el bolsillo, se embarcará para regresar el 27 de marzo de 1934, no sin que antes la enorme concurrencia que va a despedirle en el muelle, prorrumpa en un clamoroso ¡Viva España!

 

España, año 1934

 

Hace escala de nuevo en Río de Janeiro y arriba a Barcelona un 11 de abril de 1934.

 

Por el arco de Elvira

quiero verte pasar,

para saber tu nombre

y ponerme a llorar

 

Se suceden en Madrid los homenajes de bienvenida al amigo y al hombre de teatro por sus éxitos en América y su retorno.

 

Sin embargo, no se duerme en los laureles, estrena el Retablillo de don Cristóbal en el hotel Florida de Madrid, calle Carmen. (Hoy El Corte Inglés).

 

Muere su gran amigo y diletante Francisco Soriano Lapresa, que vivía en la calle Puentezuelas , coincidiendo con su vuelta habitual a Granada por la onomástica suya y de su padre, el 18 de julio de 1934.

 

También será corneado, en el coso taurino de Manzanares (Ciudad Real),  por el toro de nombre Granadino,   un 11 de agosto,  el torero y su gran amigo Ignacio Sánchez Mejías, a quien le ofrendará la más bella elegía en lengua española que nunca antes se haya escrito, en un llanto que solo un príncipe elegido por los dioses de las letras podía escribir.

 

A las cinco de la tarde

Eran las cinco en punto de la tarde

Un niño trajo la blanca sábana

a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida

a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte

a  las cinco de la tarde.

….

 

 

Los compromisos de la Barraca por los pueblos de España siguen a buen ritmo y con Federico ahora al frente. A Palencia se desplazará Unamuno para verlos actuar en la obra El burlador de Sevilla, y conversar largamente con García Lorca.

 

Nuevamente en Granada, en el Último Ventorrillo, el 27 de septiembre, sus amigos le rinden otra vez homenaje. Están presentes su hermano Francisco, Antonio Gallego Burín, José Segura, Luis Rosales, Francisco Vilchez, José Mª García Carrillo, Constantino Ruíz Carnero, Manuel Fernández Montesinos (cuñado), Alfredo Rodríguez Orgaz (arquitecto), Emilio García Gómez (arabista) y Nicolás García Gómez (escritor y amigo de Angel Ganivet).

 

Tiene lugar en Asturias y Cataluña la revolución de octubre, con sus principales focos en las cuencas mineras de Asturias y en la ciudad de Barcelona, donde Companys, de Esquerra Republicana, proclama la “República catalana dentro de la República Federal Española”, en contra de la Constitución, a lo que pondrá fin el general Batet y los secesionistas huyendo por las cloacas de la Generalidad. Azaña es detenido en Barcelona, el 7 de octubre del 34, a pesar de todos su intentos para evitar esta ruptura de la democracia, acusado injustamente de estar en complot con el levantamiento y los insurgentes.

 

Mientras tanto, en la casa de Neruda, en el barrio de Argüelles y en la llamada “Casa de las flores”, Federico acabará de escribir su Llanto por la muerte de su amigo Ignacio Sánchez Mejías, y lo lee en la casa de los Morla Lynch, un 4 de noviembre de 1934, además de unos retazos de Yerma..

 

No obstante, ya trabajaba sobre una nueva comedia: Doña Rosita la soltera o el Lenguaje de las flores, también para que la Universidad de Granada publique su próxima obra poética, Diván del Tamarit.

 

Un día antes del estreno de Yerma, es puesto en libertad don Manuel Azaña, presentes en el ensayo general el premio Nobel don Jacinto Benavente, don Ramón del Valle Inclán, Miguel de Unamuno, la Argentinita y el bailarín Rafael Ortega.

 

El estreno de Yerma se hace en El Español, a teatro lleno, el 29 de diciembre. En cada cuadro, su autor ha de subir al proscenio y cuando al final bajan el telón, recibir una ovación atronadora, él y Margarita Xirgu, también el escenógrafo Manuel Fontanals. En Granada, el Defensor, el Noticiero Granadino, conservador, y el Ideal, afín a la CEDA, se hacen eco del triunfo cosechado por el paisano.

 

En El Español volverán a tributarle un caluroso homenaje y aplauso, que se hace delirante cuando aparece en el palco del paraíso Manuel Azaña, absuelto el 28 de diciembre por el Tribunal Supremo.

 

Como siempre, no se cansa en declarar su pasión y amor por Granada, en una carta dirigida al amigo Melchor Fernández Almagro, dirá:

 

Me gusta Granada con delirio, génesis de doña Rosita, pero para vivir en otro plan, vivir en un Carmen, y lo demás es tontería, vivir cerca de lo que uno ama y siente. Cal, mirto y surtidor.

 

Granada, calle Elvira

donde viven las manolas,

las que se van a la Alhambra

las tres y las cuatro solas

 

De toda la obra lorquiana, Doña Rosita es la que expresa con más delicados matices la íntima relación del poeta con Granada.

 

España, año 1935

 

Pablo Neruda, el 15 de septiembre, publica una bellísima Oda a Federico García Lorca.

 

Margarita Xirgu, invitada a Granada por el Centro Artístico, representará El Alcalde Zalamea, durante las fiestas del Corpus Christi de ese año, en el Palacio de Carlos Quinto, los días 28 y 29 de junio.

 

Margarita Xirgu, Cipriano de Rivas Cherif y García Lorca, marcharán a Fuenteovejuna, donde la actriz subirá a las tablas esta obra, con éxito de público y crónicas de la derecha nada entusiastas.

 

De nuevo los tres amigos irán a Barcelona, donde la Xirgu representará Yerma, de éxito público y una vez más crítica furibunda de las derechas. Federico se reencuentra con Dalí, tras siete años sin verse y ya el pintor viviendo con Gala.

 

Salta a la prensa el escándalo del estraperlo, por parte del partido Radical y de su líder Alejandro Lerroux, también se hacen eco de las multitudinarias manifestaciones por toda España contra el Ducce italiano Mussolini por la invasión de la indefensa Abisinia.

 

Nuevamente en la Ciudad Condal, Margarita Xirgu lleva al escenario Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores, siendo el director escenográfico el cuñado de Azaña, Rivas Cherif.

 

España, año 1936. Se acerca el fin.

 

En febrero tienen lugar elecciones generales al Parlamento, donde se impondrá el Frente Popular encabezado por Manuel Azaña, los republicanos y los socialistas, un 16 de febrero de 1936,  y Lorca es denunciado por un Guardia Civil retirado, sin que prospere su denuncia, por el Romance de la Guardia Civil española, mientras Margarita Xirgu se embarca para México, donde tiene la promesa de Federico que pronto se reunirá allí con ella, tras despedirla en el puerto de Bilbao y dar un recital en el famoso centro liberal de El Sitio, recinto al que con frecuencia acudió Azaña para exponer su programa y sus propósitos para la política de España.

 

Si me voy, te quiero más,

Si me quedo, igual te quiero

Tu corazón es mi casa

y mi corazón  tu huerta.

Yo tengo cuatro palomas,

cuatro palomitas tengo.

Mi corazón es tu casa

¡y tu corazón mi huerto!

 

Margarita Xirgu hace una primer parada en la Habana, donde representará La dama boba en versión de García Lorca y luego estrenará Yerma en el Teatro Principal.

 

Se hacen frecuentes los atentados en Madrid contra políticos de un signo y de otro, principalmente por parte de los jóvenes falangistas, por lo que es detenido José Antonio primo de Rivera y conducido a la cárcel de Alicante, donde terminará siendo fusilado.

 

Llegada de Margarita Xirgu a México y en el Bellas Artes de la capital, representará Yerma, Doña Rosita la soltera, La zapatera prodigiosa y Bodas de sangre.

 

Fuertes turbulencias en la política de la República, es depuesto el Presidente, don Niceto Alcalá Zamora, a quien reemplaza de inmediato Manuel Azaña, pero fracasa en su intento de que el PSOE acepte el nombramiento de presidente de Gobierno para Indalecio Prieto. Fracasará también con Diego Martínez Barrio, ya los militares alzados contra la República, un 18 de julio, y terminará nombrando, fatídicamente, a su compañero y amigo Santiago Casares Quiroga, in operante y enfermo. Es declarada una huelga general en Madrid por la UGT y la CNT, mientras los rebeldes trasladan las tropas de Marruecos hasta Sevilla, punto fuerte ya de la insurrección a manos del siniestro y criminal Queipo de Llano.

 

Antes de estos aciagos acontecimientos que llevarán a los españoles a una guerra civil y cuarenta años de oscuridad democrática, en El Heraldo de Madrid, el 29 de mayo de 1936, García Lorca cuenta al entrevistador sus proyectos teatrales, caso de Los sueños de mi prima Aurelia y La casa de Bernarda Alba, que él nunca tendrá ya ocasión de ver su estreno. También dejará para escribir en bronce o en mármol, lo que sigue:

 

Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega.

 

Mientras que en la última entrevista hecha por el gran caricaturista español Bagaría, para el importante diario El Sol, declara:

 

Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política.

 

A pesar de sus enormes dudas y el clima bélico imperante ya en España, toma el tren desde Madrid para estar con sus padres y su familia en Granada. Sus últimas horas por Madrid las pasará junto al amigo y crítico literario Martínez Nadal, a quien le hará entrega del manuscrito de su obra El público, antes de despedirse de su antiguo profesor Rodríguez Espinosa, como también de su hermana Isabel y de su amiga, la hija de Federico y futura esposa de su hermano Francisco, Laura de los Ríos, las dos en la Residencia de señoritas de la calle Fortuny.  Sus padres habían salido de Madrid el 5 de julio.

 

El 13 de julio de 1936, es asesinado José Calvo Sotelo, por las fuerzas del orden que salieron desde el cuartel de Pontejos,  anexo a Gobernación en la Puerta del Sol. Lo que termina por inclinar a Francisco Franco para sumarse a Sanjurjo y Mola, dispuestos a emprender este camino sin retorno.

 

Granada, año 1936, Federico García Lorca en sus últimas horas

 

El 14 de julio, por su amigo Constantino y el Defensor, es público que Federico regresó a Granada el 14 de julio 1936, a la Huerta de San Vicente.

 

En Granada, desde Marzo de 1936 se han sucedido las manifestaciones y los conatos de incendio en los locales de la CEDA, el diario Ideal (Acera de San Jerónimo), varios cafés de burgueses, dos iglesias del Albaicín y en el mismo teatro Isabel la Católica, mientras en la sombra, José Valdés Gúzman, “camisa vieja”, quien llevará una feroz represión cuando se rebelen, lleva tiempo conspirando contra la República.

 

El Gobernador civil solo lleva un mes, por lo que no está bien informado sobre los movimientos de los ciudadanos, ni de los partidos, mientras que el General Campins, es demasiado confiado y recto como para dudar de sus oficiales y suboficiales, quienes terminarán tomando el poder en Granada y haciéndolo prisionero, para terminar siendo fusilado en Sevilla por orden de Queipo de Llano, a pesar de haber sido compañero de promoción del mismo Francisco Franco.

 

El cuñado de Federico, esposo de su hermana Concha, médico de profesión, Manuel Fernández Montesinos,, lleva diez días como Alcalde de Granada. Será llevado a la cárcel de Granada, frente al estadio Los Cármenes, y asesinado delante  las tapias del cementerio.

 

En el Carmen Alonso Cano, de Fernando Vilchez, poco después de su llegada, García Lorca les ha leído a los asistentes la Casa de Bernarda Alba.

 

El día 18 de julio, onomástica de los Federico en la familia García Lorca, estalla la sublevación en Marruecos del ejército, a la vez que en Sevilla, donde se establece una cabeza de puente con la península por donde llegarán las fuerzas sublevadas de África y Canarias.

 

La tensión contenida en los centros políticos y obreros en Granada, sin saber qué decisión tomar frente a la sutil amenaza militar y de Falange, el día 20 de agosto de 1936, termina estallando por parte de las fuerzas que salen de Mondragones para plantar un cañón frente al Ayuntamiento y declararse en rebeldía, mientras en el Albayzín, se alzan barricadas que aguantarán de pie hasta el 23 del mismo mes.

Los aviones republicanos lanzan bombas sobre Granada, que alcanzan el mismo Hotel Washington Irving y, como en toda guerra, matan vidas inocentes.

 

La sublevación en Granada ha tenido éxito y sus mentores se han apoderado de todos los resortes del gobierno de la ciudad, mientras no cejan “los paseos”, las detenciones arbitrarias y el miedo en general.

 

A la Huerta de San Vicente, el 7 de agosto, llega huyendo el arquitecto Alfredo Rodríguez, amigo de la familia García Lorca, que logrará escapar campo a través.

 

Dos días más tarde, un sargento retirado de la Guardia Civil, se persona en la Huerta en busca de los hermanos Gabriel Perea Ruíz, casero de la finca, e inculpado supuestamente en un asesinato en Asquerosa. Es acompañado por Enrique García Puertas, apodado el Marranero, junto a dos terratenientes: Horacio y Miguel Roldán Quesada, militantes de la CEDA.

 

Ante las amenazas proferidas por quienes vinieron a la Huerta, como por el clima reinante en la ciudad, la familia García Lorca y Federico acuerdan que se esconda en la casa de su amigo y poeta, Luis Rosales. Familia de profundo sentimiento y militancia falangista, excepción hecha del padre, propietario de un establecimiento de ropa en la calle Arco de las Cucharas, la Esperanza (Hoy hotel y cafetería).

 

El 9 de agosto de 1936, el chófer de la familia Lorca, Francisco Murillo Gámez, conduce a Federico desde los Callejones de Gracia, en la vega, hasta la calle Angulo, número 1 (Hoy hotel y restaurante), donde se encuentra la casa de la familia Rosales, no lejos del Gobierno Civil, donde sienta su despiadado poder el Comandante Valdés.

 

Miguel Rosales Vallecillos, el padre de la saga de los Rosales, casado con Esperanza Camacho, tienen cinco hijos varones. Gerardo (1915-1968), juez de profesión; José (1918-1978), más conocido como Pepiniqui, falangista; Antonio (1908-1957), albino, falangista fanático; Miguel (1904-1976). El mayor y José están casados y tienen piso propio, aunque suelen asistir a las almuerzos de la familia. En esta casa de la calle Angulo, también vive la tía Luisa Camacho, hermana de la señora Rosales, además de la hija Esperanza y dos criados.

 

Día 15 de agosto de 1936, nueva visita a la Huerta, al mando de Francisco Díaz Esteve, donde llegan a desmantelar el piano y donde una de las hermanas de Federico confiesa dónde se esconde su hermano, pues pretendían agredir al patriarca de la familia.

 

Día 16 de agosto de 1936. Junto a 29 personas, el yerno de don Federico García Rodríguez, médico y alcalde de Granada, es asesinado delante de las paredes del cementerio de Granada, en la madrugada.

 

Por las arboledas del Tamarit

han venido los perros de plomo,

a esperar que se caigan los ramos

a esperar que se quiebren ellos solos.

 

Detención de Federico en casa de los Rosales

 

La tarde calurosa del 16 de agosto, mientras la familia García Lorca se encuentra en el piso de la hija Concha, en la calle San Antón, sabedores ya de la muerte del esposo y yerno, se lleva a cabo la detención de Federico en casa de los Rosales, por orden del ex diputado de la CEDA y postulante a entrar en Falange como el “obrero amaestrado”, aunque despreciado por el mismo Jose Antonio Primo de Rivera, a quien ha visitado en la cárcel en Madrid, el miserable Ramón Ruiz Alonso, tipógrafo en el diario Ideal y natural de un pueblo de Salamanca.

 

Ruíz Alonso era amigo y compadre de Horacio Roldán Quesada.

 

En el momento de apresar a Federico, a Ruíz Alonso le acompañan Juan Luis Trescastro, conocido juerguista, y Luis García Alix, secretario de Acción Popular en Granada.

 

El poeta en el Gobierno Civil de Granada.

 

El Gobierno Civil se encontraba en la calle Duquesa y en el mismo edificio que hoy ocupa la Universidad de Granada  en el lado del Jardín Botánico.

 

Cuando llegan con el prisionero, el comandante José Valdéz Guzmán, no está en su despacho, lo recibe el teniente Coronel de la Guardia Civil retirado, Nicolás Velasco Simarro. Miiguel Rosales, también presente, trata de tranquilizar al poeta. Una vez cacheado, será encerrado en el primer piso del Gobierno Civil.

 

Al regreso del frente, los hermanos Rosales, José y Luis, se dirigen apresuradamente al Gobierno Civil, acompañados de algunos falangistas, entre ellos Cecilio Cirre y se enfrentan al Coronel Velasco, además de discutir despiadadamente con Ruíz Alonso, todavía presente en esas dependencias. Al regreso del comandante Valdés, se recrudecen las discusiones y las amenazas con José Rosales. Todo ello en presencia también de los hermanos Jiménez de Parga, José y Manuel, abogados, conocidos derechistas y firmantes como secretarios de las innumerables muertes que se sucedieron en Granada desde el 20 de agosto. También estaban esa noche allí presentes el jefe de policía, Julio Romero Funes y el abogado falangistas José Díaz Plá.

 

José Rosales, Pepiniqui, verá brevemente en su celda a Federico y le prometerá que lo sacará al día siguiente. Nunca más se volverán a ver.

 

Tras la salida de la casa Rosales de Federico,  con el “obrero amaestrado”, Ruíz Alonso, la señora Rosales telefonea a la familia del poeta y Miguel Rosales Vallecillos, junto al abogado de los García Lorca, Manuel Pérez Serrabona, que será el albacea de ellos cuando se ausenten de España, irán a verlos personalmente.

 

A la mañana siguiente, día 17 de agosto de 1936, José Rosales, Pepiniqui, se presenta en la Comandancia Militar y consigue una orden de libertad para Federico. Cuando llega al Gobierno Civil, Valdés le dirá que ya no está, que se lo han llevado esa misma madrugada. Sin embargo, por el testimonio de Angelina Cordobilla González, la criada de los Fernández Montesinos, ese día le llevó comida, ropa y tabaco. Volvería al día siguiente, pero ya no estaba.

 

Salida de Federico del Gobierno Civil.

 

Lorca abandona el Gobierno Civil en compañía del maestro nacional del pueblo de Pulianas, Dióscoro Galindo González (Originario de un pueblo de Valladolid y de profundas convicciones republicanas), que había sido detenido en la madrugada del 18 de agosto, por un grupo de falangistas y tras la denuncia hecha por el secretario del Ayuntamiento del pueblo por “rojo”.

 

La salida de Federico y Dióscoro Galindo, fue presenciada casualmente por un joven amigo de Lorca, Ricardo Rodríguez Jiménez, que tenía la mano derecha atrofiada y a quien el poeta le había regalado un violín pequeño, sería en torno a las 3 de la madrugada. Iban custodiados por guardias y falangistas de la “Escuadra negra”

 

Muerte en Fuente Grande.

 

La expedición que subía desde el Gobierno Civil, llegó al cuartel de Falange, que estaba al mando del  capitán José Nestares, antiguo conspirador contra la República, en Víznar, en las estancias del palacio del arzobispo Moscoso.

 

Ininterrumpidamente, en contacto con el Comandante Valdés, llegaban a Víznar coches cargados de cautivos que luego serían asesinados en la cuneta de la carretera entre Víznar y Alfacar.

 

Una vez autorizados desde el puesto de Nestares, se llegaba a un amplio caserón, llamado Villa Concha, que servía de alojamiento y que había sido utilizado por las colonias de los chiquillos de Granada, donde corría el agua de una acequia, desde la fuente de las Lágrimas o Aynadamar.

 

En la Colonia se encontraba un grupo de masones granadinos y otros “indeseables”, como eran calificados todo aquel que no fuera del agrado de los Rebeldes, que actuaban de enterradores, tales como Antonio Mendoza Lafuente, Manuel Castilla Blanco. Si deseaban confesarse los condenados a muerte, el párroco de Víznar oficiaba de confesor, era José Crovetto Bustamante. Al amanecer, los asesinos, alumbrados por los faros de los vehículos en los que habían subido a los presos, les daban el tiro de gracia junto a la cuneta o los pozos, donde luego serían arrojados y sepultados los cadáveres.

 

También fue testigo de la llegada de Federico a la Colonia, el joven José Jover Tripaldi.

 

Esa luctuosa y amarga noche para los granadinos de bien y el mundo de las letras, entre el 18 y 19 de agosto de 1936, fueron conducidos fuera de la colonia en la misma compañía de Federico García Lorca, los banderilleros granadinos Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar, ambos anarquistas y que pudieron haber acabado antes con la vida de Valdés Gúzman. Siendo fusilados cerca del manantial de Aynadamar.

 

A la vera del agua

sin que nadie la viera,

se murió mi esperanza

 

Ya de día, Juan Luis Trescastro, el fanfarrón y asesino, compinche de Ruíz Alonso, por las tabernas de Granada se jactaba de ser él quien le “metió dos tiros en el culo por maricón” al poeta más grande que tuvo la fortuna de amar como nadie a Granada, su Granada.

 

Manuel de Falla intentó interceder por García Lorca, pero ya era tarde.

 

Cuando fue asesinado García Lorca, entre Víznar y Alfacar, ya habían sido también asesinados otros muchos inocentes delante de las tapias del cementerio de Granada, más de doscientas personas, y durante los tres años de guerra, caerían allí más de 2.000 víctimas inocentes de la barbarie.

 

Tres semanas después del asesinato, la noticia de la muerte de García Lorca ocupaba los teletipos del mundo entero.

 

Si muero,

Dejad el balcón abierto.

 

El niño come naranjas.

(Desde mi balcón lo veo)

 

El segador ciega el trigo.

(Desde mi balcón lo siento)

 

¡Si muero,

Dejad el balcón abierto!

 

Cayó el telón y en el escenario, la muerte, esa dama de velos negros y ojos de fuego escarchados, no quiso arroparlo con el luto eterno, pues delante de ella estaba él, el poeta más grande, en la ciudad más desafortunada y hermosa, la de los diminutos gajos de Granada que arrastraban las dulces aguas de la Fuente, en una plegaria arcaica y siniestra, que desde ese día ya nunca más aliviará la sed de los poetas y los luceros, pues se fue quien solo escribía para que lo quisieran, una madrugá que ni los duendes quisiera ver amanecer.